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LA MISTERIOSA MALVINITA DEL CEMENTERIO MUNICIPAL DE TOCOPILLA

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Coordenadas: 22° 4'56.19"S 70°11'32.08"W
Es toda una curiosidad la presencia de un gran altar funerario con animita dedicado a Malvinita Araya en el Cementerio Municipal de Tocopilla, al fondo de la calle principal de acceso. Ni siquiera los tocopillanos tienen del todo claro su origen, y algunos discuten aún si se trata sólo de un mausoleo dedicado a la animita o bien si hay alguna persona allí sepultada.
Malvinita es una de las animitas más populares de Chile: correspondería a una niña fallecida en trágicas circunstancias familiares el 15 de octubre de 1965, según comenta Oreste Plath, aunque en ciertas fuentes se indica que habría muerto en realidad el 18 de octubre de 1956, como Raúl Besoaín Armijo en su libro sobre la historia de San Bernardo. Fue una niña pequeña o una adolescente de 14 años, asesinada y quemada por su padre en una modestísima vivienda de calle Juanita Aguirre de aquella comuna de la Región Metropolitana. El nombre real de la fallecida efectivamente fue Malvina Araya, aunque su segundo apellido aparece como Molina o Miranda, según cada fuente.
Aunque la leyenda agrega a veces que fue vejada sexualmente por su progenitor, Besoaín Armijo detalla que el asesino ejecutor del crimen fue, según precisó la investigación policial, un joven de 17 años pero que actuó instigado por el padre de la niña, llamado Custodio Araya, sujeto que trabajaba como empleado en la morgue, dado a la ebriedad y maltratador, que agredía constantemente a su mujer Carmen Miranda, violencia en la que Malvina solía intervenir en favor de su madre hasta que la furia de su padre terminó de descontrolarse y precipitó los hechos. Ciego de ira contra su propia hija, el borracho abusador proveyó al muchacho de un líquido altamente inflamable y usado para disecar cadáveres en su trabajo, exigiéndole que lo empleara para quemar viva a la pobre niña, la que acabó su existencia convertida en una antorcha humana.
Sin embargo, ha existido más de un lugar de veneración de la infortunada Malvinita en la historia de las animitas chilenas: cuenta con un altar en el sector de enterramientos de niños del Cementerio N° 1 de Concepción, donde se recuerda que llegaban devotos y familias especialmente desde entre los mineros del carbón. Sin embargo, el suyo allí es un altar, no un lugar de sepultura: la verdadera tumba milagrosa de Malvinita está en el Cementerio de San Bernardo, en el nicho N° 109, como lo observó Plath hace tiempo. Quedo debiendo un artículo al respecto, entonces.
Aclarado el punto, ¿cómo y por qué llega una Malvinita a Tocopilla? La más antigua de las placas visibles con agradecimientos me parece que data de 1972, y pertenece a una persona llamada Esther Herrera. La cantidad de velas, ofrendas, cuadros, regalos, placas, flores, cuadros, mensajes rayados en los muros e imágenes de santos muy famosos en el Norte Grande como San Expedito o San Lorenzo, además de las infaltables efigies marianas y la de Cristo, demuestran que este conjunto ha sido un tradicional y consolidado atractivo para la fe popular de la ciudad tocopillana, teniéndose a la fallecida por altamente milagrosa y "cumplidora".
Alguien colocó incluso una "Oda a Malvinita", enmarcada y tras un cristal y donde se prioriza otra versión de la leyenda que corre en Tocopilla, que coloca a la muchacha como una mujer de más edad y con un hijo:
Oh, dulce Malvinita
Oh, ángel protector
de tu madre, hija y
hermanitos.
Tú eres benefactora
de los humildes
que recibiste en el cielo
Los poderes del señor
te entrego
en recompensa por tus
sacrificios y desvelos
¡Oh! Milagrosa Malvinita
Te suplico me concedas
lo que te pido de todo corazón
en el nombre del Señor. Amén
Quizás la explicación de su presencia por allá está en que la Malvinita siempre ha estado asociada al folklore minero en general, dada su presencia en el altar de Concepción, tierra de mineros de las carboníferas. Mas, incluso así, sigue llamando la atención que cuente con un sitio de rogativas, peticiones y ofrendas allí en la nortina ciudad de Tocopilla. Sería, en tal caso, otra suerte de "sucursal" de la animita original, como la del cementerio penquista.
En junio de 2011, además, los hermanos Hugo y Juan Peralta donaron al conjunto una estatua de Malvinita que los mismos hermanos le habían hecho para su madre en el año 2005, pues ella había sido una fervorosa seguidora. Tras fallecer, ambos la trasladaron hasta el Cementerio Municipal de Tocopilla, donde quedó instalada como recuerdo de la famosa "santita" popular y en memoria de la madre de los constructores. Sin embargo, esta pieza actualmente no existe allí, por desgracia, y a pesar de que los propios trabajadores del camposanto habían asegurado con cemento para evitar destrozos o robos.
No existiendo existiendo ahora estatuillas de la Malvinita en el altar, sí hay en su interior un cuadro con un rostro que los devotos adjudican a la finada, pero tengo una confusión al respecto: he visto ese mismo retrato en otras célebres tumbas milagrosas del Norte de Chile, como "Las Adrianitas" de Copiapó y la de Elvirita Guillén en Antofagasta. En este último caso, no obstante, se señala que es Malvinita a pesar de estar en un altar ajeno, quizás a causa de la popularidad de esta animita en esas tierras versus la falta de altares dedicados especialmente a ella. Incluso entre las placas de agradecimiento de Romualdito en la Estación Central de Santiago, han aparecido a veces algunas aludiendo a Malvina Araya.
Aunque no han faltado los que han creído también que la Malvinita de Tocopilla es una fallecida local, propia y sin relación con la animita de San Bernardo en Santiago, la identidad que se le adjudica como Malvina Araya, demostraría que se trata de un altar para esta misma muchacha del cementerio sambernardino. De hecho, entre las propias personas que consulté hace poco allá en la ciudad (incluidos trabajadores del cementerio), había severas discrepancias sobre la naturaleza de la instalación funeraria y devocional que allí se levantó en su memoria.
Las principales peticiones que se le formulan a Malvinita en Tocopilla se relacionan con problemas juveniles: estudios, correspondencia de amores, lazos de amistad, relaciones familiares, expectativas generales de vida... Otra razón para verificar el porqué de su popularidad allá en el puerto industrial del Norte Grande y para tener la seguridad de la larga vida que aún le queda a esta animita en la fe popular.

EL MUSEO DE SITIO COLON 10: LA "CASA DE LAS MOMIAS" JUNTO AL MORRO DE ARICA

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Coordenadas: 18°28'50.33"S 70°19'17.95"W
Colón 10, a un costado del Morro de Arica y en la pendiente hacia el Santuario de la Virgen del Carmen que allí existe, es uno de los sitios de mayor valor arqueológico y antropológico en Chile, por tratarse de la casa donde se encontró, en el año 2004, un impresionante cementerio precolombino que regresa a la luz del conocimiento parte de la historia más antigua y ancestral de la ciudad.
La casa del actual museo de sitio está construida en un sector que podría remontarse a los tiempos cercanos a la Guerra del Pacífico hasta el período del cambio de centuria, aunque ésta en particular parece corresponder a fines del siglo XIX. Es una típica vivienda de madera e influencia inglesa de transición entre el estilo georgiano y el victoriano, con fachada sencilla y abalaustrada, en este caso adaptando la planta y los levantamientos a la inclinación claramente ascendente del terreno. Ya en sí misma, esta propiedad era una antigüedad interesante para la urbe.
A pesar de todo, nadie se hubiese esperado que allí, tan cerca del Morro, la casa hubiese estado levantada en realidad sobre un ancestral cementerio indígena de unos 4 mil años, calidad que obligó a convertir el recinto en museo de sitio actualmente administrado por la Universidad de Tarapaca. El personal del recinto supone, además, que el enterramiento total abarca el subsuelo de las casas vecinas y probablemente de todo este costado del peñón, pero el museo permanece reducido, por ahora, sólo a esta propiedad. No es un dato menor, además, el descubrimiento de otros enterramientos en terrenos del "Hotel Savona" (marzo de 2005) a poco más de una cuadra de aquí, en calle Yungay.
Hace tiempo quería comenzar a abordar algo sobre la cultura chinchorro en este blog, y el Museo de Sitio Colón 10 me da la oportunidad perfecta.
Trabajos de recuperación del lugar (imágenes de la exposición).
Fachada actual del museo de sitio.
Antiguo murallón de adobe que se conservó del recinto.
EL HALLAZGO
A mal traer y muy deteriorada, la propiedad fue comprada hacia el año 2004 por el arquitecto santiaguino proveniente de Valparaíso don Fernando Antequera, dueño del ahora célebre restaurante ariqueño "Tierra Amata", y quien se estableció definitivamente en la ciudad para dar curso a estos emprendimientos. Su intención era remodelar y ampliar la vetusta casona con un cómodo hogar familiar a la vez que hotel tipo residencial turística, de hasta tres pisos en planes. Contaba para estos propósitos con el permiso de la Dirección de Obras Municipales, pero inconciente de que este proyecto iba a tener un gran giro y lo iba a convertir en un defensor de la cultura y el patrimonio histórico ariqueño.
Cerca del inicio de los trabajos, cuando se realizaban estudios de mecánica de suelo ese mismo año, salieron desde el subsuelo restos de cuerpos y huesos humanos, además de artículos con claro interés arqueológico, por lo que las operaciones se detuvieron y -en un acto que me consta no siempre ha sucedido-, el empresario dio inmediato aviso a las autoridades, conciente de la importancia de lo que estaba asomándose a la luz allí en su terreno.
El plan de cuidadosas excavaciones y la investigación profesional que seguirían, permitieron precisar que se trataba de un enterramiento de momias relacionadas con la cultura chinchorro, verdadero tesoro arqueológico que llamó la atención de la comunidad científica y académica nacional y motivó la visita de varios expertos, trazando un plan de rescate que contó inmediatamente con la buena disposición y cooperación del propio Antequera, a diferencia de lo que se ha conocido en otros casos parecidos, sobre puntos de valor histórico en recintos privados. Poco tiempo después, a mediados del año 2006, la casa-habitación fue adquirida por la Universidad de Tarapacá para conservar el descubrimiento, ya que los restos del cementerio indígena no podían ser trasladados a causa de su gran fragilidad.
Desde entonces, esta vieja casona de pino Oregón y paredes de adobe es llamada popularmente la "Casa de las Momias" o la "Casa del Cementerio". El recinto fue restaurado y recuperado con aportes obtenidos el año 2007 del Fondo Nacional de Desarrollo Regional, gracias a la iniciativa del Departamento de Antropología y la Vicerrectoría de la Universidad de Tarapacá, siendo convertido así en el Museo de Sitio Colón 10. Cerca de $170.000.000 se consiguieron por este fondo, más unos $62.500.000 aportados por la propia casa universitaria y $30.000.000 por el Consejo de Defensa del Estado.
Antequera, en tanto, cambió la orientación de sus energías emprendedoras y fundó el mencionado restaurante "Terra Amata" en otro sector del mismo casco histórico de Arica, bastante cerca de la plaza y sobre unos terrenos que adquirió especialmente para este proyecto. Y, como el hallazgo de calle Colón reveló que todo el faldeo de este lado del Morro de Arica puede ser un gran centro funerario indígena, el empresario tuvo la precaución de montar su restaurante, fundado en diciembre de 2005, sobre una gran plataforma que no involucró basamentos en el subsuelo y que no perturbaría futuras investigaciones en terreno para posibles reconocimientos o estudios de momias chinchorros que allí permanecen ocultas.
CARACTERÍSTICAS DEL MUSEO
Por una módica suma de dinero se puede entrar a la casa-museo de Colón 10, inaugurada el 18 de diciembre de 2009 y hasta ahora bajo administración de la Dirección del Departamento de Antropología y Museo de la Universidad de Tarapacá. El lugar, visitado por estudiantes, científicos y turistas, es presentado como un ejemplo del proceso de "puesta en valor" de un sitio histórico, además de ser un gran aliciente para la postulación de los vestigios de la Cultura Chinchorro a la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, por iniciativa de la Universidad de Tarapacá.
En la casona se trataron de conservar los aspectos de su fábrica de fines del siglo XIX, incluido el aspecto de arquitectura británica, el abundante uso de pino Oregón y hasta detalles como un viejísimo muro de adobes que divide la residencia de la vecina y que puede admirarse unos metros más allá del acceso, con sus bloques de barro y paja molida a la vista. La remodelación se diseñó de tal manera que no interviniese en el subsuelo.
El primer piso cuenta, tras la entrada, con una sala de paneles expositivos manipulables en donde se sintetiza el rescate de la casona y su hallazgo de momias, más datos relativos a la cultura chinchorro y al período que pertenecen. Y donde antes estaba el patio principal de la casona, lugar preciso del hallazgo ahora cubierto por un toldo y con grandes lienzos de información, están visibles parte de los 48 cuerpos distribuidos en tres sectores numerados dentro del mismo conjunto funerario, bajo una gruesa plataforma de vidrio. Otros están cubiertos y aún sometidos a trabajos de rescate.
Los enterramientos corresponden a una prolongada secuencia de uso y ocupación del terreno alcanzando al menos tres niveles, el más profundo y viejo de ellos aproximadamente de 1 metro 80 centímetros y que aún no ha podido ser excavado ni explorando, aunque se sabe que habrían allí ejemplos de las clásicas momias chinchorros, famosas por ser las más antiguas de todo el mundo con sus 8.000 años. Pertenecientes a adultos, jóvenes y niños, en algunos sujetos de este grupo funerario se han detectado rastros de severo desgaste de dientes y hasta abscesos alveolares.
En el Sector N° 1 del conjunto, los restos se observan en posición original decúbito dorsal, todos alineados con la cabeza hacia el Sur y extendidos uno al lado del otro en secuencia. Están cubiertos de esteras de fibras vegetales y pieles de aves marinas, en algunos casos con pequeñas ofrendas. Si bien la mayoría de estos cuerpos se momificaron por causas naturales vinculadas a las características del terreno y el medio ambiente, hay algunos de niños muy pequeños y lactantes allí sepultados que fueron sometidos a procesos de momificación artificial, particularmente en tres cuerpecitos que lucen máscaras de barro negro pintado rojo, aunque sus restos se observan muy deteriorados ya.
Los sectores N° 2 y N° 3 ya no conservan el orden prolijo de los enterramientos visibles en el N° 1, sino más bien un patrón disperso de colocación de cuerpos, además de orientaciones diferentes y posiciones casi arbitrarias. En estos grupos se ha precisado la presencia de erosión por exposición al medio ambiente y al Sol, probablemente por alteraciones del terreno en los miles de años transcurridos, además de cuerpos que están incompletos.
Dos escaleras llevan desde el primer piso hasta el segundo, que es un recinto abierto, muy bien ventilado, cubierto sólo por la toldería y habilitado para albergar material complementario como copias de cartografía histórica y grabados antiguos de la ciudad de Arica. Por la altura del terreno en que está este mirador, se tiene una muy buena vista de la ciudad y del propio Morro desde este sitio, además de una proporción de lo alto que se encuentra con respecto a la planta general de la metrópoli.
EL ORIGEN DE LAS MOMIAS
La cultura chinchorro fue de hábiles tejedores de redes, canastillos, cestos, cordeles, mantas y artículos en general con fibras de origen vegetal. Usaban cierto tipo de bolsas de mallas canastadas de esta característica también para la pesca de orilla. El nombre de chinchorro, de hecho, alude al tipo de redes que así se llaman en algunos países de la costa Pacífica de América, y todavía se denomina "chinchorreros" en ciertas partes de Chile a trabajadores que se valen de redes tejidas para extraer carbón o mariscos desde las playas.
Las momias del recinto de Colón 10, particularmente, pertenecen a la última fase cultural chinchorro, que abarca los 4.200 a 3.800 años atrás. La distribución geográfica de esta cultura involucra un amplio sector costero entre Chile y Perú, con epicentro en la zona de Camarones, desde donde se distribuyen hacia el Sur y hacia el Norte sus técnicas milenarias de momificación (año 5.000 antes de Cristo) con hallazgos en los puertos de Ilo, Arica e Iquique, abarcando más de 3.000 años de práctica.
Estas famosas momias, como es sabido, eran realizadas interviniendo el cuerpo del fallecido con arcillas, maderas, rellenos de material vegetal y pigmentos naturales, destacando el delineamiento que se hacía del rostro para darle el aspecto de seguir con vida. Las había en dos técnicas principales:
  1. Las momias negras, fabricadas entre los años 5.000 a 3.000 antes de Cristo, aproximadamente. Eran aquellas donde se removían músculos y vísceras del cuerpo abierto, para reforzar el esqueleto del cadáver con un armazón interior de madera y tejidos vegetales, recubriéndolo y moldeándolo con arcilla gris oscura, a veces forrándolo con la propia piel del muerto o de algún animal como lobos marinos. La cabeza era cubierta con una peluca corta de pelo humano y se le hacía una máscara de arcilla para volver a adosarla al resto del cuerpo. La momia completa era terminada con una pintura de óxido de manganeso, que le daba el característico color azulino muy oscuro pero reluciente.
  2. Las momias rojas, fabricadas entre los años 2.500 a 2.000 antes de Cristo, aproximadamente. Correspondían al procedimiento de retirar vísceras, músculos y cerebro del muerto a través de incisiones en el cuerpo (principalmente estómago, hombros, ingle y tobillos) e introducirle maderos para reforzamiento del esqueleto, procediendo a rellenar las cavidades con materiales como plumas, arcilla y tierra, para luego cerrar los cortes. Con óxido de manganeso, le era pegada a la cabeza una peluca de pelo largo negro, mismo color de la cara, mientras el resto del cuerpo era pintado rojo con óxido férrico que le daba el color rojo característico.
Los puntos del sector urbano o de la proximidad de Arica donde han aparecido momias chinchorros y vestigios de asentamientos de esta cultura, corresponden al Hipódromo y el Sitio Macarena al Norte de la ciudad, la Terraza Chinchorro frente a la bahía del mismo nombre, los vecinos sectores de la Maestranza y las instalaciones de Maderas Enco, el Cerro de Acha, la Playa Miller y el sector de Quiani hacia el Sur. Entre todos ellos, en los faldeos septentrionales del Morro de Arica está un sector conocido como el Sitio Morro, al que pertenecen los hallazgos de Colón 10 y el mencionado del "Hotel Savona". Se sabe también que los chinchorros establecidos en lo que hoy es Arica, se proveían de agua dulce desde los ríos Lluta y San José, además de recolectar totora y junquillo para sus mencionados tejidos y para combustible de hogueras.
Hay evidencia de que la relación de la cultura chinchorro con su entorno, se extendía con los valles interiores a pesar de su inclinación a permanecer siempre cerca del mar. Si bien carecían de conocimientos en alfarería, cerámica o metalúrgica que sólo aparecen hacia el final del período chinchorro, como se trataba de un pueblo costero y pescador muchos de sus utensilios y herramientas tenían que ver con el desconche de moluscos (chopes, hechos con costillas de animales), además de arpones de pesca, armas para caza de fauna costera, estólicas para aumentar la fuerza de lanzamiento de dardos o lanzas y anzuelos fabricados con espinas o trozos de conchas. Algunos artefactos de este tipo aparecieron también en el enterramiento de Colón 1o, además de conchas marinas que acompañaban a los cuerpos.
El Museo de Sitio Colón 10 es un excelente lugar para acercarse al conocimiento sobre esta cultura, entonces, aunque mi modesta recomendación sería destacar más en su fachada su función, ya que la falta de indicaciones claras desorienta a algunos visitantes y especialmente a turistas extranjeros tentados con la idea de conocer este singular centro de atracción cultural y patrimonial de Arica, ubicado precisamente en el camino del acceso peatonal al Morro.

