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LOS ANCESTRALES "PAREDONES DEL INCA" QUE BORDEARON AL RÍO MAPOCHO

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Coordenadas:  33°25'59.75"S 70°39'15.05"W (inicio, aprox.) 33°25'56.03"S 70°39'54.20"W (final, aprox.)
He estado resumiendo acá en el blog material sobre los estudios del arqueólogo Rubén Stehberg y el historiador Gonzalo Sotomayor su célebre artículo del "Boletín del Museo Nacional de Historia Natural" N° 61 de 2012, titulado "Mapocho incaico". Complementados con publicaciones de otros autores, ellos han ido demostrando la existencia de un asentamiento humano de influencia incásica en el Valle del Mapocho, antes de la llegada de los españoles y de la fundación oficial de la ciudad de Santiago del Nuevo Extremo.
Con relación a este tema, importante evidencia podría ser también el caso de los "tambos", "tambillos" o "paredones del Inca" que había en la vega Sur del río Mapocho, desde el actual sector de calle Bandera o Morandé hasta la Quebrada de Saravia, hoy sector del barrio y la avenida Brasil.
De acuerdo a la información que se conoce de ellos, eran murallones relativamente pequeños que desaparecieron con el tiempo, probablemente a mediados del siglo XVII, debido a los cambios urbanísticos de la joven ciudad. Habrían estado formados por una serie de pequeños tramos construidos con piedra y enfilados a la sombra de los arbustos o junto a los pedregales del río.
¿DÓNDE ESTABAN LOS PAREDONES?
La ubicación de los paredones del Inca cerca de la salida del antiguo Camino de Chile, antigua conexión del Camino del Inca sobre la proto-ciudad de Santiago y luego la ruta de los conquistadores que fundan la colonia hispana en el valle, reforzaría la idea de la influencia administrativa e imperial incásica en el primitivo poblado de Santiago, sobre el cual los españoles sólo llegaron a ocupar y retrazar una ciudad de acuerdo a sus visiones urbanísticas. Sin embargo, veremos que también hay divergencias de opiniones al respecto.
Se cree que, originalmente, estos tambillos servían como descansos o paredes de antiguos asentamientos justo en la desembocadura del Camino de Chile y coincidente con la Cañadilla de La Chimba, actual avenida Independencia. Los españoles los encontraron como un vestigio del pasado más remoto y misterioso, casi paralelos a la actual calle de San Pablo, donde se hallan en nuestros días la Estación Mapocho y el Parque de los Reyes. Más específicamente, iban por la calle del Ojo Seco luego llamada Sama, correspondiente a la actual General Mackenna.
Basándose en lo que estudió del archivo de Protocolos de Escribanos, Tomás Thayer Ojeda habló de ellos refiriéndose a los puntos de mensura en el antiguo trazado de la ciudad de Santiago, hecho como planta original de fundación por el alarife Pedro de Gamboa:
"El antiguo límite empezaba en la calle de Tres Montes (hoy José Miguel de la Barra), seguía oblicuamente formando las calles de Santo Domingo, Esmeralda, y San Pablo y, desde la calle de Teatinos, continuaba por la de Sama, hasta un punto denominado en aquella época Paredones o Tambillos del Inca. De manera que todo el terreno situado al norte de las calles indicadas pertenecía, como ya se ha dicho, al lecho mismo del río".
