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CRISTIÁN "GORILA" MARTÍNEZ: LA EPOPEYA DEL GUERRERO DE LA JAULA

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Coordenadas: 33°26'12.87"S 70°41'31.55"W (Gimnasio)
El próximo sábado 26 de octubre, tendrá lugar un evento de gran importancia para las disciplinas deportivas y marciales chilenas que permanecen más alejadas de las principales atenciones de los medios y de la cultura de masas: la realización de un Seminario de Muay Thai en el Gimnasio Cristián "Gorila" Martínez, de calle Coronel Robles 1187 en Quinta Normal. Organizado por la Federación Chilena de Luchas Valetodo, estará encabezado por quien es considerado toda una eminencia en este ambiente: Kru Patikorn Kesbumrung, Co-Director del Muay Thai Institute de Tailandia en Chile.
La fecha del evento no es casual, pues está en la víspera del aniversario del fallecimiento de quien fundara el gimnasio y trajera a Chile la disciplina que allí se cultiva: Cristián Martínez Quezada, el célebre "Gorila" del Vale Todo. Hace cuatro años que el querido y joven maestro ya no está físicamente entre los suyos.
Hay muertes que dejarán por siempre un resabio de injusticia; esa sensación amarga de indignación con el destino, por operar de formas que resultan incontrolables e impredecibles a nuestra realidad mundana. Ese mismo destino intempestivo sabrá cuántas cosas quedaron pendientes luego que el "Gorila" Martínez fuera derrotado por única y última vez en su vida, precisamente con uno de estos caprichos del devenir humano. En una vida más bien corta, Cristián fue un pionero, un hacedor, un mecenas y un campeón, simultáneamente. Quizás vivió demasiado en tan poco, dedicado con esmero y sin medir sacrificios por la pasión de un deporte de guerreros, donde a la demandas de valor o coraje se suma la aún más radical exigencia de un estilo de vida disciplinado y demandante, que este "Gorila" supo cumplir con singular determinación.
La muerte, inmisericorde a las señales de un hombre joven, de vida sana y magníficas proyecciones profesionales, se le arrojó con crueldad encima, obligándolo a la más dura y extenuante de sus luchas que, a pesar de todo, supo enfrentar con el mismo heroísmo proverbial que lo ha convertido en una leyenda del combate Vale Todo. Su imagen hoy es heraldo y tenante en el blasón de este deporte que, con grandes esfuerzos -iniciados precisamente por Martínez-, ha logrado abrirse paso en la legitimidad y la popularidad.
Cristián Martínez a los 4 años de edad en el gimnasio de su padre y maestro Hernán, quien aparece al lado derecho.
De niño, junto a su madre Mirla Quezada.
LOS INICIOS DE UN GUERRERO
Cristián nació el 10 de abril de 1966, heredando la pasión familiar por las disciplinas del combate. Era hijo de doña Mirla Quezada González y de Hernán Martínez Hernández, campeón curicano de boxeo amateur y ex alumno del célebre maestro Curt Michel Gronow, profesor de educación física y experto en jiu-jitsu que había sido contratado en 1948 por el Gobierno de Gabriel González Videla para la instrucción en defensa personal de Carabineros de Chile.  Y su abuelo, Humberto "Gorila" Martínez, a su vez, había sido campeón de boxeo profesional y profesor directo de pugilismo para su hijo Hernán, quien llegó a ser contratado por la Organización de las Naciones Unidas para instruir en técnicas de jiu-jitsu y karate goju ryu a su personal de seguridad por toda América Latina.
Siguiendo la tradición, Cristián comienza a recibir instrucciones de su padre en jiu-jitsu y karate Okinawa cuando tenía sólo 4 años de vida. Fue un alumno de rápido aprendizaje, que hacia el año 1980 alcanza el título de campeón nacional en karate-do. Cuatro años más tarde, el muchacho ya forma parte del Comité Olímpico de Chile.
A pesar de su juventud, por entonces participa de la fundación de la Federación Chilena de Lucha Olímpica, ganándose un gran prestigio en el ambiente y haciéndose un nombre en estos cerrados círculos. También comenzó a incorporar el judo en su meteórica formación, llegando a obtener importantes galardones en esta arte marcial de fuerte acervo deportivo.
No cabía duda, a esas alturas, de que Cristián Martínez era una gran promesa chilena para la competición a nivel internacional de artes marciales. Su nombre comienza a proyectarse tibiamente más allá de los selectos medios de competición y aparecerá de cuando en cuando en trasmisiones televisivas de campeonatos, alcanzando el título Gran Campeón en dos ocasiones, para torneos organizados por el área deportiva de la Estación de Televisión de Canal 13, de la Universidad Católica de Chile.