LA TRÁGICA Y HERMOSA ESQUINA DE FABITA EN BARRIO MAPOCHO

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Coordenadas: 33°25'59.48"S 70°39'26.62"W
Este texto de mi autoría pertenece originalmente al capítulo titulado "Otro ángel caído", del tomo II de mi libro "LA VIDA EN LAS RIBERAS: crónicas de las especies extintas del Barrio Mapocho" (pág. 359 a 361), publicado en versión digital en la siguiente dirección: issuu.com/urbatorium/docs/la_vida_en_las_riberas_tomo_dos. Como nota de actualización, corresponde decir que estas instalaciones de la animita fueron totalmente arrasadas hace un par de años, aparentemente por decisión de las autoridades, eliminándose todo vestigio de ella en la esquina donde se encontraba.
La ribera opuesta también ha adicionado a su paisaje los vestigios de tragedias similares a la de Mauricio Andrés y en las que la partida traumática e inesperada ha dejado esa ilusión de una energía milagrosa y gentil en el lugar donde se posó el dedo de la muerte. Existe un caso más reciente que el acabado de ver, de hecho.
Fabiola era una chica de bajo tamaño y un poco gordita, nos dicen. Usaba su liso pelo aclarado y siempre parecía sonreír, pese a haber sobrellevado sus 30 años con algunas dificultades. Había algo cándido e infantil en ella, en Fabita, como le llamaban sus amigos: alguna secreta inocencia que le hacía verse de menos edad y mayor vitalidad. Integraba un club religioso que agrupa a sordos y oyentes de Maipú, llamado Comunidad Manos de Alelí, pues tenía un sobrino afectado por esta limitación. No hay duda: siempre fue una mujer muy querida entre los suyos.
Dicen sus flamantes devotos que Fabiola trabajaba en la proximidad de la Estación Mapocho, por donde está la ex Cárcel Pública, el escenario de su tragedia. Transitaba a diario por allí, inconsciente de que sería acaso la primera víctima del infame sistema Transantiago, y además la última animita que ha aparecido en este lado del barrio riberano, en la encrucijada de calles donde le aguardaba la muerte.
La jovial Fabiola cruzó la calle General Mackenna aquella mañana de día martes, hacia donde están los cuarteles de la Policía de Investigaciones, por la altura del famoso kiosquero don Juan Rubio, por más de 35 años establecido en el mismo barrio. No lo habría hecho con imprudencia, nos han informado también por acá, sino con una falsa seguridad: la muchacha desconocía que los trabajos de pavimentación que se realizaban cerca de ahí en calle Bandera (como siempre, eligiéndose las peores épocas del año para ejecutarlas), habían obligado a descargar todo el tráfico de la locomoción colectiva que iba hacia el Norte, ahora por la calle Amunátegui, exigiendo a los monstruosos y aberrantes buses oruga del nuevo sistema doblar por esta calle justo en su esquina con General Mackenna, precisamente donde cruzaba la inocente víctima.
Fabiola Andrea Hernández Pailamilla murió golpeada y arrollada ahí mismo por esa mole metálica, símbolo de la desdicha de toda una ciudad sometida a las eternas malas decisiones de sus autoridades, per secula seculorum. Es por eso que creemos que Fabiola fue la primera víctima del nefasto sistema, casi como un mal presagio o anticipo de su fracaso, pues además del bus que causó este drama, el Transantiago recién se estaba preparando para ser puesto en marcha plenamente en febrero del año siguiente y las pavimentaciones que produjeron estos desvíos fatales nacieron de la urgencia por disponer contra reloj las calles para el mismo .
Fueron horas de terrible emoción las que se vivieron allí durante esa mañana. Carabineros llegó a realizar las pericias y los primeros deudos de Fabita aparecieron haciendo más dolorosos aquellos momentos. El cuerpo fue retirado y una gruesa manguera de incendios intentó borrar las huellas de la brutal escena que había tenido lugar, haciéndole vista gorda al sufrimiento y al horror que se vivieron. Según entendemos, fue sepultada provisoriamente en el Cementerio General, y luego trasladada hasta el Parque del Sendero, en Maipú.
Pero algo iba a impedir que Fabiola fuera sólo un número más en la estadística, pasado por lo bajo de promesas del mejor sistema de locomoción que jamás llegó. Nos cuenta don Juan, el kiosquero, que de a poco comenzaron a llegar amigos y familiares de la infortunada muchacha, a colocar sus ofrendas florales en las rejas que están sobre la infausta esquina de su última desgracia. Flores frescas y otras de papel, más algunos adornos extras, como veletas, cintas o escarapelas. Y luego, llegaron las velas y los visitantes anónimos, y el juramento de que, tal como en el caso del otro chico atropellado frente a la Piscina Escolar, la fallecida era en extremo milagrosa, impregnando de su magnificencia ese mismo sitio que fuera sangriento tablado de su caída… Mapocho se había ganado otra generosa hada.
De esta forma, entonces, su nombre sigue presente allí en la esquina, con una segunda vida propia. El imaginario jardín decora ese lugar que habría sido un sitio maldito, de no ser porque su propia muerte atrajo las flores que la llenan de color y de promesas de conceder favores y dar esperanzas. Fabiola salvó esta esquina.
Nada muere en Barrio Mapocho. Todo objeto, persona o concepto inclusive, trasciende en los hilos históricos; se transmuta, convirtiendo su propia ausencia en una presencia irrenunciable y perpetuada, como hemos visto. Sin una casucha propia como animita, Fabita de todos modos aún ronda allí, en el lugar de su infortunio. Y alguien ha colgado una placa de madera grabada con pirografía, ofreciendo al lector la síntesis más exacta y precisa para la explicar su misterio:
Aún no he muerto.
Sólo moriré
cuando no esté
en tus recuerdos.

EL POPULAR FINADO TOÑITO GÓMEZ DEL PARQUE IBÁÑEZ DEL CAMPO EN ARICA

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Coordenadas:  18°28'40.25"S 70°18'49.56"W
Es inevitable que todas las leyendas urbanas terminen transformándose y alterándose en la transmisión oral, y es así como Antonio Gómez, el popular Toñito con su animita en el Parque General Carlos Ibáñez del Campo, ha pasado a ser en algunas versiones, alguien muy distinto de lo que era en principio. Ni siquiera su lugar de conmemoración está bien señalado, pues su muerte no tuvo lugar en esa esquina de Chacabuco con General Lagos, sino más al poniente.
Muchos creen que Toñito Gómez fue atropellado por un vehículo pesado, por su ubicación en el cruce. Un taxista de los que van a Azapa y que se instalan cerca de allí (gremio entre los que cuenta con varios devotos), me contó que no tenían claro si había sido una víctima de un hecho delincuencial sangriento o bien había caído durante la represión que sobrevino con el Golpe Militar de 1973, pues ambas historias han circulado. Otra versión la tienen ciertos puesteros que se colocan en la popular feria del domingo de este lugar: esta teoría lo coloca como víctima de la Dictadura en los años setenta u ochenta.
La que parece ser la verdadera historia ya fue rescatada y explicada hace casi diez años por Pedro Clemente en "La Estrella de Arica", sin embargo, en un artículo del día 20 de junio titulado "La triste historia del 'finaíto' Gómez". Cuenta el cronista que en los años 40, Antonio Gómez era un militar que formada parte del Regimiento "Rancagua" y lo apodaban Ganchito. Muy querido entre sus vecinos, gustaba de salir a hacer apuestas por los locales de la periferia de la ciudad, aunque su estilo de vida era tranquilo y quitado de bulla.
Uno de esos días, Ganchito Gómez bebió más de la cuenta y se devolvió a su casa en estado de ebriedad. Estaba atravesando Chacabuco con Patricio Lynch, en la época en que pasaba por allí la línea férrea, cuando el querido personaje no se percató que se aproximaba el tren de transporte de los trabajadores de las Maestranzas de Chinchorro, apodado por lo mismo "La Chinchorrina". A estos trabajadores les decían carrunchos o tiznados, por su aspecto al final de cada jornada. A pesar de que el maquinista solía hacer sonar el pito o sirena de alerta por seguridad al entrar a la calle Chacabuco, el militar emborrachado no advirtió que se aproximaba.
Gómez, viendo ya encima a "La Chinchorrina", tropezó y cayó sobre las vías. El tren le pasó por encima y la noticia corrió rápidamente por la entonces pequeña ciudad. Un anciano testigo del barrio, consultado por el periodista, recordaba el tumulto de gente que se armó en torno al militar arrollado. También comentó de algunos rumores que comenzaron a cundir casi de inmediato sobre la muerte, como el de un posible compañero de armas que lo habría asesinado por venganza de celos y luego llevado hasta la línea férrea para que su muerte pareciera accidental.
La comunidad se organizó e instaló una animita en el lugar donde había ocurrido el accidente, allí en la misma esquina señalada, muy cerca de un sitio eriazo donde antes se instalaban famosas ramadas locales como la del "Negro Rufo" y su hermana Rosa. Según Clemente, se volvió rápidamente un punto de fe popular, con muchas visitas durante las noches, dejando testimonios de velas encendidas y flores como ofrendas.
Sin embargo, tras la creación de la Junta de Adelanto de Arica y la instauración del ansiado Puerto Libre, se homenajeó al gran impulsor que fuera el Presidente Ibáñez del Campo con la construcción del área verde que lleva su nombre allí, en 1961: el Parque General Carlos Ibáñez del Campo. Y fue durante estas obras que la animita de Antonio Gómez sería trasladada por las autoridades una cuadra más al oriente, hasta su actual ubicación en Chacabuco con General Lagos. Quizás ésta sea la razón de algunas confusiones relativas a su antigüedad, presentes en las creencias populares.
En algún momento de la larga alcaldía en Arica del Coronel (R) Manuel Castillo Ibaceta durante el Régimen Militar, parece que hacia la mitad de los años setenta, se pretendió retirar la animita de Toñito y, de hecho, hay quienes aseguran que después se quitó la casucha. Sin embargo, la gente continuó asistiendo a dejar velas y ofrendas, levantándose nuevamente la casita a dos aguas que hoy sigue allí, soportando también las innumerables placas de agradecimientos por favores concedidos, además de agregársele los pequeños pretiles que sirven de escaños para los visitantes.
Durante la remodelación del parque ejecutada hacia fines del gobierno de Michelle Bachelet e inaugurados en 2010 como parte de los preparativos para los festejos del Bicentenario Nacional, se respetó la presencia de la animita de Antonio Gómez y se la conservó en el mismo lugar en el que aún se encuentra.
Con sus cerca de 70 años, Toñito debe ser sin duda una de las más antiguas de Arica que han conservado su carácter de milagrosa y generosa, para con los favores solicitados por los afligidos y menesterosos.