Refiriéndose a los mismos trabajos de Thayer Ojeda sobre estos tambillos, Stehberg y Sotomayor describen una impresión distinta a la que los señalarían nacidos en tiempos prehispánicos, sin embargo:
"De acuerdo a este autor, los Paredones o Tambillos del Inca (...), corresponderían a una edificación realizada poco después de la fundación de la ciudad de Santiago, opinión con la cual concordamos. Sería muy poco probable que los contingentes adscritos al período Tawantinsuyu hubieran construido sobre el lecho mismo del río o en su área de inundación. Por lo demás, los españoles solían agregar la palabra viejo o antiguo para designar el origen pre-europeo de una instalación, que no es el caso. De acuerdo a los títulos de merced de tierra del valle de Aconcagua que hemos analizado en otra parte (Sotomayor y Stehberg 2007), por paredones se aludía usualmente a construcciones de piedra. Por lo tanto, con la designación de los Paredones o Tambillos del Inca, los europeos estaban indicando que se trataba de una edificación en piedra, muy distinta a las iniciales construcciones de madera y paja y posteriores de adobe que emplearon los españoles en la edificación de la ciudad de Santiago y, que sus ocupantes eran de origen peruano. La palabra Inca aquí debiera entenderse como una autoridad colonial que estuvo ligada anteriormente al Tawantinsuyu y que conservaba, en los primeros años de la fundación de Santiago, cierto status y recursos económicos, lo cual le permitió construir su vivienda, por cierto, en los extramuros de la ciudad..."
Los mismos autores señalan una ubicación precisa de estas estructuras, de acuerdo a testimonios de la época:
"...localiza con precisión el "paredón y tambillos del Inca" a unas 10 cuadras al norponiente de la Plaza Mayor y, por tanto no corresponderían a una misma instalación arquitectónica con el "tambo grande", que estaba junto a la plaza de Santiago, como supone González".
Por este último apellido, aluden a los trabajos de Carlos González Godoy, particularmente a su artículo titulado "Comentarios arqueológicos sobre la problemática inca en Chile Central", publicado en marzo de 2000 en el "Boletín de la Sociedad Chilena de Arqueología" N° 29. González, quien interpreta y comenta también los trabajos anteriores de Stehberg de los años setenta, había redactado lo siguiente sobre los "tambillos" considerándolos parte de una misma estructura que bordeaba la ribera Sur del Mapocho desde los puntos que hoy corresponden al Barrio Mapocho hasta el Barrio Brasil:
"Es probable que el "tambo grande" sea el que Tomás Thayer Ojeda ubica en su mapa de Santiago de 1600, identificándolo como "paredón y tambillos del inca" (...), cuyo emplazamiento habría estado en el sector de la actual Estación Mapocho, en la banda sur del río epónimo. Creemos que los datos del Cabildo y del mapa de Thayer corresponden a una misma instalación arquitectónica, opinión compartida por León".
Sin embargo, vimos ya que Stehberg y Sotomayor son de la idea de que estos paredones eran otros distintos del llamado "tambo grande", que debía ubicarse en la actual Plaza de Armas, según informan. Estos tambillos ribereños debieron ser construidos después de la fundación de Santiago, teoría de la que también habría sido partidario Thayer Ojeda, de acuerdo a la interpretación de ambos autores.
Detalle de la ubicación de los paredones o tambillos del inca, según plano de Thayer Ojeda.
EN EL SECTOR DEL ACTUAL BARRIO BRASIL
Empero, no fue ésta la opinión de René León Echaíz, quien se refirió a ellos como "restos incaicos que se encontraban a la actual Avenida Brasil". Un croquis publicado por el propio Thayer Ojeda en 1905, además, también revela una posición distinta a la de otros mapas para estos paredones, marginándolos a la altura del Cañaveral de García Cáceres, varias cuadras más al poniente de donde empezarían según otros planos. Gonzalo Piwonka comenta de algunas propiedades que se hallaban entre las actuales calles San Martín y Almirante Barroso, que colindaban al Norte con estos muros o tambillos, separándolos del río. Stehberg y Sotomayor suponen que se trata de los mismos "paredones" indo-hispánicos, a diferencia de los denominados "paredones viejos de la casa del inga" en calle Puente y cerca de la Plaza, según sus cálculos, de los que hablaremos más abajo. De todos modos sospechan que pudieron ser hechos para alguna autoridad incaica del Tawantinsuyu en plena Conquista.
Osvaldo Silva Galdames, por su parte, consideraba que los "paredones del Inca" estuvieron asociados a los establecimientos de indios de servicio que llegaron con los españoles a Santiago y que se hallaron bajo órdenes de doña Inés de Suárez, siendo levantados para separar a los españoles de los yanaconas pero a la altura del barrio de La Chimba, no sólo tan al poniente como las referencias que vimos recién:
"El contingente foráneo fue localizado en la margen norte del río Mapocho, levantándose un gran murallón para protegerlo de sus crecidas. Tal fue el origen del barrio de La Chimba y de los Paredones del Inca que suele asociarse con una ocupación prehispana".