Con este currículo, Cristián es invitado en 1989 al Torneo Mundial de Karate Do Okinawan Goju Ryu, realizado en los Estados Unidos. Aunque públicamente aún era poco conocido en su patria, su participación fue tan destacada allá tras ganar cuatro combates, que el maestro Kansho Morio Higaonna, organizador de la competencia, lo llamó para que se integrara a su cuerpo de entrenamiento. También es contratado como instructor en el dojo del campeón norteamericano Gabe Reynaga.
Un delgado y adolescente Cristián Martínez, camino a hacerse "Gorila".
Ocho sólidos bloques de concreto sucumben con un golpe de Cristián, durante una exhibición realizada en Santiago.
REGRESO A CHILE
Quizás aún no era profeta en su tierra, pero el Shihan Cristián Martínez ya se codeaba en esos años residiendo en los Estados Unidos, con algunos de los más grandes maestros de las artes marciales internacionales. Obtiene innumerables nuevos galardones y sigue ganando una experiencia que lo pone a la cabeza de los maestros chilenos de artes marciales combinadas, con tremendas proyecciones. Contrae matrimonio también con Shambra Martínez, relación de la que nacerá su primer hijo llamado Cristiano.
¿Por qué Cristián decide volver a Chile, entonces, teniendo semejantes expectativas y posibilidades de crecimiento ilimitado en el extranjero? Suenan explicaciones como su ruptura marital o cambios de expectativas existenciales; pero alguna vez oímos del propio Martínez que siempre estuvo soñando con la idea de extender en su país natal el culto a las luchas mixtas tras presenciar el espectacular Primer Campeonato de Vale Todo o Ultimate Fighting Championship (U.F.C.), organizado en 1993 por la Seg Sports con el lema corporativo de "anything goes" ("vale todo"), basado en este estilo de combate con técnicas múltiples iniciado en Brasil.
Fue un impulso por el que consagraría la mayor parte de sus mejores años y sacrificios, pues Martínez nunca pensó en poco; siempre en grande, como sus talentos.
Así vuelve a Chile ese mismo año e inicia una cruzada formidable, prácticamente desde la nada y con todo el peso en contra de las campañas puritanas que acababan de oscurecer al boxeo nacional. Instala su academia y oficina en el dojo de su padre, quien fuera hasta el final un gran colaborador de sus propósitos, e inicia un ciclo de charlas y exhibiciones que comienzan a interesar al público en su propuesta. Coincidentemente, tiene su segundo retoño acá en Chile, en 1995: Victoria Martínez, hija de una relación que, sin embargo, no perduró demasiado.
Cristián busca tentar a los medios con invitaciones y muestras para conocer su proyecto, organizando pequeños campeonatos por varias ciudades de Chile, y logra traer al país al prestigioso maestro daidojuku internacional Takashi Azuma. Hoy, un gran cuadro con el retrato de Cristián junto al maestro Azuma, cuelga en el gimnasio sobre las cabezas de los miembros del club. Al mismo tiempo, funda las ligas de Lucha Deportiva, de Jiu-Jitsu y de Vale Todo para agruparlas en la Federación de Lucha Vale Todo, que representará en Chile a la Federación Internacional del maestro Marcos Ruas, con sede en los Estados Unidos.
No quedó migaja de duda sobre las capacidades de organización, esmero y manejo de medios en esos días, revelando los talentos intelectuales que acompañaron estrechamente y como un todo esos indiscutibles méritos físicos y técnicos que lo caracterizaban. Y fue gracias a Martínez, quien asume desde entonces y como propio el apodo de "Gorila" que usara también su abuelo, que la bandera chilena aparece en lo alto de la fila de estandartes de los campeonatos internacionales de Vale Todo, dándole un nombre a Chile en el circuito desde el momento en que él era principal exponente nacional de la disciplina, a pesar de la curiosa humildad con que Cristián tomaba para sí este esfuerzo y hazaña.
Durante una exhibición con sus alumnos, en la Embajada de los Estados Unidos.
Subiendo a combatir. Fotografía: gentileza de Andrea Martínez.
SU CONSAGRACIÓN DEL "VALE TODO"
Infatigable y persistente, Martínez logra acceso a programas de televisión donde hace demostraciones de sus proezas y presenta a muchos de sus alumnos, demostrando que el Vale Todo ya ha nacido en Chile. Desde la novedad, entonces, comienza a surgir el interés.