UNA ALEGORÍA DE LA LIBERTAD EN ANTOFAGASTA: EL MONUMENTO ALEMÁN DEL CENTENARIO EN PLAZA SOTOMAYOR

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Coordenadas: 23°39'4.93"S 70°23'52.33"W
Adelante del Mercado Municipal Central de Antofagasta, allí en lo que ahora es la dura Plaza Sotomayor por el lado de calle Manuel Antonio Matta, hace pocos años recuperó protagonismo la estatua alegórica de la libertad que donó la colonia alemana a la cuidad de Antofagasta, aunque queda bastante poco del aspecto original que tenía el conjunto conmemorativo cuando fuera inaugurado en el Primer Centenario Nacional. A decir verdad, toda esta plaza ha sido transformada mucho en poco más de un siglo.
Este lugar corresponde a la antigua Plaza del Ferrocarril de los años previos a la Guerra del Pacífico, donde se constituyó el área verde que dio origen a la alguna vez llamada Plaza Municipal, rebautizada oficialmente con el nombre del Coronel Emilio Sotomayor Baeza (1826-1894), personaje que se recuerda acá especialmente por haber sido quien debió ocupar la ciudad antofagastina al producirse el quiebre diplomático final de 1879.
La figura alegórica de la libertad aparece en esta plaza en 1910, correspondiendo a uno de los varios obsequios de comunidades extranjeras que recibió la ciudad en el marco del Centenario de la Declaración de Independencia de Chile de 1810, en este caso de manos de la colonia alemana.
Este Monumento Alemán al Centenario de la República de Chile, como se llama más formalmente, fue instalado en la plaza constando de una torre trunca de piedra con diseño neoclásico y alusiones conmemorativas inscritas en su base, además del Escudo de Chile y el del Imperio Alemán. La estatua femenina de bronce que sostiene simbólicamente una antorcha con la luz emancipadora, no estaba en lo alto de este pedestal, sino en la cara frontal de la torre sobre el plinto de la misma. Lo que al parecer sí existió en lo alto de esta torre u obelisco, fue una efigie del águila imperial germánica que desapareció, según veremos. Un jardín circular rodeaba al monumento que se hallaba entre los dos niveles de escalinatas de acceso a la plaza por el lado de calle Matta.
En aquellos años, la Plaza Sotomayor también era muy diferente en su aspecto comparada con la actual. El edificio del Mercado Municipal fue inaugurado unos años después, hacia 1927, justo a espaldas del monumento alemán que los antofagastinos llamaban cariñosamente su Estatua de la Libertad. Este cambio formó parte de la transformación radical de la plaza, pues muchas de sus áreas verdes fueron desapareciendo al igual que antigua ornamentación neoclásica que se encontraba por la misma y de la que aún quedan algunos recuerdos e imágenes. El paradero de varias de estas estatuas parece ser desconocido en este momento, incluyendo algunas de las propias figuras decorativas que tenía el monumento alemán, acompañando a la figura principal femenina.
El monumento, antes de la construcción del Mercado Central de Antofagasta.
Ya con el edificio del Mercado al fondo (Fuente: Flickr de Santiago Nostálgico).
Aparentemente, para entonces ya había sido retirada la comentada águila imperial que algunos antofagastinos le describen al primer monumento de la libertad: al estallar la Primer Guerra Mundial y a pesar de las acusaciones de germanofilia que pesaron sobre Chile en ese período, alguna autoridad habría decidido quitar dicho emblema y así la torre quedó desierta en su extremo superior. Al menos esta es la versión de la leyenda sobre su desaparición.
Hacia los años sesenta o setenta, la torre del conjunto fue pintada blanca y se hicieron pequeñas restauraciones en la misma. Sin embargo, el monumento ya no estaba en su época más esplendorosa y ofrecía pequeños rastros de deterioro provocados por el paso del tiempo y terremotos como los de 1953 y 1966. Muchos de sus ornamentos laterales se habían ido destruyendo por la mala calidad del material original, impidiendo la posibilidad de restaurarlos con pulcritud hacia la década siguiente.
Una serie de nuevas transformaciones de la plaza comienzan después en los años 80, como la incorporación de puestos de comercio y el trazado de otras rutas peatonales dentro de la misma, seguidas de los grandes terremotos de 1987 y 1995. El viejo monumento había quedado rodeado por un enrejado bajo, además, en este tránsito de tiempo.
Otra enorme remodelación se realizaría en la Plaza Sotomayor entre 1999 y 2002, la mayor de todas, causando gran controversia entre varios antofagastinos que no estuvieron de acuerdo con el proyecto y que advirtieron que esta modernización iba a poner fin a las pocas áreas verdes que le quedaban al recinto y a terminar de convertirla así en plaza dura, para priorizar su función de anfiteatro. De alguna manera, el recinto pasaba a ser la explanada del Mercado Central más que una plaza propiamente dicha.
Esta transformación alcanzó también al monumento: en otro acto que ha sido duramente reprochado por parte importante de la opinión de los ciudadanos, se había desmontado la figura de la alegoría de la libertad (que permanecía guardada en una bodega) y se había removido su gran torre pedestal, siendo reemplazada por una columna cilíndrica con segmentos forrados en cobre. Sobre ella, en su punto más alto, fue instalada la imagen de la libertad con el blasón del escudo nacional y la antorcha.
Actualmente, en la base del muevo monumento ya carente de casi todos esos rasgos neoclásicos que identificaron la ornamentación de la plaza, se colocaron caracteres dorados con las fechas de 1810 (Independencia), 1910 (Primer Centenario) y 2010 (Bicentenario), acompañando a una placa metálica conmemorativa de la inauguración de estas últimas obras, donde se lee lisonjeando el orgullo de las autoridades de aquellos días:
PLAZA CORONEL
EMILIO SOTOMAYOR
OBRA BICENTENARIO DE LA
REPÚBLICA DE CHILE
INAUGURADA POR EL EXCELENTÍSIMO
SEÑOR PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
DON RICARDO LAGOS ESCOBAR
"UN LUGAR DEDICADO A LA CULTURA
E IDENTIDAD ANTOFAGASTINA"
PEDRO ARAYA ORTIZ
ALCALDE DE ANTOFAGASTA
ANTOFAGASTA EN LA RUTA DEL BICENTENARIO
1810-2010
28 DE MAYO DE 2002
Sin embargo, el lugar consagrado a "la cultura e identidad antofagastina" no tardó en volver a llenarse de comercio, parte de él establecido legalmente y otro de manera por completo irregular, generando nuevos malestares en la ciudadanía. Hoy, estas ferias y los puestos de venta están mucho más ordenados por el lado de la calle peatonal, aunque de todos modos cuesta transitar por el sector y encontrar un lugar despejado desde el cual, por ejemplo, tomar una buena fotografía del monumento alemán. Un reciente reordenamiento ha obligado a poner cordura a la aglomeración de puestos en este sitio, recuperándose en parte la condición de plaza más que de mercadillo que estaba adquiriendo el recinto.
Mi impresión, sin embargo, es que pocos antofagastinos están realmente satisfechos con el drástico cambio de la plaza y del monumento. Me aseguran también que la presencia de actos culturales y artísticos que ahí se realizan, muchos justo a los pies de la columna de la estatua, no son tanto más que antes de la remodelación, aunque creo necesario decir -por justicia- que el espacio es mucho más amplio y cómodo ahora que se ha convertido en auténtico anfiteatro. Dedicaré alguna futura entrada especialmente a la Plaza Sotomayor y esta clase de cambios en su historia.
Afortunadamente, y a pesar de las mutaciones, la mujer libertaria de bronce permanece allí en lo alto, con la antorcha de la independencia alzada sobre su cabeza y con el blasón del escudo chileno a sus pies. Su presencia secular y mirada hacia la costa es todo lo que queda de aquel monumento germánico que engalanó este lugar de la ciudad por tantos años.

¡A BUSCAR "PEGA"!

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Trabajador en su hora de almuerzo, en revista "Zig Zag". Museo Histórico Nacional
Esta es la época de rastreo de las "pegas" de verano, para terminar la temporada estival con plata y, en otros casos, para financiar la recreación de todos los días de vacaciones que se vienen.
En tanto, ¿por qué le decimos“pega” al empleo o al trabajo? La RAE reconoce el uso de "pega" como sinónimo de "ocupación retribuida”, pero lo reconoce sólo en Bolivia, Colombia, Cuba, Ecuador y Perú. No se menciona a Chile, quizás uno de los países donde más se utiliza y donde tiene otros sinónimos informales como "pituto"o "pololito".
En su antiguo “Diccionario de Chilenismos” de 1875, Zorobabel Rodríguez ya habla del uso del concepto“pega” pero como equivalente de un punto óptimo, algo “cocido”, en su momento preciso, por lo que se hablaba entonces de "estar en la pega"para señalar que lo estaba listo para un paso siguiente.
Sin embargo, una teoría sostenida por el profesor de historia Cristóbal García Huidobro tiene una explicación interesante y muy razonable: "pega" se habría establecido como sinónimo de empleo u ocupación entre fines de la Colonia y parte del siglo XIX, cuando era común que las clases populares se proveyeran de algunos ingresos participando el labores de construcción básicas como en las faenas de la pega de piedras y ladrillos, aludiendo al pegado con la argamasa que se hacía para estos materiales, los que a su vez se pegaban para levantar muros, paredones, canales y malecones.
Un lugar de mucha "pega" en la Colonia: el Puente de Cal y Canto.
Las grandes obras públicas para tales "pegas"no faltaban: la construcción de tajamares del Mapocho, los empedrados de las calles, la construcción de paseos, de la Alameda, del Cerro Santa Lucía, los adoquinados y tantos otros casos donde se podía buscar empleo para "ir a la pega"de piedras y ladrillos.
Era una actividad no especializada en grandes conocimientos técnicos y de relativa facilidad, pero muy exigente y trabajosa, quizás una de las más demandantes de esta clase de obras…
La“pega” se relacionó también con la famosa mezcla de cal y canto que se supone hecha con claras de huevos, cuyo máximo ejemplo fue quizás en el Puente de Cal y Canto, otra de las obras que dieron mucha posibilidad de "encontrar pega" a la población santiaguina en aquellos años.
Ahí tenemos una idea de lo antiguo que puede ser, entonces, el concepto de salir a buscar "pega".

UN PASEO POR LA ALAMEDA DE LOS POETAS Y LOS ESCRITORES EN LA SERENA

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Coordenadas:  29°54'20.52"S 71°15'36.85"W
La Región de Coquimbo ha sido otro nido generoso en el rol de proporcionarle a todo Chile grandes figuras para su literatura, incluyendo nuestro primer Premio Nobel. Y la continuación hacia el poniente de la Avenida Francisco de Aguirre, allí entre la Carretera Panamericana y calle Juan José Latorre, se encarga de recordar esta virtud local a todo visitante, con la llamada Plaza de los Poetas y Escritores de La Serena.
Este paseo funciona como una suerte de continuación hacia la costa de la Alameda de las Esculturas de Avenida Aguirre, pasado el sector del Monumento de Francisco de Aguirre, la plazoleta del obelisco monumental y la línea del ferrocarril, que señala el límite mismo de la Plaza de los Poetas y los Escritores en el camino a pie hacia el Paseo del Mar y el Faro Monumental, por estas cómodas y amenas áreas verdes.
Originalmente, este proyecto de homenaje los hombres de letras de la región es llamado Alameda o Paseo de los Poetas, y así fue inaugurado en los años setenta. Actualmente, cuenta con 14 pedestales, siendo el último de los homenajeados con un busto allí mismo el literato Hugo Thenoux Moure, en el verano de 2011. Y aunque se llama también Paseo de los Poetas a todo este tramo de la plaza central de la avenida, desde la línea del tren hasta el faro, en el uso popular no se hace mucha diferencia nominal con el resto de la Alameda de La Serena, pues funciona como un único gran paseo por toda la Avenida Francisco de Aguirre.
Los pedestales y bustos son de distintos estilos artísticos. O debería decir los que quedan, porque muchos de ellos han sido vandalizados y desaparecieron, aunque no tengo claro si están guardados todos o si, definitivamente, se ha perdido la mayoría. El salvajismo y la barbarie urbana han sido un gran problema para toda la Alameda Francisco de Aguirre y desde hace largo tiempo, en varias ocasiones por intrusos que ni siquiera pertencen la ciudad, obligando a reparar estatuas y a establecer períodos de vigilancia para la ornamentación pública. Las huellas de destrucción y pintarrajeo sobre los monumentos de la Plaza de los Poetas y los Escritores, particularmente, es clara evidencia de este cáncer cultural generalizado en Chile, que alcanza incluso a lugares y pueblos donde se intentan establecer puntillosas diferencias en el discurso localista con respecto a la idiosincrasia nacional.
Un gran monolito de roca casi al inicio del paseo, explica desde 1978 al visitante el origen de este homenaje y la importancia de las manos que participaron de su creación durante las remodelaciones de la Alameda ejecutadas a inicios de aquella década:
HOMENAJE A LAS LETRAS
REGIONALES
DEL CÍRCULO LITERARIO
CARLOS MONDACA CORTES
A LA CIUDAD
DE LA SERENA
ESCULTORA: LAURA RODIG
26 DE AGOSTO DE 1971
PRESIDENCIA:
SRA. MARÍA GIACAMAN DE SFEIR
EN EL FONDO DEL POZO DE LA HISTORIA
COMO UN AGUA MÁS BRILLANTE Y PURA
BRILLAN LOS OJOS DE LOS POETAS MUERTOS
-NERUDA-
1953-1978
Aunque aquí trascribo en forma lineal y con justificación central, cabe advertir que el texto de la piedra tiene una tabulación curiosa, diría que intencional y tenuemente creacionista o "huidobriana". La intervención artística de Laura Rodig en el conjunto original, además, debe estar entre las últimas de su carrera, pues falleció poco más de un año después.
Los homenajeados en el Paseo de los Poetas, allí entre árboles, caminos de gravilla y césped en alrededor de tres cuadras de plaza central, son para las siguientes personalidades:
  1. La primera imagen es -como podría esperarse- de Lucía Godoy Alcayaga, la gran poetisa Gabriela Mistral (1889-1957), nacida en el Valle de Elqui y con su primer hogar reconstruido y convertido en museo en Vicuña. Nuestra Premio Nobel de Literatura de 1945 y autora de obras insignes como "Desolación" o "Los sonetos de la muerte y otros poemas elegíacos", tiene su rostro tallado sobre una piedra más bien colorada. Gabriela Mistral es, además, quien justifica principalmente la ubicación del Paseo de los Poetas y los Escritores en este tramo de la avenida: en la esquina con Juan José Latorre, se encuentra la llamada Casa de Las Palmeras, que perteneció a la poetisa. Cabe recordar también que Rodig y Mistral se conocieron en Punta Arenas, como parte de sus actividades docentes siendo grandes amigas desde ahí en adelante.
  2. El segundo homenajeado caminando de Este a Oeste es el serenense Manuel Magallanes Moure (1878-1924), escritor, poeta y periodista vinculado al famoso grupo de "Los 10", autor de poemarios como "Facetas", cuentos como los del trabajo "¿Qué es amor?" y de obras de teatro como "Lluvia de primavera". Su pedestal tiene una placa de homenaje adicional, colocada en el centenario del nacimiento del escritor, pero desgraciadamente su busto no estaba sobre la estructura en mi última visita al lugar, pues había sido salvajemente atacado en varias ocasiones, primero quebrándole la nariz y luego arrancándolo de cuajo.
  3. Al cumplirse un nuevo aniversario del fallecimiento de Hugo Thenox Moure (1916-1992), como dijimos, también fue colocado un busto suyo en la Plaza de los Poetas y los Escritores hacia fines de febrero de 2011, casi acompañando a su tío Magallanes Moure. Ex funcionario del Banco del Estado, el escritor fue el autor de obras memorialistas como  "La Serena que yo veo y siento" y su libro póstumo "Vivencias de un serenense".
  4. Carlos Mondaca Cortés (1881-1928) es el siguiente en el paseo, aunque el busto del autor nacido en Vicuña tampoco está sobre su pedestal vacío y decapitado. Poeta y educador, fue autor de los libros "Por los caminos" y "Recogimiento", además de un hombre con inmenso prestigio en su importante labor académica. Es, además, quien da su nombre al Círculo Literario Regional fundado en 1953 y que propuso la creación de este paseo conmemorativo a la Ilustre Municipalidad de La Serena.
  5. El siguiente es Enrique Molina Garmendia (1871-1964), que -para nuestra suerte y admiración- sí conserva su busto sobre el pedestal con su nombre. Nativo de La Serena, fundador de la Universidad de Concepción y uno de los más influyentes filósofos chilenos, Molina fue autor de ensayos como "La cultura y la educación general" y "Por las dos Américas".
  6. Sigue más allá don David Rojas González (1885-1947), destacado especialmente por su "Jai-von: novela chilena". Su pedestal es bastante particular, con rocas canteadas y el busto se mantiene allí encima, con estilo realista. Parece corresponder a una pieza que no formó parte del conjunto original del paseo, sino posterior.
  7. Desgraciadamente, no se encuentra el busto de doña María Isabel Peralta (1903-1926), y su pedestal también ha sido rayado con el spray de los neandertales del pseudoarte. Paihuanina e hija de una familia española, comenzó a publicar sus poemas en periódicos de Vicuña y de Coquimbo, y después en una obra propia titulada "Caravana parda", que quedó en calidad de póstuma dada su muy prematura muerte.
  8. David Perry Barnes (1896-1970) sí conserva su busto  allí en la plaza, según parece en la misma roca rojiza que la imagen de Gabriela Mistral. El autor ovallino fue periodista, funcionario público, poeta y escribió libros como "Témpanos errantes" y "Tejedor de la luz".
  9. El busto de Roberto Flores Álvarez (1909-1984) tiene un estilo bastante parecido al de Rodig, aunque es otra de las piezas conmemorativas colocadas posteriormente a la inauguración del paseo y cuando la escultora ya había fallecido. Lamentablemente, está parcialmente deteriorado por acción vandálica. Contador, columnista, escritor, poeta y político, fue autor de "Añañucas" y de una obra póstuma titulada "Canto a los Mineros". Si bien Flores Álvarez nació en Vallenar, su vínculo esencial lo tuvo con la Región de Coquimbo, particularmente con La Serena, donde vivió y llegó a ser Intendente. Incluso, el día de su súbita muerte justo iba a recibir allá el Premio Regional de Literatura.
  10. Aunque se conserva la escultura de Víctor Domingo Silva Endeiza (1882-1960), el pedestal que sostiene esta imagen de uno de los más grandes escritores de la literatura chilena está groseramente rayado y tacado por la lepra del grafiti tag. El mismo busto está en pésimo estado, también: a golpes le volaron parte de la boca y la mandíbula. Escritor, dramaturgo, poeta, periodista y político, Silva nació en una casa de Tongoy, recordándosele por obras como "El Derrotero", su novela "La Pampa Trágica" y obras de teatro como "El Rey de la Araucanía".
  11. Fernando Binvignat Marín (1903-1977) también es parte de los pedestales y bustos adicionados al conjunto después de su primera inauguración en 1971. Y por desgracia, tampoco fue perdonado por los bárbaros: su nariz está rota, además de rayado con los típicos símbolos de barras fútbol chilenas tan acostumbradas a la derrota y la frustración, pero no a contener el resentimiento. Coquimbano de nacimiento, Binvignat fue profesor, cronista y poeta, recibiendo el Premio Regional de Literatura dos años antes de su fallecimiento por sus poemarios como "Canto humilde" y "Madrigal de palomas".
  12. Hay un pedestal con un homenaje especial de la literatura chilena para un personaje que la influyó pero que no es de la región; ni siquiera de nuestro país. Se trata de Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888) quien, como se sabe, estuvo exiliado en Chile antes de regresar a su patria y alcanzar la Presidencia de la República Argentina. Infelizmente, el busto tampoco estaba, pero sí dos placas conmemorativas originales del pedestal. Una de ellas, de mármol, reproduce palabras de la Mistral como homenaje a su obra: "Llevaba la escuela más que a Facundo en el pensamiento y la imagen del pan suyo y la del pupitre escolar se le hacían una sola pieza; la escuela se le venía solita al alma como el halcón al puño del cazador... Gabriela Mistral".  La segunda placa explica el origen del monumento: "Año Sarmientino 1888-1988. El señor Gobernador de la Provincia de San Juan - República Argentina, Dr. Don Carlos Enrique Gómez Centurión, al Pueblo y Gobierno de La Serena, en la inauguración del monumento al prócer sanjuanino Don Domingo Faustino Sarmiento en el centenario de su fallecimiento. San Juan, 10 de febrero de 1989".
  13. La siguiente obra también es posterior y está sin placa que lo identifique, pero se reconoce con facilidad al personaje por quien sabe de su obra: don Braulio Arenas Carvajal (1913-1988), el insigne poeta, dramaturgo y fundador del grupo surrealista "Mandrágora" fue uno de los principales exponentes de la extraordinaria Generación Literaria del 38. Premio Nacional de Literatura en 1984, el gran literato nacido en La Serena fue autor de novelas como "Adiós a la familia" o "La endemoniada de Santiago", y de poemarios como "Poemas" y "La casa fantasma".
  14. Finalmente, el paseo de bustos culmina con Juan Guzmán Cruchaga (1895-1979), Premio Nacional de Literatura en 1962 y autor de libros de poemas como "La mirada inmóvil" o "El maleficio de la luna". Guzmán no nació en la región, pero este busto se colocó como homenaje a su memoria luego de su fallecimiento, tal vez por su proximidad con la obra de locales como Víctor Domingo Silva, Manuel Magallanes y Carlos Mondaca. Como es de esperar, sin embargo, la pieza está inmundamente pintarrajeada, tanto el pedestal como el busto, especialmente con los infaltables aerosoles rupestres de barras de fútbol.
No hay duda de que este Paseo de los Poetas debe ir creciendo en homenajes. Además de la evidente falta de reposición de bustos que han sido retirados o secuestrados, se agrega la necesidad de colocar allí algunos nombres que han quedado injustamente pendientes en la nómina de literatos oriundos de la región. En este momento recuerdo, por ejemplo, los casos de Tristán Altagracia, nacido en Punitaqui, o doña Marta Samatán Madariaga, relacionada con la familia del famoso Solar-Museo de los Madariaga en Vicuña, o la poetisa Susana Moya, que formó parte de la Generación del 80 y partió poco después de los 50 años de vida. Por supuesto, esto sin contar aún a los poetas y escritores vivos que, con el tiempo y su partida inevitable, se irán sumando a la honrosa nómina de literatos de la región.
Durante el año recién pasado, se inició un mejoramiento de este tramo de la Avenida y el Paseo Francisco de Aguirre entre la línea del tren y el faro, obra que incluye perfeccionar los senderos y la construcción de la ciclovía. La idea final incluye reponer los bustos faltantes del paseo y también otorgar mejor iluminación a todo el lugar.
Ningún esfuerzo será apropiado, sin embargo, si no se extirpa de una vez por todas la barbarie cultural de quienes parecen programados desde su inferioridad para destruir aquello que son incapaces de crear, eligiendo -muy simbólica y alegóricamente, en este caso- a los homenajes para los hombres que dignifican nuestra literatura desde Región de Coquimbo, tan prolífica y valiosa para las letras nacionales.