De acuerdo a lo que ya había observado León Echaíz, sin embargo, este tipo de ruinas incásicas de tambillos han sido encontradas en sitios de especial importancia para las rutas primitivas y los tambos del desaparecido imperio, existiendo otros casos por ejemplo, en las orillas del Choapa, en San Felipe, uno en Quillota (mencionado por Ginés de Lillo), en la localidad de Tango en Colina, en Malloa, en Cucaltegüe (a orillas del Tinguiririca), en un sector de Teno (que existía aún en el siglo XVII) y en Camarico cerca de Talca.
Con relación a las dudas sobre el origen de estos tambillos, llama la atención que desde un inicio y hasta pocas décadas de la fundación oficial de Santiago, estas estructuras siguieran siendo llamadas "paredones del inca", gentilicio que se usó con frecuencia para designar lo que estaba antes del arribo de los conquistadores, como el caso de llamado Puente del Inca, en el camino cordillerano a Mendoza.
Personal y modestamente, no me siento convencido de que la ausencia del adjetivo "viejo" indique que pertenecen al período de transición indígena-hispánico y no a uno anterior. Me produce ruido, además, un ejemplo específico de ese mismo sector del Mapocho: el Puente de Palo de la Recoleta, por ejemplo, era llamado también Puente Viejo por los criollos pero no porque fuera prehispánico, sino porque era anterior al Puente Nuevo de Cal y Canto, aunque ambos hayan sido construidos en el período colonial.
Plano de la Chimba y del Valle del Mapocho, confeccionado por Francisco Luis Besa y entregado al tribunal de la Real Audiencia el 26 de Agosto de 1641 En la parte inferior, abajo del "Río de Santiago" (Mapocho) que ha dibujado el autor, aparece un grupo de cuadrados representando los solares más cercanos a la ribera. De acuerdo a la documentación colonial disponible, precisamente entre ellos estaban los llamados "los paredones viejos de la casa del inca". Como esto es frente al Camino de Chile o del Inca (actual Independencia), debieron hallarse hacia la calle Puente o Bandera, aproximadamente, por el costado de la continuación del mismo camino hacia la Plaza de Armas (Fuente: Stehberg y Sotomayor. 2012).
¿OTROS PAREDONES? ¿MÁS ANTIGUOS?
Ya vimos en otras entradas previas que los propios Stehberg y Sotomayor mencionaron en su estudio un pleito judicial de 1613, entre herederos del Capitán Bernabé de Armijo y Juana de la Cueva por la Chacra Grande de Huechuraba. Sucedió entonces que el primer testimonio que se presentó en el juicio le correspondió al anciano indio Gaspar Jauxa, oriundo de Xauxa en el Perú pero residente en La Chimba de Santiago, ciudad a la que había llegado a los 6 años con los primeros españoles venidos al Valle del Mapocho. En la declaración de Jauxa hecha en su lengua nativa y traducida al castellano por otro indígena llamado Diego, dejaría establecido lo siguiente:
"...como persona tan antigua que es, sabe que el camino que llaman de Chille es hiendo desde las casas de doña Isabel de Cáceres donde están los paredones viejos de la casa del inga, caminando por la viña del maese de campo don Juan de Quiroga hacia la de don Pedro Delgadillo y de allí al cerrillo de Huechuraba subiendo el dicho camino por la cordillera que va de Colina y este camino a sido siempre el que llaman de Chille y estaba tan usado que paresia camino de carretas y de presente esta serrado con chácaras y no usado".