Tal como lo hiciera en su época Curt Michel Gronow, el maestro de su padre, Cristián ofrece por los medios de comunicación un desafío: un generoso monto de dinero (5 millones de pesos, y después más aún) a quien lograra vencerlo en combate. Fue especialmente famosa la jornada de dos peleas consecutivas ejecutó en la jaula del Gimnasio "El Manzanal" de Rancagua, derrotando al ex boxeador Andrés Serrano y al campeón local de artes marciales Alejandro Silva.
En todos los años que mantuvo en pie la controvertida oferta, nadie lo logra: el "Gorila" es imbatible y su leyenda crece con vertiginosa velocidad. Entrevistado por la televisión, confiesa casi no tener tiempo libre: el galpón de su gimnasio en Coronel Robles consume la mayor parte de sus energías y disponibilidades, cada jornada, aunque de alguna manera se da tiempo para su familia y a veces para la práctica de deportes de destreza. Sus videos de luchas, en tanto, corren pirateados por ferias y mercados, y su presencia en internet se hace cada vez más popular. No necesita exhibicionismos ni proclamas con olor a bravatas: la temible y decisiva jaula enrejada es su "escenario" final para toda demostración. Una colección de premios, diplomas, medallas y reconocimiento en vitrinas y repisas de su gimnasio lo avalan.
Hombre de gran cultura y experiencia reunidas en sus aventuras de vida, de hablar pausado y amable contrastante con las fortalezas de su cuerpo y su alma, ya tiene un público que lo sigue lealmente en los torneos que organiza. "La máxima de un luchador es no menospreciar a nadie -declaró una vez-: si tú pestañeas, te pueden noquear". Arriba, en la jaula, se transforma: se vuelve el gorila; temible, invencible, destructor. Ataca sin piedad y hace gala de técnicas notables para someter al adversario, a golpes de rayo y llaves insoportables.
Al mismo tiempo, intenta fomentar esta disciplina entre gente joven: lo ve como una alternativa provechosa y positiva para mejorar sus vidas y alejarlos de vicios y haraganerías. Sus energías parecen imperecederas: ha logrado que el Vale Todo sea respetado como un deporte, y hasta se refieren a él en el programa "Zoom Deportivo" de Televisión Nacional dirigido por Sergio Livingstone, tras la doble proeza de Rancagua. Tiene un espacio ocasional, además, en el show televisivo "Morandé con Compañía" del canal Mega. Con su propia productora, "Gorila Producciones", lanza también un pequeño programa que realiza con sus asistentes y alumnos en una estación particular de televisión: "El Club de la Pelea", parafraseando el título del famoso filme del mismo nombre.
Cristián está alcanzando la cúspide de su carrera y sentando su propio mito en el ambiente. Es tan querido como temido: el mismo hombre es llamado Cristiancito y "El Gorilla" por sus conocidos, afuera y adentro de la jaula respectivamente. Su nombre y su apodo se escriben con mayúsculas. Ha organizado cerca de 12 campeonatos, y varios otros guerreros lo acompañan en esta cruzada. Ha logrado instalar en Chile el Vale Todo y comenzar a producir campeones.
El año 2008, y de una relación estabilizada, nace también su tercer hijo: la pequeña Ignacia Martínez.
Cristián Martínez y una nota sobre su desafío de "Vale Todo" ejecutado en Rancagua, en "Zoom Deportivo" de TVN. Fuente: http://youtu.be/XLmgZ41vW1g
Junto a su padre, el maestro Hernán Martínez, ya maduro.
Con su hermana Andrea Martínez, hoy a cargo de la academia del "Gorila".
EL ÚLTIMO COMBATE
Martínez viaja por aquellos buenos días a Egipto. Sin embargo, imprevistos malestares lo llevan a realizarse una serie de exámenes a su regreso y una nefasta noticia le es dada a conocer por los especialistas: su cerebro está siendo afectado por un tumor maligno, que avanza velozmente. Los esfuerzos por detener el crecimiento de este mal no rindieron frutos y el "Gorila", acabada de nacer su hijita, debió apartarse de las luchas para dar la más grande de todas sus peleas, intentando salvar su vida.
Fueron días de angustias para Cristián y su familia. Por primera vez en muchos años, sintió encima una fragilidad propia. La conclusión de los médicos fue desalentadora: nada se podía hacer ya. Al campeón del Vale Todo le quedaban sólo unos cuantos meses de vida. No había posibilidades científicas de recuperación para el guerrero chileno de la jaula.