LA ACIAGA RACHA DE MUERTE DE 1976 EN EL MORRO DE ARICA

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Rescate del cuerpo del joven obrero fallecido en el trágico accidente de junio de 1976, que parece haber cerrado la racha fatal del Morro aquel año (Fuente imagen: diario "La Estrella de Arica").
Coordenadas: 18°28'57.47"S 70°19'28.94"W
Una de las famas más siniestras del Morro de Arica, independientemente de sus leyendas y tradiciones de orientación sobrenatural, es su confirmada característica de ser un lugar elegido por muchos suicidas que se arrojan al vacío, como fue el caso aún relativamente reciente que he abordado en este sitio, de Juan Salvador Huerta, cuya animita está abajo en el sector de los jardines desde el año 2010.
Pero la muerte se ha manifestado en el morro no sólo con saltos suicidas: recordados son los casos de obreros que han perecido accidentalmente, en especial durante la construcción de las instalaciones portuarias. Y, si hilamos fino siguiendo la cuerda de muerte por el tiempo, podemos remontarnos a la propia Toma del Morro de Arica el 7 de junio de 1880, que regó de sangre de unos 1.500 hombres heroicos este peñón.
Que el ángel de la muerte ha volado históricamente alrededor del Morro como esos negros gallinazos cabeza roja, entonces, no es tema de discusión. Sin embargo, una particular concentración de suicidios y accidentes ocurrida en un período de 1976, en su momento sirvió para especular sobre una controversial maldición o, cuanto menos, de un sino de desgracia rondando al lugar, a pesar de lo habituados que han estado tradicionalmente los ariqueños a las noticias con esta clase de dramas involucrando al Morro.
Conscriptos del Regimiento "Rancagua" realizando labores de rescate de cuerpos de los trabajadores guaneros fallecidos el 4 de marzo de 1976 (Fuente imagen: diario "La Estrella de Arica").
UN VERANO SANGRIENTO
Era febrero de 1976, con veraneantes en masa y en la mejor etapa de las vacaciones para la ciudad de Arica. Acababa de fundarse el diario "La Estrella", además. Hacía menos de cuatro años que el Morro de Arica había sido declarado Monumento Histórico Nacional y cerca de dos desde que se fundó en su cumbre el Museo Histórico y de Armas, revitalizando las visitas a su cima y mejorando su importancia en el turismo.
El día martes 17 de ese mes hacia las 14 horas, una muchacha de 17 años llamada Olga Cortez López se encontraba arriba en el Morro, hasta donde había llegado con un triste propósito. Residente de la Población Las Brisas, por razones que nunca fueron bien aclaradas la jovencita ejecutó el fatídico "salto del ángel" desde el sector adyacente al museo y frente a la costa, donde está la gran falla con grietas en la cara frontal del peñón.
El frágil cuerpo golpeó contra el borde rocoso y cayó desde la inmensidad hasta donde están los jardines y las palmas en la actualidad. Quedó tendida abajo, entre unos peñascos, quebrada como una muñeca de losa y con la vista perdía hacia el cielo al que quizás esperaba llegar con este acto final. Y al día siguiente, la portada del diario local titulaba: "DRAMA EN EL MORRO".
Empero, no se pasaba la impresión de este trágico suceso cuando, tan sólo unos días después, el 22 de febrero, un obrero de 35 años llamado Félix Jofré Adaros, domiciliado en la Población Barrientos, también se lanzó desde la altura y cerca del lugar donde antes lo había hecho la muchacha.
La información que recolectaron rápidamente los medios para el día siguiente, decía que Jofré había tenido una fuerte y terminal discusión con su esposa, hacia el mediodía, abandonando su hogar sabiendo que todo había concluido. Luego de deambular fugazmente por las calles de la ciudad llegó a la cima del Morro de Arica y, tras una última meditación, se arrojó desde el borde hacia la avenida costanera.
Tal como sucedió con la joven Olga, el cuerpo del trabajador golpeó contra la saliente y quedó destruido en el fondo, en su caso tan gravemente que dificultó el reconocimiento del cadáver luego de que el cadáver fuera levantado por orden del juez.
Dos muertes similares en 5 días parecía una casualidad asombrosa, aunque aún era comprensible como coincidencia... Sin embargo, el Morro todavía tenía macabras sorpresas que ofrecer.
Esquema en la portada del diario mostrando cómo fue el suicidio de la muchacha Olga Cortez López, en febrero de 1976 (Fuente imagen: diario "La Estrella de Arica").
 A los pocos días, el mismo periódico debió repetir lo mismo en su portada, para mostrar un esquema detallando el suicidio del obrero Félix Jofré (Fuente imagen: diario "La Estrella de Arica").
UN HORRIBLE Y MORTAL ACCIDENTE
Terminaba la temporada de las vacaciones estivales con estas dos tragedias a cuestas, y Arica comenzaba a volver a la normalidad del resto del año, al empezar marzo. Sin embargo, el primer jueves de ese mes iba a clavarle una puñalada a la tranquilidad de toda la ciudad, nuevamente con un sangriento y doloroso suceso que es considerado como uno de los más terribles accidentes sucedidos allí.
Cinco obreros, dos de ellos menores de edad, trabajaban en la ladera del Morro de Arica ubicada hacia el lado poniente, enfrente de El Caleuche y de los roqueríos de El Infiernillo, por el sector que hoy se reconocería en la cúspide como aquel atrás de las antenas de radio. A unos 100 metros de altura, había una cueva guanera donde recogían material para fertilizante los trabajadores independientes Mateo Zegarra Belzú (43 años), su hijo Juan Carlos Zegarra Mamani (16 años), Modesto Ilaja González (35 años) y su medio hermano Eleodoro González González (37 años) quien, infelizmente, ese día llevó por primera vez al lugar de labores a su hijo Raúl González Supanta (14 años).
Estaban en estas faenas cuando, inesperadamente, un gran desprendimiento de rocas, arena y tierra provocó un alud de enormes proporciones que acabó tapando a los infortunados obreros. Según testigos que informaron a la prensa, el derrumbe fue hacia las 18:10 horas de ese día 4 de marzo de 1976.
La noticia se expandió rápidamente y llegaron raudos los efectivos de Carabineros de Chile y una patrulla militar del Regimiento "Rancagua" quienes, con voluntarios del Cuerpo de Bomberos de Arica y asistidos por personal de Servicio de Investigaciones y Seguridad, realizaron un titánico y peligroso escalamiento con cuerdas y picotas hasta el lugar de la tragedia mientras se hacía ya de noche, esperanzados en rescatar con vida a los guaneros atrapados. A las 19.20 llegó el juez del 2° Juzgado del Crimen, don Humberto Retamal Arellano, quien daría la orden de levantar los cuerpos que se hallaran en el lugar.
Dirigidos por el Prefecto de Carabineros Coronel Eduardo Torres Torres y por el Comandante 2° Subrogante del Regimiento "Rancagua" Mayor César Zavala, las cuadrillas constataron que todos murieron sepultados, excepto González González, quien alcanzó a ver con horror cómo su hijo adolescente era aplastado por el derrumbe. El sobreviviente fue bajado en camilla y hacia las 20:30 horas de ese día, y menos de diez minutos después descendían en la oscuridad el cadáver de su hijo, primero sacado de entre las rocas, para que su muerte fuera certificada por el Doctor Octavio Villegas. Un rato después, era bajado de la misma manera el cuerpo de Ilaja.
Un infierno de llamadas comenzó a agitar los teléfonos de los cuarteles de Carabineros en esas tensas horas: familiares y amigos preguntando por sus seres queridos, más la prensa y las autoridades conmocionadas por el accidente. En la oscuridad nocturna, una muchedumbre se agolpó abajo en la Costanera Sur por el lado de El Caleuche y la playa El Laucho, mirando los trabajos de rescate que se divisaban todavía gracias a los movimientos de las lámparas y las linternas de los rescatistas.
Fue todo lo que se pudo hacer ese día, sin embargo, pues una piedra de unas tres toneladas obstruía las labores en el socavón, por lo que la operación debió ser suspendida hacia las 20:45 horas y hasta el otro día. En la confusión, ni siquiera se sabía con claridad si las víctimas eran cuatro o cinco.
La mañana llegó con una penosa escena en el lugar y el día iluminaba el escenario de la tragedia en toda su magnitud, mientras los conscriptos del Regimiento "Rancagua" aún exponían sus vidas para los trabajos de rescate desde las 7:45.
Cerca de las 10 horas, lograron sacar de entre la tierra y las piedras los restos de los Zegarra, primero el hijo y luego el padre. La viuda, doña Brígida Mamani, estuvo mirando con sus dos hijas desde temprano estas actividades en el sector de la costanera, quizás inútilmente esperanzada en un milagro, en una conmovedora y terrible escena que fue registrada por los reporteros. Los cuerpos debieron ser recibidos por Teodoro Zegarra, hermano de la mayor de las víctimas.
Conscriptos rescatando los cuerpos del fatídico accidente de marzo de 1976, que se encontraban atrapados a 100 metros de altura (Fuente imagen: diario "La Estrella de Arica").
Eulogio González González, modesto trabajador que sería el único sobreviviente de la tragedia, donde perdió a su hijo y a un medio hermano (Fuente imagen: diario "La Estrella de Arica").
LA CIUDAD CONSTERNADA
La conmoción fue general en Arica. Los llantos de los deudos no cesaron desde la mañana aquella en que terminaron de ser retirados los cadáveres. Los titulares de prensa otra vez destacaban al Morro como escenario de un traumático drama y, conforme se iban conociendo más detalles de la tragedia, más profundo era el dolor. Incluso el Gobernador de la Provincia y el Jefe de Guarnición Militar se habían hecho presentes para conocer del desarrollo de los rescates.
Crudas imágenes de cuerpos ensangrentados aparecían en los periódicos. Estrangulaba el alma, además, confirmar las condiciones de miseria que afectaban a estos hombres, debiendo trabajar en tan peligrosas condiciones por el sustento. El muchacho hijo de González, por ejemplo, había sido llevado ese día al lugar de extracción por su padre, para poder pagarse los zapatos de colegio que necesitaba en el inicio de clases que iba a tener lugar el lunes siguiente.
Según la información que proporcionó por entonces el Teniente de Carabineros don Tulio Miniño, quien estuvo a cargo del operativo de rescate y fue considerado casi un héroe en su momento, toda esta calamidad se debió a la inexperiencia de los trabajadores guaneros que, motivados por la necesidad, tomaron estos trabajos de altura y en lugares con peligro de derrumbe. Si bien el hoyo de la tragedia medía sólo un metro de profundidad y tenía una boca de seis metros, ellos habrían realizado excavaciones para facilitar la extracción sin la prevención necesaria. "Trabajaban sacando guano de la manera más rudimentaria -diría Miniño a la prensa-, sin ningún medio de seguridad".
El día 6, hacia las 17 horas y tras ser velados en la Población 11 de Septiembre, salían los cortejos de Ilaja y del adolescente González Supanta, quien era su sobrino además de hijo del sobreviviente Eulogio, también residente en esa misma villa. Los restos de los Zegarra, en cambio, partirían al cementerio a la misma hora desde la calle Chapiquiña.
Casi al mismo tiempo, las autoridades locales anunciaban la toma de medidas para evitar que se repitieran calamidades como ésta en el Morro de Arica... Mas, aún el peñón tenía alguna secreta e inexplicable sed de sangre que se iba a consumar luego de una falsa calma.
Horrible escena, del cuerpo del muchacho hijo de Eulogio González, de sólo 14 años, siendo trasladado por el personal de Hospital Juan Noé (Fuente imagen: diario "La Estrella de Arica").
La triste escena en que doña Brígida Mamani, esposa y madre de los Zegarra, llega hasta el lugar donde están siendo rescatados los cuerpos de sus seres queridos, mientras un funcionario de Carabineros intenta frenarla (Fuente imagen: diario "La Estrella de Arica").
Mateo Zegarra y su hijo Juan Carlos, de sólo 16 años, cuyos cuerpos pudieron ser rescatados sólo al día siguiente (Fuente imagen: diario "La Estrella de Arica").
LA MUERTE REGRESA AL MORRO
Pasó marzo... Se fue el verano. Pasó abril, y las heridas sufrientes de los sucesos del Morro de Arica comenzaron a cerrar más por olvido que por superación, como ha sido costumbre en nuestra frágil memoria nacional. La instalación del monumento a los trabajadores que habían ido muriendo en la construcción del puerto, inaugurado el 1° de mayo siguiente, prácticamente pasó inadvertida en varios medios locales.
Los festejos del 7 de junio, en cambio, devolvieron la alegría ariqueña. En un solemne acto, además, se habían trasladado los restos del soldado desconocido de la Guerra del Pacífico encontrado en Pisagua hasta una cripta y memorial propio en la cima del Morro de Arica, donde aún permanece recibiendo visitas y honores.
Terminaba el mes de la ciudad y el peñón, por desgracia, volvió a teñirse de rojo. Esta vez, la víctima fue Carlos Lamas Córdova, joven de 22 años domiciliado en la Población Faldeos del Morro y obrero del Plan del Empleo Mínimo, quien pereció aplastado por un nuevo derrumbe de toneladas de piedras y rocas en una cantera a 55 metros de altura, por el lado de la ladera frente a la ex Isla Alacrán y donde se habían producido antes las extracciones de material para la construcción del puerto. Allí se retiraban, ahora, rocas para trabajos de ornato de la ciudad, particularmente para la construcción del muro de piedra laja de la Playa La Lisera y del Paseo Peatonal El Morro. Lamas formaba parte de estas cuadrillas.
La causa de la tragedia fue, principalmente, el deslizamiento de una enorme roca de cinco toneladas, que además provocó la avalancha que le quitó la vida a Carlos y dejó herido a su compañero de trabajo Genaro Luis Rodríguez, de 28 años. La tragedia sucedió a las 10.15 de la mañana, a unos 800 metros de donde había ocurrido el fatal derrumbe de marzo. Correspondió otra vez al Juez Retamal, ir al lugar a autorizar el levantamiento de los restos.
El cuerpo de Lamas quedó tirado en una extraña posición, contorsionado y destruido, aún con su overol azul, tronchando una vida esforzada y joven. Luego de ser rescatado y bajado hacia las 11:50 horas por carabineros y bomberos, el cadáver fue llevado en un carro de estos últimos hasta la morgue, todo esto ante la mirada de sus padres Carlos Lamas Varela y Esperanza Córdova Guzmán, en medio de escenas desgarradoras de sufrimiento pues la madre, que también trabajaba en el Plan del Empleo Mínimo, se encontraba regando los cercanos jardines de la avenida Costanera justo al momento del accidente.
Al día siguiente, la prensa titulaba sin salir del asombro: "EL MORRO COBRÓ OTRA VÍCTIMA"
El saldo positivo de todo es que, a pesar de las características del terrible nuevo accidente, salvaron ilesos cinco trabajadores más que estaban con el herido y el fallecido.
Imagen del infortunado obrero Carlos Lamas, en la tarjeta que envió a sus padres en la última Navidad de su vida (Fuente imagen: diario "La Estrella de Arica").
Cuerpo de Carlos Lamas tras la tragedia (Fuente imagen: diario "La Estrella de Arica").
Labores de rescate del cuerpo (Fuente imagen: diario "La Estrella de Arica").
MIRANDO HACIA 1976
Siete muertos dejó la racha fatal del Morro de Arica aquél 1976; siete vidas llenas de futuro, de gente modesta y esforzada, cuyas familias aún deben vivir en la ciudad cabecera del país, que a fines de ese mismo año veía con incertidumbre cómo era disuelta su histórica Junta de Adelanto.
Siete vidas que, por cierto, sólo se suman a la nómina negra del lugar, que incluye trabajadores muertos en accidentes como el de 1961 y otras almas fracturadas que se autoeliminaron o que cayeron accidentalmente, como parece ser el caso de un soldado de la Brigada Acorazada "Coraceros" que pereció el año 2011.
He escuchado que hubo al menos una tragedia más ese año de 1976 vinculada al Morro, pero revisando la prensa no logro encontrarla dentro de esta cadena oscura de recurrencia allí sucedida: primero un suicidio de una muchacha, seguido de otro suicidio similar de un obrero, al poco tiempo la muerte de cuatro obreros (dos de ellos adolescentes) en un derrumbe, y finalmente el derrumbe que mata a un obrero joven casi como terminando de conceptualizar las coincidencias de este soplo de muerte en el destino sobre el gran símbolo de Arica.
Aunque los años de los accidentes como los descritos han quedado atrás, salvo por el recuerdo que dejaron temibles derrumbes en los últimos terremotos, muchas otras personas han vuelto a ejecutar el suicida "salto del ángel" desde la altura del peñón, poniendo fin a tormentos y a perturbaciones de una vida infeliz. Una de las más espectaculares tiene lugar el 2004, con una joven pareja que se arrojó en vehículo desde 114 metros de altura, en un aparente pacto final. Varios más trataron de suicidarse, pero logrando ser detenidos a tiempo. El último fallecimiento del que tengo noticia, fue el de un muchacho de 23 años que se arrojó en llamas el mes de junio pasado.
Nada se parece, sin embargo, a esta extraña seguidilla de muertes de 1976, con sus circunstancias tan particulares y trágicas, además de su intrigante coincidencia de tiempos, espacios y hechos.
La roca que desató la tragedia de junio de 1976 (Fuente imagen: diario "La Estrella de Arica").
Los padres de Lamas en el lugar de la tragedia (Fuente imagen: diario "La Estrella de Arica").

