Esta imagen de una bailarina en un club, figura en los archivos fotográficos del Museo Histórico Nacional. Aparece señalada allí como una escena captada en el "American Bar", aunque no he podido confirmar si se trata del local con ese nombre en Valparaíso o, el que nos interesa, de Santiago en calle Bandera, pues los testimonios de antiguos conocedores de estos clubes me salen empatados 2 a 2, por desgracia. De todos modos dejo publicada esta imagen porque, de acuerdo a los testimonios con los que cuento, el antiguo "American Bar" tenía un ambiente muy parecido al del puerto, y también ofreció alguna vez espectáculos similares, como los que se ven en la imagen.
Coordenadas: 33°26'3.27"S 70°39'11.57"W
Este será uno de los artículos con más inseguridad que haya escrito en este blog, pues tras años de buscar información me ha constado una enorme cantidad poder dar con datos duros sobre el bar de marras; y los testimonios orales, en este caso, resultan inusualmente contradictorios, pero veamos qué sale...
He dicho ya que el llamado "Barrio Chino" de Mapocho tenía una cuadra neurálgica de diversión en sus mejores años, hacia mediados del pasado siglo: el tramo del 800, aquel donde estaban también otros famosos centros recreativos como "El Zeppelin", "La Antoñaña", "El Dragón Rojo", "El Teutonia", "La Estrella de Chile" o el "Oro Purito". Lugares de luz y oscuridad; refugios de bohemios incorregibles donde se mezclaban en las mesas peligrosos rufianes del mundo del hampa con prestigiosos intelectuales premiados en Chile y el extranjero.
Cerca de la esquina poniente al inicio esta cuadra, justo en Bandera 808 haciendo vértice con San Pablo, existía uno de los más populares y longevos locales de este tipo, sólida trinchera de la bohemia mapochina con características de gran fuente de soda: el "American Bar", situado como uno de los primeros de la cadena de boliches que alimentaron en la señalada cuadra esas noches interminables de música, cervezas, cabaret, comidas a destajo y copetineras paseando entre las cofradías de clientes, en la época romántica del tranvía corriendo por esa misma calle y de la Estación Mapocho en plenitud.
Aunque he notado que algunas veces se confunde a este "American Bar" con otro famoso centro recreativo homónimo de Valparaíso -que guardaba muchas similitudes con el de nuestro interés, según me cuentan veteranos de aquella bohemia-, el de Santiago fue fundado por el comerciante de origen italiano don Héctor Gioro, en los años de los bailables nocturnos y las orquestas en vivo engalanando los interiores de estos refugios capitalinos. A veces había algún músico en este sitio, también: grandes maestros tocaron allí, como el violinista Eugenio Maturana, quien fundara con Andrés Sabella la llamada Logia del Tango, reuniéndose ambos con frecuencia en otros de los innumerables clubes de la misma calle Bandera.
Vista del muro donde antes estaba el acceso al "American Bar" en Bandera 808.
El nombre del local proviene quizás de la llamada "barra americana" que estuvo de moda como atracción antaño, correspondiente a los bares surtidos y con carta amplia de tragos o cócteles a pedido del cliente. Los comensales lo conocían como "El American" a secas, siendo famoso por sus jarras de cerveza, sus vinos, sus sabrosos platillos económicos de comidas. Aunque muchos me aseguran que no tenía exactamente el perfil de club bailable ni nocturno, ciertos comerciantes del Barrio Mapocho como don Nano hablan de algún período en que las orquestas de jazz, mambo o foxtrot tocaron en el "American Bar" durante su mejor época, además de shows en vivos con alegres y curvilíneas muchachas. Según apunta Ana Vásquez-Bronfman, el "American Bar" era quizás "lo más malévolo que había en Santiago" en cuanto a shows nocturnos se refería. También fue mencionado a la pasada en libros de Roberto Castillo y Sergio García.
No puedo confirmar aquel pasado más audaz del bar, pero me consta que, en 1949, el negocio aparece en revistas institucionales del gremio de los dueños de hoteles y restaurantes figurando como el "American Café", bajo propiedad de la sociedad Gioro, Dameri y Cía. Ltda. Empero, al caer la bohemia de los dancings de calle Bandera luego de la transformación de esta cuadra en barrio residencial, el bar se alejó paulatinamente de las fiestas de madrugada y de las supuestas noches con sus conjuntos sonando en vivo que le adjudica la tradición oral que conozco. Y aunque habría seguido ofreciendo sus espectáculos de night club y algo de striptease durante varios años más, en algunos casos con audaces y célebres bailarinas del ambiente según algunos viejos mapochinos, su amplitud como club de entretención se fue reduciendo y se acabó.
Sus últimos años de lucha con la modernidad y con los nuevos escenarios de la noche, el "American Bar" los habría pasado contraído y transformado en un popular restaurante con algo de fuente de soda otra vez, conservando así esa característica que fue parte de su identidad desde los orígenes del negocio. Me cuentan otros conocedores del barrio de generaciones más nuevas, como mi amigo iquiqueño Claudio, que aún eran famosos en esos últimos días sus caldos de ajíes, ofrecidos como verdadero desafío culinario a los parroquianos y que se hacían con variedades de este pimiento como base de la preparación.
Tras el cierre del negocio, ya con otros dueños y otro cariz para el local, la esquina que perteneciera al "American" fue remodelada severamente y hasta nuestros días aloja a un pequeño supermercado "Ekono" y a una casa de cambio, exactamente al lado de la galería Centro Comercial Santiago-Bandera de esta cuadra, antes de fama terrible, pero que ha conseguido ya ser domada y pacificada por las autoridades.
Milagrosamente, sin embargo, aún se conservan en pie los muros donde estaba el acceso al "American Bar", alguna vez entrada hacia un largo pasillo ya desaparecido en el local. Hoy, sin embargo, este rincón está bloqueado: no conduce ya hacia ninguna parte, salvo a recuerdos frágiles de testigos y al eco orquestal de aquella música de tiempos desleídos.
Vista actual de la esquina de Bandera con San Pablo.
Nota: para conocer algo más sobre el "American Bar", puede echarse un vistazo a lo que escribí de él en el tomo II de mi libro digital "La Vida en las Riberas: Crónica de las especies extintas de Barrio Mapocho", haciendo clic aquí.