Martínez pasó sus últimos meses intentando con procedimientos alternativos de sanación. Su vida se volvió introspectiva y pasó a un retiro reflexivo, rara vez interrumpido por alguna entrevista a la que accedía. Su habitual corpulencia física se perdió, desapareciendo muchos de esos kilos de masa muscular que caracterizaban la figura imponente del "Gorila". A pesar de los métodos casi desesperados que usó en esta durísima última batalla, nunca cayó en desaliento y se mantuvo estoicamente firme, hasta el final.
Cristián "Gorila" Martínez falleció rodeado de su familia en la madrugada del martes 27 de octubre de 2009. A pesar de que todos esperaban la noticia, su partida causó un hondo pesar en el medio de la lucha deportiva y abrió una herida que nunca ha cerrado entre los practicantes del Vale Todo. El velatorio de sus exequias se realizó en el propio gimnasio que albergó todas sus energías y sueños, con su ataúd cubierto por una bandera chilena y rodeado de un verdadero jardín de flores de esa última primavera de su vida. Sus restos fueron cremados en el Parque del Recuerdo, despedidos por una gran multitud.
Empero, para profundizar la tragedia, don Hernán Martínez, padre de Cristián, falleció pocos meses después el 5 de abril del año siguiente, según muchas opiniones de cercanos por una profunda depresión provocada por la pérdida de su hijo, que agravó su salud.
¿Cuántas cosas quedaron pendientes con la partida del inquieto e incansable Cristián? ¿Cuántos títulos y nuevos logros se volvieron paradigmas de una posibilidad incumplida? ¿Cuántas medallas, reconocimientos, entrevistas, agradecimientos, exhibiciones, torneos y triunfos naufragaron en la convulsión del tiempo? ¿Cuántas reflexiones, enseñanzas y filosofías de un retiro en la madurez a la que nunca pudo llegar el maestro? ¿Cuántos capítulos más para su ya contundente leyenda?
El día más triste de la academia.
La despedida de Cristián, con aplausos y lágrimas.
EL GIMNASIO DEL "GORILA", HOY
Desde el enfoque más positivo, Cristián dejó un enorme esfuerzo con resultados a la vista y se convirtió en el indiscutible blasón del Vale Todo en Chile. El Gimnasio de Quinta Normal, timoneado ahora por Andrea Martínez, la hermana del "Gorila",  ha seguido adelante, creciendo y participando de importantes eventos como el seminario que tendrá lugar este sábado, en el aniversario del fallecimiento del guerrero de la jaula.
Cabe recordar que la Federación Chilena de Luchas Valetodo realiza los encuentros Memoriales de Vale Todo en recuerdo del legado de Cristián, el primero de ellos en el Estadio Municipal de Recoleta, el año 2011. Un gran apoyo para continuar la obra de Martínez y mantener el dojo fue también Marcelo Machuca, gran amigo y colaborador de Cristián y de su padre.
Se podría decir que el gimnasio, después de este tiempo de transición, ha tenido un segundo aire: ya se estabilizó y varios de los antiguos alumnos de Cristián han vuelto al lugar, para ayudar a entregar el conocimiento que ellos tienen y formar nuevos peleadores. Gracias al incansable esfuerzo de su fiel alumno e instructor Diego Castro Huerta, se ha logrado traspasar un poco la esencia de lo que acostumbraban a ser las clases del "Gorila", sumado al esfuerzo de todas aquellas personas que están en el dojo, aunando fuerzas para lograr que brille como alguna vez lo hizo... ¿Cómo? Simplemente entregando todo el conocimiento posible para lograr una buena técnica y valores que van más allá de ganar una pelea en la jaula. Hay especiales agradecimientos también para Mauricio González y las filiales de Arica con Dennys Quijada; y Puerto Montt con Fabián Cañulef.
Los admiradores y herederos de la obra de Cristián Martínez, así, han erigido la figura del guerrero de la jaula al nivel de icono y sostén espiritual de tales disciplinas, que en nuestros días se espera puedan ser reconocidas oficialmente como deportes, cumpliendo su sueño aún inconcluso.
Mientras tanto, el gimnasio seguirá siendo un taller para campeones de esta disciplina, perpetuando los esfuerzos, sacrificios y la memoria del "Gorila" Martínez.
El Gimnasio del "Gorila" Martínez, en nuestros días.
Cristiano Martínez, el hijo del campeón.
El gimnasio, vivo y activo en nuestros días. Grandes retratos de Cristián Martínez junto al maestro Takashi Azuma, y al lado, un retrato de su padre Hernán Martínez, resguardan la actualidad del dojo.
La jaula del "Gorila" con su actual generación.

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