AVISO A TODOS LOS LECTORES Y LOS VISITANTES

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Este blog se mantiene en línea y visible a petición de los propios lectores pero a pesar que yo, su autor, me encuentro totalmente retirado de estas actividades y estudios en estos momentos. Suplico comprender mi falta de disponibilidad actual para antender consultas o responder solicitudes relativas al contenido de este mismo sitio, pero el apartarse de todo lo relacionado con el blog y sus demandas es parte del retiro que he decidido tomarme. Pido disculpas y comprensión al respecto. Muchos saludos a todos los visitantes.
Cristian "Criss" Salazar Naudón

CUANDO AVENIDA MATTA ERA LA ALAMEDA DE LOS MONOS

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Coordenadas: 33°27'32.55"S 70°38'46.70"W
En Chile, siempre se ha llamado coloquialmente como "monos" a las figuras humanas reducidas de tamaño o de alguna connotación graciosa. Así es cómo surgió el nombre de la sombrerería "Donde golpea el monito", por ejemplo, aludiendo a su muñeco mecánico que toca la vidriera de la tienda; o bien el informal título de "monitos" que se da a los dibujos animados y cartoons. Los diseñadores gráficos, por su parte, viven con el estigma de un trabajo identificado popularmente con la banal definición de "hacer monitos"; en tanto, los niños son "monos chicos" y los copiones hacen todo "por monos", por meros imitadores.
Podrá sonar extravagante, pero dentro de esta etimología simiesca alguna vez tuvimos hasta una arteria alusiva a los "monos", correspondiente a una de las actuales avenidas más importantes de la capital chilena. Es claro, sin embargo, que se ha ido perdiendo parte de la memoria sobre el origen de la Avenida Manuel Antonio Matta, que mucho antes de ser tal fue la llamada la Alameda de los Monos o Cañada de los Monos, cuando no era más que un callejón rural en el que se fueron colocando ferias ganaderas y agrícolas, seguidas de lujosas quintas, a pesar de que el entorno a veces resultaba penoso y peligroso.
Siempre me ha resultado especialmente interesante y curioso este capítulo de la historia de la toponimia santiaguina, más allá de la mera singularidad de aquel título de la calle de aquellos dias. He aquí mi pequeño esfuerzo por difundir estos recuerdos de la ciudad, entonces.
Plano de Santiago de Chile hecho por Agostino Aglio en 1824. Así lucía el sector de chacras y campos al Sur de la Cañada de Santiago (futura Alameda) unos pocos años antes de la construcción de la Alameda de los Monos.
LA ALAMEDA DE LOS MONOS
La Alameda de los Monos se remonta a los primeros años de organización republicana. René León Echaíz comenta en su "Historia de Santiago: La República", cuál es el origen de ese sendero con tan extraño nombre que parece homenajear al mundo primate:
"En las proximidades del 'Conventillo' de los franciscanos existía una extensa pampa perteneciente al Almirante Blanco Encalada. El Cabildo (Municipalidad) de Santiago se la compró en 1828; y se formó allí una ancha calle que recibió, ignoramos por qué, el nombre de 'Alameda de los Monos' o 'Cañada del Conventillo'. En un principio se usó como feria semanal de animales y era un espacio sucio y de feo aspecto; pero más tarde, durante la Intendencia de Vicuña Mackenna, sirvió de base al camino de cintura sur (hoy Avenida Matta)".
A mayor abundamiento, inicialmente esta alameda medía unas cuatro cuadras entre lo que hoy son las calles San Diego y Santa Rosa. El nombre de Cañada del Conventillo se debió a que pasaba cerca del mencionado "conventillo" franciscano, correspondiente a un pequeño noviciado. Era un ambiente de campiña y de terrenos rurales, a ratos pantanosos, donde quedarían dispersas algunas pequeñas edificaciones de un piso construidas en torno a patios, pero alternadas con las grandes chacras.
Sin embargo, don Benjamín Vicuña Mackenna ya había escrito la particular razón del nombre de la Alameda de los Monos que desconoce León Echaíz, en el trabajo "Algunos proverbios, refranes, motes y dichos nacionales": señala allí que la denominación se debía a la presencia de "cuatro pequeñas estatuas de yeso que representaban las estaciones"que fueron instalados en una quinta del sector, precisamente la que antes había pertenecido a don Manuel Blanco Encalada y donde se trazó la alameda. Retomaremos más abajo la cita completa del autor.
El nombre debe haber surgido connaturalmente en el uso popular de esos años, en referencia a aquellas estatuas-alegorías de las estaciones del año que estaban en pedestales sobre los murallones y columnas de acceso acaso por el callejón original de aquella alameda, en parte de lo que había sido la entrada a la antigua quinta o cerca. La chacra de Blanco Encalada, además, había pertenecido más tarde al General Bernardo O'Higgins, período en el que vivió allí el General José de San Martín, y después doña Nicolasa Toro de Correa, siguiendo los datos de Vicuña Mackenna, hasta que fue comprada y urbanizada.
El aspecto semi-rural y apartado permaneció un largo tiempo más dominando estos parajes. En una memoria de la Intendencia de Santiago presentada al Ministerio de Interior con fecha 1° de mayo de 1860, se mencionan las "zanjas laterales para que sirvan de desagües que faciliten su limpieza y conservación" de las calles que ya entonces "se hallan situadas al sur de la Alameda de los Monos", por el sector irrigado que era llamado La Aguada. El conocido cauce que marcaba el límite Sur de estos terrenos y los de la Pampilla, es conocido hasta ahora como el Zanjón de la Aguada, por lo mismo.
Hacia 1865, además, era conocida la Casa de Corrección de Mujeres que estaba cerca del empalme en la Alameda de los Monos y la antes llamada Calle de las Matadas, así motejada por unos asesinatos de mujeres allí descubiertos. Las instalaciones y el cuidado de las mujeres de vida controvertida estaba a cargo de las monjas de Santa Rosa, y la calle en cuestión adquirió este mismo nombre de la orden, hasta ahora: Avenida Santa Rosa.
Otros "monos" de las cuatro estaciones en Santiago: las estatuas metálicas simbolizando Primavera, Verano, Otoño e Invierno en el Castillo Hidalgo del Cerro Santa Lucía, en 1874. De estas cuatro hermosas imágenes, actualmente quedan sólo dos en el cerro.
DONDE SE "FRÍEN MONOS"
Según Oreste Plath en "Grafismo animalista en el hablar del pueblo chileno", la expresión despectiva de mandar "freír monos", que se usa para exhortar a alguien para que se largue a molestar, incomodar o estorbar a otro lado, provendría precisamente de una relación con este sitio del Santiago del siglo XIX:
"'Vaya a freír monos a otra parte', que siempre es mala parte, parece tener su origen en 'ir a freír monos a la Aguada'; sitio de aguas en las afueras de la ciudad de Santiago, en que antiguamente había una quinta con cuatro estatuas de yeso que representaban las estaciones".
Si bien la propuesta de Plath es interesante, debe hacerse notar que el mandar a "freír monos" se usa también en otros países de América Hispánica, con formas tales como "anda a freír monos a Guayaquil" o "anda a freír monos al África", esta última conocida popularmente en Chile. Puede ser, entonces, que si bien la expresión no sea originaria chilena, sí haya tenido arraigo y difusión por haber sido asociada a los famosos monos del barrio primitivo de dicho sector de Santiago, como indica Plath.
Algo interesante ya había comentado al respecto Vicuña Mackenna en la fuente ya señalada, refiriéndose a La Aguada y su zanjón y a las alusiones a los "monos fritos", en lo que parece haber sido más bien un viejo juego de niños:
"'IR A FREÍR MONOS A LA AGUADA' ('El último mono se ahoga'): Entre los disparates populares que con los honores de proverbios se han aclimatado entre nosotros, ninguno es más singular, divertido y estrafalario que el que ahora nos sirve de tema principal. Porque si bien es cierto que no faltan monos y especialmente monas en esta parte del histórico zanjón que da comienzo a la ciudad por el sur (escribimos en el Camino de Cintura) nunca hemos sabido los hubiera en la Aguada misma, y menos que allí las gentes se los comieran fritos como congrios... Lo que suelen en ese barrio, limítrofe del Matadero y la Penitenciaría, es freír seres humanos 'cocidos a puñaladas'.
Respecto de la única y chistosa explicación dada por algunos, de que los monos fritos en la Aguada habitaban en la Quinta o Alameda de los Monos, que allí está vecina, bastará saber que los últimos eran cuatro pequeñas estatuas de yeso que representaban las estaciones y que fueron colocadas, no hace todavía de ello medio siglo, sobre las pilastras de ladrillo..."
Especulando un poco sobre este punto, cabe preguntarse si la relación se hace a alguna clase de fritura en el comercio popular de las ferias en la Alameda de los Monos, y si la expresión originalmente usada acá era mandar "a freír a los monos", devenida después -por corrupción- en "a freír monos", tal como sucedió con "hacer el perro del muerto" que quedó convertida en la actual "hacer perro muerto". La relación asociativa sería parecida a la de aludir a Chuchunco para hablar de algo lejano y marginal, en el casi legendario territorio que estaba situado al poniente de la ciudad. Ambos terrenos, Chuchunco y la Aguada de los Monos, aparecen así señalados de forma despectiva por hallarse retirados y en la periferia urbana.
Gallo Choro mandando a "freír monos" a un Patudo, en el álbum "Bestiario del Reyno de Chile", del caricaturista Lukas ( Renzo Pecchenino Raggi).
TRASFORMACIONES Y DESAPARICIÓN
Puede comprenderse que, con la construcción de calles y zanjas de 1860, la urbanización de la ciudad ya empezaba a asimilar estos territorios hasta entonces marginados y de campiñas con grandes quintas, adyacentes a la gran extensión de la llamada Pampilla que se ubicada más al poniente, donde después estarán los actuales recintos del Parque O'Higgins y el Club Hípico.
La llegada de las estancias de agrado y grandes quintas de clases copetudas, había dado un nuevo cariz a la Alameda de los Monos. En "Sabor y saber de la cocina chilena", Hernán Eyzaguirre Lyon recuerda que el afrancesado y aristocrático señor Isidoro Errázuriz se había hecho construir un cómodo chalet de dos pisos y con el estilo del Norte de Europa en la misma alameda, que "era potrero abierto en aquellos años, lo cual le permitía gozar de todas las delicias de la naturaleza, además de una bellísima vista hacia la cordillera". Errázuriz había estudiado en Estados Unidos y Europa, ostentando el título de Doctor en Filosofía en la Universidad de Göttingen.
A este ameno sitio de los Errázuriz y en lo que será años después el Barrio Matta, asistía con frecuencia don Luis Orrego Luco, quien en sus "Memorias" recuerda que el chalet era escenario de grandes comidas y encuentros sociales, en elegantes salones con cuadros representando escenas de "Fausto", y el techo pintado al fresco con escenas del infierno de Dante y pasajes de Virgilio cruzando la Laguna Estigia. Afuera, los cultivos de hortalizas, árboles frutales y hermosas flores eran compartidos con corrales de crianza de ciervos, conejos, pavos, gallinas y faisanes. La cría de estos animales proveía de carne para los enormes banquetes de la quinta del señor Errázuriz, que son mencionados también por Eugenio Pereira Salas. De hecho, la hermana de don Hernán, la distinguida Inés Errázuriz, sería autora de un famoso manual de cocina titulado "Las recetas de doña Inés".
"Para prolongar esta Avenida de los Monos -agregaría León Echaíz- y conectarla con la Avenida del Oriente, se obtuvo que la señora Mercedes Herrera de Amagada cediera una gran extensión, y se adquirieron también terrenos de la chacra del Carmen de los señores Concha, de la chacra de Ingunza y la del coronel Silva Claro, que colindaba con la de Cifuentes".
Una serie de terraplenes se habían hecho en toda esta calle y en la atravesada Chiloé, según consta en otra memoria de la Intendencia de Santiago, extendida el 10 de mayo de 1871 al Ministerio de Interior. Poco después, en el sector de la Alameda de los Monos con calle San Diego, se instaló el Teatro Popular, llamado también Teatro del Sur o Casa de Diversión Popular, que originalmente había sido instalado en calle Morandé. Leyes dictadas en aquella época, además, desincentivaron a algunos explotadores de la miseria que construían hacinados campamentos de "tolderías" para habitación de gente menesterosa, precisamente hacia el Sur de la Alameda de los Monos. Además, un bullente vecindario popular crecía en torno al Matadero de Santiago, adquiriendo el mismo nombre del establecimiento, origen del actual Barrio Matadero.
Finalmente, con la Intendencia de Vicuña Mackenna (1872-1875), se ejecuta el astuto proyecto que da origen a la Avenida de la Circunvalación, llamada también Camino de Cintura. La Avenida Sur de este camino era la que doblaba al poniente, hecho justo sobre la Alameda de los Monos que quedó convertida en un paseo con árboles muy parecido a lo que era entonces la Alameda las Delicias, marcando el deslinde de las subdelegaciones rurales de Santa Rosa (N° 5) y Matadero (N° 6) con respecto al área urbana central de Santiago. Sólo una pequeña sección de esta Avenida Sur del Camino de Cintura siguió siendo llamada efímeramente Sección de los Monos dentro de la misma alameda, en la sección que originalmente ocupaba entre las cuadras de Santa Rosa y San Diego. Así se verifica, por ejemplo, en el Plano de Santiago del Profesor Ernesto Ansart, de 1875.
En su tramo de eje oriente-poniente, este Camino de Cintura será el origen de la actual Avenida Manuel Antonio Matta, como hemos dicho, mientras que el tramo que se iniciaba en Plaza Baquedano con eje Norte-Sur, pasó a ser el actual inicio de la Avenida Benjamín Vicuña Mackenna.
Nunca más se habló de monos ni de sus frituras en esta nueva etapa de la historia santiaguina, que queda pendiente para algún futuro artículo de este blog.
La "Sección de los Monos" en el Camino de Cintura, trazado en el "Plano de Santiago con las divisiones políticas y administrativas, los ferrocarriles urbanos y a vapor, establecimientos de instrucción de beneficencia y religiosos. Con los proyectos de canalización de río, Camino de Cintura, ferrocarriles, etc.", de don Ernesto Ansart, 1875. Al centro de la avenida, casi en el cruce con Santa Rosa, se alcanza a observar  el recinto de la Casa de Corrección de Mujeres, y arriba a la derecha, en la esquina con la Calle Vieja de San Diego, el Teatro Popular.