De acuerdo a lo expresado por los autores, no serían precisamente a los tambillos de nuestro interés aquellos a los que se refería Jauxa con esta declaración. Cabe señalar, sin embargo, que la casa de doña Isabel de Cáceres se habría encontrado por el sector de calle Bandera o Puente, o acaso cerca de allí. Aunque la ubicación precisa está nublada por la ambigüedad, esto es sospechosamente cerca de donde comenzaban los murallones en el plano de Thayer Ojeda y que autores como González indican en la ribera misma del Mapocho. Mas, Stehberg y Sotomayor se muestran convencidos de que son otros tambillos también cercanos al río, pero no los mismos:
"Aparte del mencionado "tambo grande", es posible que existieran alrededor de la plaza incaica un conjunto de edificios destinados a funciones administrativas, religiosas y habitacionales. Una de estas instalaciones fue denominada "paredones viejos de la casa del inga" y se encontraba en el solar de doña Isabel de Cáceres, en la ciudad de Santiago. Sabemos que este solar se encontraba junto al camino del Inca puesto que en un juicio colonial por el deslinde del Camino de Chille o del Inca, el informante Gaspar Jauxa, natural del Perú, quién llegó con los primeros conquistadores españoles, señaló que esta calzada partía de estos paredones – que él conoció personalmente- rumbo al norte. Esta valiosa información nos permite inferir que la construcción se encontraba aproximadamente en la actual calle Puente, muy próxima a la plaza. Para este testigo, el Camino del Inca se iniciaba en este lugar y lo describe de sur a norte y no al revés, como hubiera sido lo esperable pensando que el Tawantinsuyu se estaba expandiendo hacia el sur y, el mismo llegó siguiendo esta dirección".
Me sigo preguntando si existirá alguna confusión sobre los mismos tambillos: Thayer Ojeda y León Echaíz se refieren a los "paredones o tambillos del Inca" como los ubicados a la altura del Llano de García Cáceres, sector que corresponde al actual Barrio Brasil, como dijimos. Sin embargo, dicho terreno ocupaba entonces una gran porción de la ciudad cercana incluso a la actual Autopista, de modo que ser vecina al tramo más amplio de los paredones no desconoce que el origen de la línea de muros comenzaba hacia el sector de calles Bandera o Morandé sobre el Mapocho, como se observa en el plano de la ciudad hecho por Thayer Ojeda. Si vemos que los "otros" paredones, los llamados "los paredones viejos de la casa del inca" quedaban a quizás sólo una cuadra del inicio de los anteriores, por ahí por calle Puente, entonces no sonaría tan descabellado preguntarse si se trataba de los mismos o si alguna vez estuvieron unidos.
Un autor que considera, aparentemente, que serían los mismos tambillos o paredones, es don Juan Guillermo Muñoz Correa, según lo que publica en un artículo de la "Revista de Historia Social y de las Mentalidades", del Departamento de Historia Universidad de Santiago de Chile:
"También anotado Paredones del Inca, en el cascajal al norte de la traza y de la chacra de Diego García de Cáceres, junto al río Mapocho. De Isabel García hija natural mestiza de Diego García de Cáceres, con cuya viña deslindaba en la parte surponiente, y por la suroriente con Juan García Cantero (...) En un juicio de 1613 uno de los testigos declaró que el camino de Chile corría desde las casas de Isabel "donde están los paredones viejos de la casa del inga, caminando por la viña del maestre de campo don Juan de Quiroga hacia lo de Pedro Delgadillo". No he ubicado esta viña mencionada de Quiroga, su viuda, doña Mariana de Córdoba y Aguilera, compró otra viña muchos años después al norte de La Cañada".
Quedo en deuda, mientras tanto, con abundar respecto a la relación de nuestra actual avenida Independencia, la ex Cañadilla de La Chimba, con el ancestral Camino del Inca y el Camino de Chile al que nos hemos referido, y que explica en gran medida esta clase de influencias del poder incaico sobre el valle mapochino y la presencia de tantos vestigios suyos en el mismo.
Plano esquemático de la ciudad de Santiago al momento de su fundación, en 1541. El trazado "urbano" no es más que el de un campamento estrictamente circunscrito entre la Cañada (Alameda), el Cerro Santa Lucía, el río Mapocho y las chacras del sector del Cañaveral de A. Núñez o de Saravia (hoy barrio Brasil). Clic encima para ampliar la imagen.

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