¿POR QUÉ LE DECIMOS VIEJITO PASCUERO A SANTA? (Diario "Publimetro", martes 24 de diciembre de 2013)

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Nota "¿Por qué le decimos Viejito Pascuero a Santa?" de Mario Valle, publicada en el diario "Publimetro" del martes 24 de diciembre de 2013. Link al artículo original: http://www.publimetro.cl/nota/cronica/por-que-le-decimos-viejito-pascuero-a-santa/xIQmlx!TQroUbLkh2p/ (Clic encima de la imagen para ampliarla).
Chile es el único país de Latinoamérica que no utiliza los términos Papá Noel o Santa Claus para referirse a este personaje. Una iniciativa de una tienda de juguetes es la principal teoría.
Papá Noel, Santa Claus e incluso San Nicolás, pero no, Viejito Pascuero es la forma en que los chilenos nos referimos al mítico hombre de edad que trae los regalos para los niños en Navidad, término que se ocupa sólo en nuestro país dentro de Latinoamérica y el mundo.
Si bien no existen explicaciones precisas sobre esto, hay un par de teorías que intentan explicarlo.
La juguetería “Krauss”
Cristián Salazar es diseñador gráfico de profesión pero historiador de oficio, tanto así que hace once años creó el sitio web http://urbatorium.blogspot.com, donde escribe sobre la historia urbana y cultural de Santiago. Un día se le ocurrió investigar el origen del término “Viejito Pascuero” para los chilenos, por lo que fue a revisar publicidades y diarios antiguos hasta encontrar la explicación más lógica para él: “A principios del siglo XX existía la juguetería de los hermanos Krauss de origen alemán, por ahí por Moneda con Huérfanos (*). En 1903 empezaron a publicitar sus ventas con la figura de un actor de edad vestido como Santa Claus”.
Salazar explicó que Papá Noel de por sí existía hace mucho tiempo en ese entonces y era conocido en otros países y principalmente en colonias, pero no en Chile, por lo que a este personaje nuevo se le debía poner un nombre: “Con los años más lugares empezaron a utilizar la imagen de este hombre de edad debido a su éxito. Ahí nació el término ‘viejito pascuero’, ya que era un hombre de edad y como acá le dicen Pascua a la Navidad, le pusieron Pascuero. Nació del imaginario colectivo”, explicó.
La chilenización del personaje
“Hay una sola razón y es que a la Navidad le decimos Pascua”, explicó el profesor experto en lenguaje Héctor Velis-Meza. El académico en conversación con Publimetro aseguró que cada país acerca a su lenguaje el término Papa Noel, poniendo como ejemplo los casos de Holanda (Sinterklass) y Francia (Père Noël), pero que lo importante es saber por qué en Chile se le dice Pascua a la Navidad: “El diccionario acepta la palabra Pascua para Navidad, ya que conlleva el período desde el nacimiento de Jesús hasta el día de los Reyes”, recalcó.
En tanto el profesor de lenguaje, Jaime Campusano agregó que incluso antes se le decía “Viejito Pascual” al mencionado personaje.
(*) Nota: hay un error de transcripción en artículo. Es "Agustinas con Ahumada", no "Agustinas con Huérfanos".

SAN LORENZO DE TARAPACÁ: MEMORIA Y LEGENDARIO DE UN SANTO, UN PUEBLO Y UNA FIESTA

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Figura principal de San Lorenzo en la Iglesia de Tarapacá.
Presento aquí un proyecto personal que estaba pendiente concluir y al que he dado término casi encima de las fiestas patronales de San Lorenzo Mártir en 2014, que se celebran el 10 de agosto:  "SAN LORENZO DE TARAPACÁ: Memoria y legendario de un santo, un pueblo y una fiesta". Este trabajo está dedicado a una de las celebraciones religiosas y folklóricas más misteriosas y curiosas que se realizan en territorio chileno, y que están consagradas a uno de los primeros mártires del cristianismo, famoso en la cultura criolla por ser el patrono de los desposeídos, los despreciados y los "parias" de la sociedad, además de los choferes, los viajeros y muy especialmente los mineros.
Fueron cuatro años de trabajo, viajes, entrevistas e investigaciones para llegar a este resultado que aquí publico en libro digital, y la lista de agradecimientos es tan larga que prefiero dejarla cautiva en el mismo libro digital, para quien quiera conocerla.
El texto que dejo adjunto bajo la frame del papel digital, pertenece a la introducción titulada "Una gran fiesta en un pequeño oasis", más fotografías que también están dentro del mismo libro. Ojalá os guste.

"SAN LORENZO DE TARAPACÁ: Memoria y legendario de un santo, un pueblo y una fiesta": Una exploración por los riquísimos contenidos de cultura, folklore, historia, tradición, mitología y anecdotario de la Fiesta Patronal de San Lorenzo de Tarapacá, santo español protector de los mineros, los camioneros, los conductores, los desamparados y los pobres, martirizado en Roma en el siglo III. San Lorenzo, o el "Lolo" para sus devotos, tiene en la pampa de Chile esta gran celebración propia, con sede principal en el secular pueblo que lleva su nombre en la Quebrada de Tarapacá, cada 10 de agosto, en el día de su martirio consagrado a su devoción. http://issuu.com/urbatorium/docs/san_lorenzo_de_tarapaca?e=1421415/9870768
UNA GRAN FIESTA EN UN PEQUEÑO OASIS
La pampa nortina de Chile se viste con mantos relucientes de rubí y de oro en agosto de cada año. Lo ha hecho por siglos ya, y queremos creer que seguirá en este curso por varias centurias más, tiñéndose del fulgor secular y trascendente de San Lorenzo, el santo patrono de aquella aldea que ha logrado apartarse del acecho del tiempo, escondida en lo profundo de la Quebrada de Tarapacá.
Habrá muchos diciendo que no identifican a San Lorenzo ni conocen algo del reverenciado personaje salvo, quizás, su fama de “patrón” de los mineros. Mas, si acaso han visitado ya el Norte Grande, se equivocan: necesariamente han visto sus señales y han contemplado sus símbolos, tal vez sin advertirlos asociados al mártir, pero los conocen. Es seguro.
Cuando algún camionero o conductor muere en estas rutas regadas por la sangre de tantas tragedias, invariablemente es decorada su animita con los emblemas, colores y estatuillas alusivas a la devoción al santo del oasis, pues él es también patrono del gremio de los transportistas, los choferes y los conductores en general. Esos mismos banderines y escarapelas rojo-amarillas están en ermitas, grutas y santuarios dispersos por caminos, ciudades o pueblos; cuelgan en los espejos de los taxistas, flamean en los techos de las casas y demarcan senderos hacia donde el credo ha elegido sus puntos de acogida. Residencias de barrios modestos en Iquique suelen tener su propia figura de yeso policromado de San Lorenzo para la religiosidad familiar, a veces dispuesta en grutas o altarcillos en el propio jardín. Lo mismo sucede en criptas y nichos de los camposantos. Hasta ciertos edificios muy “laicos” de carácter comercial, colegios o galpones industriales, ofrecen la misma coloración roja y amarilla, como un heraldo necesario y corporativo de la fe.
San Lorenzo, entonces, está substancialmente presente en todos lados del Norte Grande de Chile, impregnándolo con sus símbolos y colores trascendentales. Es imposible no conocerlo-reconocerlo si ya se ha estado allí, sobre todo en esos mismos territorios tarapaqueños donde se extienden con singular claridad las huellas de sus dominios espirituales y las de su reinado devocional.
Clic sobre la imagen para ampliarla.
Iglesia y campanario colonial de San Lorenzo de Tarapacá.
La suya es una época del año muy agitada para el impulso del alma popular en la región, por cierto: ni bien han terminado las apoteósicas celebraciones de la Virgen del Carmen de La Tirana, muchos peregrinos comienzan a preparar ya el viaje masivo que darán al pueblo tarapaqueño desde Iquique, Alto Hospicio, Pozo Almonte, Huara, Pisagua, Arica, Tocopilla, Mejillones, Antofagasta, Copiapó y otros sitios más retirados inclusive. Allá en Tarapacá es donde rendirán loas, arias, rogativas y fervores a la imagen del mártir del cristianismo en los tiempos de la Roma aún pagana, con su extraña mirada fija en un misterioso horizonte perdido en la leyenda y con sus labios sellados como si se contuviesen guardando el propio secreto de la fama milagrosa del santo.
El clima casi iniciático y envolvente de la fe desbordada es algo contagioso, como en todas estas fiestas de órbita altiplánica: se improvisan innumerables altares del santo por el pueblo de Tarapacá, pertenecientes a las distintas cofradías y grupos de bailes. Son imágenes que, iluminadas durante las noches con haces de luz en contrapicado, componen una escena sobrecogedora y de belleza casi seductora. Suenan de fondo los ritmos: tinkus, saltos, cachimbos, y los coloridos disfraces se confunden entre diablos, llameros, pieles rojas o gitanas. Caravanas de bailarines pasan y se cruzan en sentidos opuestos por callejones polvorientos, como si marcharan desde un misterio hacia otro, mientras una percusión incesante acompaña al día completo, pareciendo provenir de todos lados del caserío.
Y ahí, al fondo de la nave derecha de la iglesia, San Lorenzo contempla con su arcano rostro la lealtad de los devotos, que llegan a saludarle en su día y que cargarán sobre sus hombros las andas de la Procesión que recorrerá el pueblo, convocando a miles de fieles en uno de los encuentros más masivos que han de tener lugar en territorios nortinos, superado sólo por las grandes fiestas para las advocaciones de la Virgen María en La Tirana y en Andacollo.
San Lorenzo es, además, una gran manifestación ciudadana y mística, capaz de reunir -en la práctica- muchas de las características de los cultos volcados en las fiestas populares y que a veces tendemos a identificar por separado, como propios de cada una de aquellas celebraciones: la misma clase de predisposición a pagar duras mandas que en la Virgen de Lo Vásquez; la misma clase de inspiración trágica y conmovedora de la Procesión del Señor de Mayo; las mismas peregrinaciones extenuantes a pie de la Virgen de Las Peñas; el mismo frenesí de lúdica alegría que en el Carnaval del Toro Pullay de Tierra Amarilla; la misma atención hacia los más pobres y desposeídos que en la Cruz de Mayo; el mismo énfasis en las plegarias por los enfermos que en la Fiesta de Cuasimodo; la misma reflexión funeraria profunda del Día de Todos los Santos; etc.
El pueblo de San Lorenzo de Tarapacá en plena fiesta, visto desde los cerros.
Capilla de velas de San Lorenzo, en el pueblo.
San Lorenzo es así, de algún modo, una completa síntesis de las formas, los sacrificios y las energías con que se manifiesta la fe popular: un complejo álbum cultural donde tienen cabida casi todas las combinaciones que permite la religiosidad con los rasgos de identidad, folklore y tradición del pueblo chileno allí presente, fervorosamente devoto del Santo Patrono de Tarapacá.
El misterio alrededor del santo es de vastas e insondables raíces, como podrá deducirse de todo esto: San Lorenzo mártir, el Lolo o Lolito como es llamado cariñosamente por sus reverentes, conecta con su hilo de credo e historia al feligrés de hoy -al minero, al agricultor y al peregrino en general- con la época de los primeros cristianos refugiados en catacumbas; aquellos creyentes eludiendo momentos de inclemencia y persecuciones del poder imperial romano, mismas que causaron el martirio final del diácono en un horrible tormento.
La fiesta completa de San Lorenzo dura en Tarapacá varios enérgicos días, contando su Novena (los nueve días anteriores), pero siendo el día 10 de agosto la fecha más importante, recibida con una multitudinaria ceremonia en la Plaza Eleuterio Ramírez del caserío. La salida del santo y la Procesión alrededor del pueblo finalizan con el regreso de la imagen al interior de la histórica iglesia, concluyendo así la celebración que desde ahí continuará sólo con las despedidas de los fieles y ceremonias de cierre. Si a esto le sumamos las Octavas o fiestas “chicas” posteriores, fácilmente la temporada consagrada al santo puede extenderse hasta fines de agosto de modo que, en los hechos, el octavo mes completo de cada año le pertenece a San Lorenzo… Mes ocho del calendario, que es el número símbolo del infinito; de lo perpetuo e inextinguible.
Por supuesto, hay similitudes patentes entre esta fiesta y la más famosa de la Virgen del Carmen de La Tirana, del 16 de julio, además de la proximidad de las fechas en la agenda y de su vecindad en el mapa. Incluso, existen bailarines de cofradías que realizan presentaciones en estos mismos dos encuentros. Sin embargo, las dos grandes celebraciones mantienen también importantes diferencias de forma y de fondo, que se hacen claras en la observación de sus bailes, formas de ritualidad y simbolismos. Muchos seguidores del santo, además, suelen enfatizar -con algo de ingenuidad- que su celebración tiene un carácter menos “pagano” que otras fiestas y más relacionada con el cristianismo originario que en el caso de La Tirana, lugar donde se mezclan elementos del folklore religioso con el legendario pampino más visible y explícitamente que en los tributos a San Lorenzo de Tarapacá.
En fin: es así cómo y porqué la pampa seca de Tarapacá, habitualmente atravesada sólo por los remolinos de polvo y ventarrones enceguecedores de chusca, se vuelve en agosto un lugar colorido y lleno de vida, de familias, de comparsas religiosas, de murgas, de caravanas de viajeros y de cargados vehículos marchando a los festejos, por caminos de cruces y de banderas que demarcan un sendero hacia la esperanza, la renovación y la reafirmación de la fe.
Los peregrinos van colmados de favores y henchidos de agradecimientos en sus equipajes, simbolizados en velas y pequeñas ofrendas para el diácono mártir, allí en el antiguo santuario al interior de la región. Y es que para todos ellos, como sucede año a año –y como seguirá sucediendo-, por fin ha comenzado la Fiesta del Lolo de Tarapacá.
Doña Gladys Albarracín y Fermín "Cacique" Méndez, iconos vivientes de la fiesta.
Conjunto conmemorativo de la Batalla de Tarapacá de 1879, en la entrada al pueblo.
Oasis de la Quebrada de Tarapacá, camino de los peregrinos.

CRUCIFIJOS Y FOTOS DE ANIMITAS BUSCAN DUEÑO (Diario "Las Últimas Noticias" del martes 30 de septiembre de 2014)

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Artículo "Crucifijos y fotos de animitas buscan dueño", publicado por Ariel Diéguez en el diario "Las Últimas Noticias" del martes 30 de septiembre de 2014. Link al artículo original: http://www.lun.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2014-09-30&PaginaId=8&bodyid=0 (Clic sobre la imagen para ampliarla).
Concesionaria antofagastina guarda en sus bodegas los recuerdos de 40 fallecidos en carreteras.
Si nadie las reclama, con ellas se hará un memorial.
Fotos, crucifijos, estampitas, platos y palmatorias buscan dueño. Están en las bodegas de Autopistas de Antofagasta-Mejillones de la Ruta 1 y La Negra-Carmen Alto, de la 5. ¿De donde salieron?
La empresa sacó las animitas que interferían con los nuevos trazados y comenzó a contactarse con los familiares de los difuntos en cuyo honor habían sido construidas. Encontraron a 150, pero 40 aún no han sido reclamadas. Un aviso publicado el fin de semana convoca a los familiares a retirar hasta este martes sus "pertenencias".
Emilio Ortiz, gerente de operaciones de la concesionaria, explica que el plazo es flexible: si alguien aparece en octubre, también lo estarán esperando. "Lo que quede no lo vamos a botar. La idea es hacer un pequeño memorial en algún lugar", explica.
Las "pertenencias" sólo tienen valor sentimental y es difícil que alguien quiera reclamar algo que no es suyo.
Los familiares pueden llegarse sus objetos o pedir una reubicación. Las animitas cuyos responsables sí dieron señales de vida fueron relocalizados, algunas de ellas muy cerca de donde estaban originalmente. Incluso la concesionaria ofreció un diseño estándar de animita.
Cristian Salazar, quien ha recorrido Chile para escritor notas en su blog "Animitas de Chile", asegura que muchas veces estas construcciones marcan el lugar donde murió una persona que no vivía en el pueblo o en la ciudad más cercana. Por eso es difícil contactarse con sus familiares.
También advierte los problemas que trae el cambio de domicilio de estas muestras de fervor popular: "Cuando las cambian, sobre todo en las carreteras modernas, la mayoría de las veces terminan abandonadas".

UN EXTRAÑO Y RÚSTICO INSTRUMENTO CHILENO: EL "CHARRANGO"

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Un "charrango" artesanal y auténtico. Fuente imagen: Archivo de Música Popular de la Universidad Católica de Chile (AMPUC), 1979. Publicado en el portal Memoria Chilena.
Este texto es de mi autoría y había sido publicado en otro sitio web ya desaparecido, hace unos años. Lo he recuperado gracias a la intermediación de un buen amigo que conservaba una copia y lo republico acá aunque con fecha actual, porque no tengo exactitud de cuándo fue originalmente subido a internet por primera vez, ya que no queda registro de él en el caché de Google ni en las fechas de información de los archivos. Desgraciadamente, además, se perdieron los comentarios con aportes y comentarios de lectores. Las imágenes y videos que agrego no son los originales, pero de todos modos sirven para ilustrar el artículo.
Hay localidades del Sur de Chile donde las tonadas y cuecas campesinas van acompañas de un rústico instrumento de cuerdas distinto de arpas, vihuelas, guitarrones o guitarras cogotudas: el "charrango", alegre residente de territorios determinados por la vida agrícola, contemplativa y alejada de los males de la ciudad, permitiendo que esta curiosa presencia permanezca aún vigente entre los cultores de la música tradicional del Chile más rural y prístino.
Este artilugio sonoro corresponde a un instrumento totalmente artesanal y de aspecto primitivo, siendo llamado impropiamente también charango, o bien charango "de tabla", pero mucho más corrientemente "charrango" (¿mezcla de charro con charango?), título que ha producido algunas confusiones en la literatura y que ha llevado a más de algún viajero a confundirlo con el legítimo charango altiplánico.
Maestros charanguistas como el eximio músico chileno Héctor Soto, consideran que el charango no tiene en Chile el rasgo popular necesario para ser considerado parte del folklore nacional. Sin embargo, perturba la existencia de un instrumento con nombre tan parecido, en estas localidades rurales y comunidades modestas chilenas, lo que ha inducido a algunos a especular también sobre un posible vínculo. Así, el "charrango" ha sido mencionado por autores extranjeros como Carlos Vega y Clemente Hernando Balmori, precisamente cuando han hablado del charango altiplánico deslizando la idea de algún nexo.
Por lo anterior, quise abordar acá todo lo relativo a tan extraño instrumento chileno sin poder desprenderme de comentar también sobre las supuestas relaciones que tendría con el popular instrumento del folklore peruano-boliviano y que podría ser, acaso, poco más que sólo el parecido del nombre.
UNA CURIOSIDAD CON CUERDAS
El "charrango" consistente en un artefacto singular, sin duda: consta de un grupo de cuerdas de alambre (de una a cinco, según el criterio del artesano) tensadas con dos botellas en los extremos o -en algunos casos excepcionales- con gruesas cañas huecas o tubos, a modo de puentes. Las cuerdas son fijadas con grapas, grampas o clavos. Todo este aparataje va montado sobre una tabla plana o un palo, que los hombres de campo construían en postes de graneros o corredores para alegrar el día al final de las faenas. Algunos le hacen tallados y pequeños grabados pintados para maquillar un poco su aspecto, detalle que muchas veces permite adivinar la procedencia del instrumento.
Técnicamente, el "charrango" es un idiófono y cordófono simple, clasificable en la familia de las cítaras de palos y palos musicales. Suele ser de tamaño pequeño, menos de un metro, aunque se han visto algunos casi con la altura de un hombre bajo. Ha sido estudiado con atención por algunos investigadores como Carlos Lavín, Manuel Dannemann, Carlos Vega y Miguel Anabalón Mora. Otros, como Rodolfo Oroz, lo descartan tildándolo velozmente sólo como un "burdo instrumento de cuerdas"de Curacautín, en su trabajo "La lengua castellana en Chile" de 1966.
En el  Archivo de la Enciclopedia Chilena, de la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, se lo definía hacia mediados del siglo pasado de la siguiente e interesante manera:
"Cordófono primitivo, típico de nuestro país, consistente en dos o más cuerdas de alambre, fijadas en sus extremos mediante clavos, a un palo vertical. Dos botellas, arriba y abajo, entre el palo y las cuerdas, hacen las veces de puente. Existen dos tipos de este instrumento: uno fijo, construido sobre un palo (de los que soportan el techo de una vivienda) y otro transportable, construido sobre una tabla de forma variable. Las cuerdas se raspan con un par de aros unidos y entorchados con un alambre, en los que se introduce la mano. El instrumento no requiere afinación. La superficie irregular del entorchado raspa todas las cuerdas a la vez, lo que da al sonido un carácter rítmico".
Este instrumento, con su sonido metálico y duro, se usa en contextos que nunca varían: el de fiestas, jolgorio y celebraciones, en especial para acompañar tonadas, cuecas de campo, sirillas, guarachas y ritmos parecidos.
A pesar de su simpleza, la tendencia a la desafinación y a la monotonía exige que quienes lo emplean rasgueando sus cuerdas con las asas sueltas sean diestros en el control de tiempos, movimientos y alturas. Además, el aspirante a "lutier" debe darles la tensión necesaria con pequeños cuños de madera para alcanzar así la armonía, o la sonajera de alambres resultaría tortuosa al oído. Quizás por esto último los mineros de Lota apodaban "charrangos" también a los ruidosos extractores eléctricos de aire que existían en las carboníferas de la zona.
Ilustración de un "Charrango". Fuente: CuricoChile.com
DISTRIBUCIÓN Y POSIBLE ORIGEN
La dispersión geográfica del "charrango" es, fundamentalmente, desde la Zona Central hasta el Sur de Chile, habiendo pasado por el antiguo Valparaíso, Colchagua, Maule y Valdivia, y llegando a encontrárselo en algunas fiestas folklóricas y tradicionales del Archipiélago de Chiloé. Para Enrique Yévenez Sanhueza, en su "Chile, proyección folklórica: Compilación de antecedentes del folklore chileno" de 1980, la distribución exacta del instrumento sería "desde Colchagua a Valdivia y en Chiloé". Sin embargo, el feliz redescubrimiento y la recuperación de elementos del folklore chileno en los últimos años, se ha traducido en el empleo del instrumento por algunos conjuntos de mucho más al Norte.
Donde quiera que se lo vea, sin embargo, su presencia siempre está asociada a las mencionadas instancias de celebraciones y recreación, aunque el contexto de orientación a la vida rural de su uso ha ocultado la existencia del singular instrumento en las grandes ciudades, donde sólo aparece esporádicamente en encuentros populares y uno que otro festival, tocado por alguna abuela, algún campesino advenedizo o algún veterano cuequero.
La insigne musicóloga nacional Margot Loyola, escribe sobre lo que parecen ser el antecesor del "charrango", en su libro "La tonada: testimonios para el futuro":
"Algunas cantoras de la zona costera, en Pichilemu y Cahuil (VI Región), nos habían informado de la presencia de un particular instrumento de cuerdas, el que a falta de guitarras se usó hasta mediados de la década de 1960. Se trataba de una tabla rectangular de unos 30 cms. de ancho, cuyo largo era similar al de una guitarra. Por lo general estaba provisto de 5 cuerdas metálicas de guitarra, las que iban montadas sobre pequeñas botellas planas que se sitúan entre las cuerdas y la superficie de la tabla. Su ejecución era similar a la de la guitarra: con la mano derecha la cantora hacía los ritmos y articulaciones característicos del rasgueo en la tonada, mientras que con la otra la cantora sujetaba el instrumento. A este instrumento también lo llamaron charrango".
De acuerdo a esta exposición, entonces, el actual "charrango" provendría de este instrumento homónimo cuyas cuerdas de guitarra fueron reemplazadas por alambres delgados. En la zona de Colchagua y del Maule, además, se llegaba a templar estos alambres para mejorar su calidad, dejándolos al rojo vivo en hornos de barro y luego sumergirlos calientes en agua fría.
Músico rural y su "Charrango". Fuente: bitacoradeunmusicoblog.blogspot.com
¿UN INSTRUMENTO INDÍGENA?
Si bien es descartable que existan instrumentos cordófonos como éste en América antes del arribo español, algunos investigadores como el filólogo Miguel Anabalón Mora presumen de cierta influencia araucana en este lúdico instrumento musical del "charrango", ya que pudo observarlo personalmente mientras residía entre dichas comunidades indígenas.
El investigador argentino Carlos Vega, por su parte, en su trabajo de 1946 titulado "Instrumentos musicales aborígenes y criollos de la Argentina", relata así su observación del "charrango" entre esas mismas comunidades araucanas y comenta algo de la información que le proporcionó Anabalón al respecto:
"Recibe también el nombre de charrango en Chile (Temuco y zonas vecinas) un curioso palo musical indígena y criollo. Lo he visto sólo una vez, y no durante la ejecución, en una ruca o rancho araucano. No tengo los datos necesarios para dedicarle el correspondiente capítulo. Consiste en un par de 'cuerdas' de alambre que se fijan por los extremos con clavos a uno de los palos verticales que soportan el techo de la ruca. Dos botellas, una arriba y otra abajo, colocadas entre el palo y las cuerdas, desempeñan las funciones de 'puente', estiran las cuerdas y las separan del palo. Las cuerdas se hacen vibrar por raspadura de un par de aros unidos y entorchados con alambre, en que el ejecutante introduce la mano. No hay afinación. La superficie irregular del entorchado raspa todas las cuerdas a un tiempo y el sentido del ruido que produce es rítmico. Don Miguel Anabalón Mora, filólogo chileno que ha vivido mucho tiempo entre los araucanos, me informa que el charrango suele tener, una, dos o tres cuerdas; que los criollos chilenos acompañan con él las melodías de las armónicas de boca o las de una pequeña flauta traversa de cicuta que tiene tres a cinco agujeros, y que los araucanos lo utilizan también para acompañar los sonidos de la Trutruca, pero que, en este caso, el 'charrango' es portátil, es decir, que las cuerdas no se clavan en el palo de la ruca, que esta fijo al suelo, sino en una tabla. No puedo decir más por ahora. Los otros datos Carlos Isamitt".
Algo aporta también Félix Coluccio en su "Enciclopedia folklórica americana e ibérica", de 1966:
"Entre los araucanos, el charrango, como le llaman, se fabrica con cerdas de alambre (dos o tres a lo sumo) que atan a los palos del rancho. Su origen es muy discutido, ya que para algunos autores es un instrumento musical autóctono , y para otros su aparición tiene efecto después de la llegada de los conquistadores a las tierras habitadas por los incas".
Cañe añadir que Anabalón observó en las comunidades mapuches las descritas unidades transportables del "charrango", consistentes en en una tabla de hasta 160 centímetros de alto por 32 centímetros de ancho, en la que se tensaban de una a tres cuerdas. Otras versiones usan entre 4 y 5 cuerdas, y la principal forma de tocarlos es en posición vertical.
Fidel "Filito" Silva con su "charrango". Imagen tomada y publicada por Margot Loyola.
CHARANGO Y "CHARRANGO"
El problema con el "charrango" y su tosco sonido es que, incluso fuera de las cuestiones puristas, no todos estarían dispuestos a considerar este curioso artilugio como un familiar directo del clan charango o un instrumento derivado de tal, salvo quizás por las pequeñas analogías entre ambos además de la fonética del nombre. No obstante, algunos autores sí han intentado relacionarlos de una u otra forma.
En los "Apuntes para el etimo del charango", que fuera una presentación del investigador español Clemente Hernando Balmori en el Congreso de Instituciones Hispánicas de Madrid en 1963, se toma con entusiasmo la cita anterior de Vega sobre el instrumento de marras, pero es cauteloso sobre la posibilidad de sacar mayores conclusiones respecto de una supuesta relación directa entre el charango y el "charrango":
"No pretendo sugerir con esto ni que la forma charrango fuera la originaria ni éste precisamente, el modelo del instrumento original. Cuando mucho podría acaso pretenderse, dada la coincidencia de allende y aquende el océano, una forma anterior no bien fijada en el periodo de la expansión del vocablo que permita estas variantes: la r en diversas lenguas americanas presenta alófonos que pueden interpretarse por d y por rr múltiple, por ejemplo.
Por otra parte, todos los testimonios apuntan hacia el Perú como centro de propagación, pero hacia un instrumento primitivo, no éste precisamente, pero sí tan primitivo como él".
A pesar de todo, no cabe duda del valor folklórico y popular del "charrango" en la música chilena: ya lo han llevado a escenarios profesionales consagrados cultores de la música tradicional campesina, como el grupo "Los Chacareros de Paine",  el "Conjunto Proyección Folclórica Quinchamalí", los santiaguinos "Coyahue" y la agrupación "Rumi Rayen y Voces de Quilicura".
Y doña Margot Loyola también agrega algo interesante con relación a cuando el primitivo instrumento comenzó a saltar a las salas de grabaciones:
"Los años sesenta fueron la década de la proyección escénica del folklore por antonomasia. Muchas manifestaciones de tradiciones locales fueron por entonces recuperadas del olvido y llegaron a tener presencia social a través del espectáculo, la radio y el disco. El charrango fue una de ellas. En 1964 el sello RCA grabó el long play 'El Amor y la Cueca'. Para esa ocasión un cantor colchagüino, Fidel Silva Morales -Filito-, de la comuna de Palmilla, fabricó un charrango transportable de dos cuerdas sobre un poste de madera de aproximadamente 1,80 metros de alto, con el que hizo parte del acompañamiento instrumental en uno de los registros. Pero Filito no sólo acompañaba cuecas, sino también tonadas y cantos a lo pueta".
El "charrango" puede ser, así, sólo un primo lejano del charango altiplánico o un paralelismo pintoresco de nombre y de estilo ambos los instrumentos en base a cuerdas, pero provenientes de dos vertientes muy distintas y distantes del folklore de esta región continental.
"Charrango de Vilcún". Fuente: http://youtu.be/41OiFYcxaWE
"Charrango". Fuente: http://youtu.be/l-8PlzMYIWU
"Los Chacareros de Paine - V Fiesta Campesina Cayucupil 2012".  Fuente: http://youtu.be/b9KjLLcG_Y8

HISTORIADORES RESPONDEN: ¿ES CORRECTO PONERLE HUELÉN AL SANTA LUCÍA? (Diario "Las Últimas Noticias", lunes 15 de octubre de 2014)

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Artículo "Historiadores responden: ¿Es correcto ponerle Huelén al Santa Lucía?" de Julio Matus, publicado en el diario "Las Últimas Noticias" del lunes 15 de octubre de 2014. Link al artículo original: http://www.lun.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2014-10-15&PaginaId=6&bodyid=0 (Clic sobre la imagen para ampliarla).
No está totalmente claro el origen de ese nombre
La alcaldesa Carolina Tohá llamó a consulta a sus vecinos para ver qué les parece que el municipio se haga cargo de "la identidad indígena" del cerro donde se fundó Santiago. No hay claridad del significado del nombre propuesto.
“No se justifica”
“Pretender cambiarle el nombre el cerro, que está puesto desde que llegaron los españoles, con el cual se ha convivido más de 400 años, que se le han hecho intervenciones, que es un ícono de la ciudad, me parece que responde más a una moda que a otra cosa”, dice la historiadora Bárbara de Vos. “Es distinto si estuviéramos en una zona mayoritariamente de pueblos indígenas, donde hay un sentido, pero aquí no lo hay”, agrega. Precisa que “incluso si supiéramos qué significa Welén, no se justifica tampoco”.

Anote esto: Wangüelén
“Algunos mapuches, sin que yo preguntara, me contaron que probablemente el cerro Santa Lucía nunca se llamó Welén, sino que Wangüelén (espíritu de los astros)”, cuenta Patricio Bustamante, quien estudió patrimonio arqueológico en la UC. Así partieron 20 años de investigación para determinar las hipótesis de que el cerro y la Plaza de Armas, entre otros sitios, fueron observatorios astronómicos indígenas. Bustamante, sin embargo, apoya el cambio porque “se está rescatando el valor precolombino que la ciudad tenía”.
“Habría significado mirador”
“Dentro de las características del estudio de la historia está la coexistencia de diversas teorías. En este caso, algunos piensan que se llama Huelén por un cacique llamado así. Otros que habría significado mirador y así hay varias teorías al respecto”, dice María José Lira, directora del Museo Benjamín Vicuña Mackenna, personaje que convirtió al cerro en un paseo entre 1872 y 1874 y quien habría difundido el nombre de Huelén, traduciéndolo libremente del mapudungún al castellano como dolor.

Cuna del mestizaje
“Más allá de averiguar si ese nombre era el originario o no, valdría la pena modificarlo si es que se contextualizara históricamente”, plantea el historiador Gonzalo Peralta. Con eso se refiere a reivindicar a los indígenas del valle central o promaucaes, cuna del mestizaje y ocultos por la acción de los mapuches. “Si se rescatara esa memoria, ahí valdría la pena el cambio de nombre y no un mero cosmético”, asegura.
¿Huelén o Welén?
“Someter a votación un cambio toponímico aludiendo a hechos que no son tales, como que supuestamente el cerro se llamaba Welén, es abusar del voto”, dice el investigador urbano Cristián Salazar. “No hay ningún antecedente que permita afirmar que el cerro se llamaba realmente Welén que, más encima, se propone escribir con una letra extranjera como la w”, dice. “Más que el nombre, me interesa la función del cerro, que tenía ciertas connotaciones sagradas”, asegura.

El cacique Güelén Guala
Para Alexis López, a través de sus trabajos “Rutas de nuestra geografía sagrada”, la confusión parte porque las tierras en que se fundó Santiago, incluido el cerro, pertenecían al cacique Güelén Guala. Él investigó a fondo, ya que el dato no aparece en las crónicas de Pedro de Valdivia, Pedro de Mariño o Bartolomé de Escobar. “El dato sale de las actas del Cabildo”, precisa. “Esto aparece contado por otros autores, como que Güelén Guala hizo una especie de permuta de tierras con Pedro de Valdivia”, cuenta.

FELIPE CAMIROAGA, BASTIÁN BRAVO Y ROMUALDITO: LOS MILAGROS DE LAS ANIMITAS MÁS POPULARES (Portal web diario "Publimetro", viernes 21 de noviembre de 2014)

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Nota "Felipe Camiroaga, Bastián Bravo y Romualdito: Los milagros de las animitas más populares" de Nathaly Lepe, publicado el portal internet del diario "Publimetro" el viernes 21 de noviembre de 2014. El texto se basa -con mi autorización- en casos estudiados en mi blog de Animitas Chilenas  más algunas imágenes tomadas del mismo. Link al artículo original: http://www.publimetro.cl/nota/cronica/felipe-camiroaga-bastian-bravo-y-romualdito-los-milagros-de-las-animitas-mas-populares/xIQnku!BeHp9uD4231A/ (Clic sobre la imagen para ampliarla).
Las animitas son una curiosa costumbre nacional, vinculada a esa suerte de necromancia popular que es la veneración a los fallecidos. Acá revisamos los lugares de devoción que la gente ha creado de animitas:
Las Manos de Felipito
No es una animita en sí, pero la gente la visita y siempre deja una flor en su lugar. Las manos de Camiroaga están ubicadas en la fuente de aguas poniente del "Paseo de los Sueños", frente a la Estación Central y al Mall Paseo Estación, en la explanada de la Alameda y cerca de la salida del Metro.
A este altar popular la gente recurre pidiendo favores de amor, bienestar familiar, favores sentimentales, situaciones domésticas principalmente de mujeres adultas y dueñas de casa de clase media y baja en apariencias, todas admiradoras de Felipito.
La tumba de Bastián Bravo
En la tumba de Bastián Bravo, el joven que fue encontrado muerto cerca de la Cuesta Lo Prado tras estar desaparecidos desde el 13 de noviembre de 2013 hasta el 21 de enero de este año.
Los restos del joven de 20 años fueron enterrados en el Parque del Sendero de Maipú, y hasta ahí llegan y se acercan desconocidos a dejarle flores al joven y a pedirla para que interceda por ellos.
Muchos de las personas que van afirman que creen en los milagros, y que piden porque la fe mueve montañas.
Romualdito
La más famosa de las animitas de Santiago, sin embargo, también tiene una historia parecida de idealización y de virtual canonización angelical.
Se trata de la famosa animita de Romualdito, en San Francisco de Borja casi esquina con Alameda Bernardo O'Higgins, junto a un fragmento del antiguo muro a un costado de la Estación Central. Por muchos años, se discutió sobre su verdadera identidad, aunque siempre se habló de una persona allí asesinada en 1933. Muchas teorías existían al respecto, algunas muy probables, y otras francamente insensatas.
El Carabinero que cuida desde el más allá
Ubicada en la comuna de La Florida en Santiago, en la esquina de avenida Santa Amalia en el cruce con avenida Colombia, se encuentra la animita de del Cabo 2° de Carabineros de Chile don Juan Ramón Morales Gajardo, apodado "El Tuco" en vida y hoy conocido más popularmente como "Paquito", muy popular y célebre por su fama de "milagroso" en el sector.
Esta animita corresponde a un mártir de la institución fallecido en un trágico accidente de motocicleta mientras se hallaba en servicio, el 3 de julio de 1993, cuando iba camino a escoltar el paso de una persona que era conducida de urgencia a un hospital. Tenía 29 años cuando falleció tras chocar con un vehículo particular en este cruce, que por entonces era bastante peligroso al carecer del actual semáforo. Familiares y amigos instalaron esta animita que es una de las más populares de la zona Sur de Santiago.
La tumba del Negro Said
Está ubicada en el Cementerio Municipal de Copiapó, Mausoleo de la familia Merlez Sagua, N° 12 de la calle interior Rodolfo Strauss.
El lugar del trágico accidente del bailarín y coreógrafo Said Salomón Merlez Patiño, más conocido como el "Negro" Said, se ha convertido en una gran animita de carreteras, casi en el mismo sitio hacia la salida de Los Vilos donde ocurrió en fatídico volcamiento vehicular del 12 de agosto de 2002, que terminara costándole la vida al querido y recordado artista copiapino de televisión pocos días después.
Sin embargo, su tumba en el Cementerio de Copiapó también es un lugar de devoción animística y de peticiones de rogativa que atrae a gran cantidad de admiradores del artista. Con cerca de 30 años, el "Negro" Said fue despedido allí mismo por miles de ciudadanos, colegas y fans, cuando se realizaron sus exequias. Su mausoleo se ha convertido desde entonces en una mezcla perfecta y equilibrada de admiración y de veneración popular, donde los homenajes anónimos se combinan con la petición de favores, como suele ocurrir con artistas y personajes populares fallecidos en forma trágica o inesperada.
Al bailarín le hacen solicitudes de carácter juvenil, especialmente relacionadas con el mundo de las artes escénicas y del espectáculo.
La Novia de Azapa
Ubicada en el Valle de Azapa, Región de Arica y Parinacota esta animita de carretera es frecuentemente visitada para pedirle favores sobre seguridad, temas sentimentales y asuntos relacionados con trabajo. Sus devotos suelen ser viajeros, trabajadores agrícolas de la zona, camioneros de paso y choferes de taxis.
Gloria del Rosario Barrios fue toda una supuesta celebridad fantasmal que se aparecía en el sector de Azapa donde sucedió su accidente, y lo hacía vestida de novia, aterrando a los viajeros y conductores que pasaban cerca de su animita. El 5 de octubre de 1956, ella se preparaba para viajar al Santuario de la Virgen del Rosario de Las Peñas, donde iba a contraer matrimonio con su novio. Como el servicio de transporte era precario en esos años, debió arrendar con su familia un camión que los llevara hasta el lugar, el que se fue por el camino viejo de Alto Ramírez, por entonces estrecho y peligroso. Allí sufrió un accidente el camión, chocando de frente y volcándose, muriendo ella con su traje de novia en el sitio donde está su animita. Su novio y parte de la familia la quedaron esperando en Las Peñas, hasta que se enteraron de la trágica noticia. Se cuenta que fue sepultada en ese traje de novia que nunca pudo usar para su boda. Desde entonces, su fantasma vestido de blanco se apareció varias veces a viajeros solitarios de la ruta en las noches y su animita fue convertida en sitio de culto para andariegos y conductores que pasan por esta carretera.
“El Virola”
Esta animita está ubicada en Santiago Centro llegando a Estación Central, a los pies de un árbol de calle Chacabuco, entre Erasmo Escala y Romero.
Cuentan que Héctor Fernando Andrade Salazar, alias el "Virola", era cantante callejero y guitarrero como poco menos de 40 años. Alguna leyenda dice que murió atropellado en este lugar pero, según los comerciantes del barrio, cayó víctima de una riña desatada entre sujetos de mal vivir que frecuentaban el mismo vecindario, probablemente pasados de copas, el 10 de abril de 1998. Un arma de fuego es lo que más se repite como la causante de su deceso.

JOAQUÍN MURRIETA: EL BANDIDO CHILENO QUE NUNCA FUE CHILENO

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Portada de la obra Hyenne-Morla, que sentó el mito de Murrieta "chileno".
Este artículo data de hace algunos años ya, pero lo mantuve fuera de las publicaciones de mis antiguas páginas (incluida ésta) porque no correspondía exactamente a las temáticas que sostenía en esos blogs en aquellos días. A petición de un amigo que también creía en la leyenda del Joaquín Murrieta "chileno" y que se ha interesado más en el tema recientemente, sin embargo, decidí buscarlo hoy y subirlo con algunas imágenes que encontré en la internet y en una edición del libro de Ridge que se menciona en el texto, además de pequeños datos adicionales agregados mientras lo revisé. Espero no herir orgullos patriotas, pero la máxima de un investigador es "la verdad ante todo y hasta que duela", así que lo dejo acá en mi deseo de terminar de reunir en este blog todos mis viejos escritos que alguna vez circularon (o iban a circular) en internet, ya que no he vuelto a redactar entradas en casi todo lo que va del año y esto sirve como material "nuevo" para que no se note tanto mi retiro. Pido excusas por este pequeño "engaño" al lector, entonces.
Los mitos de orgullo nacional son un verdadero acto malabarismo con navajas afiladas: el lucimiento acrobático se logra bajo el peligro inminente de cortarse una arteria o volarse un dedo. Proporcionalmente, pues, estos mitos inflan tanto el sentimiento patriota y la soberbia como exponen también a la posibilidad de quedar de tonto y al desnudo en un mal movimiento, traicionado por los propios dogmas precarios que antes parecían darle solidez a la función.
Aunque el credo de que Joaquín Murieta o Murrieta era "chileno" ya ha sido desmentido hasta el hastío por autores como Joaquín Edwards Bello en "El subterráneo de los jesuitas y otros mitos" o por Carlos Alegría en "La rebelión de los placeres", la creencia sigue repitiéndose y perpetuándose desde el momento en que cayó en cancioneros folklóricos y en la poesía. Al pueblo le gustó y aceptó feliz la nacionalización, ignorando el truco literario subyacente.
Gilberto Harris Bucher es particularmente incisivo sobre el asunto de los errores y fantasías difundidas sobre los chilenos que participaron en la fiebre del oro en California, en su obra  "Emigrantes e inmigrantes en Chile, 1810-1915":
"Exceptuando los serios trabajos de Carlos López Urrutia y el marco general -con algunas imprecisiones y exageraciones- aportado por Roberto Hernández, la literatura histórica ha sido pródiga en dislates y omisiones de nota sobre los tópicos conectados con los chilenos que desde 1848 se ocuparon de lavar oro en Norteamérica. Pero quizás lo más alarmante sea el hecho de que burdas exageraciones y horrorosas erratas sean aceptadas a fardo cerrado y todavía estén muy arraigadas en la conciencia colectiva nacional".
Quizás es esta mala documentación la que ha favorecido la persistencia del folklore sobre el Murrieta "chileno" en nuestro país, pero también hubo una deliberada mala acción de parte del primer editor en español, como veremos, para generar intencionalmente el engaño.
Retrato imaginario de Murrieta, por autor anónimo.
Afiche invitando a asistir a la exposición donde sería mostrada la cabeza de Joaquín (se supone que es Murrieta), poco después de su captura y muerte.
LA LEYENDA DE JOAQUÍN
Llamado Joaquín Murrieta o Joaquín Murieta (es muy probable que el "Murieta" derive del problema fonético anglo con la rr) fue un bandido y asaltante mexicano que operó entre las comunidades hispanoamericanas de la industria aurífera en California. Ha sido presentado como icono libertario de los trabajadores explotados en las faenas de extracción de oro en dichos territorios, hasta donde llegaron inmigrantes mexicanos, chilenos y peruanos. El relato popular dice que se vuelve forajido por venganza, después de sufrir el racismo y las tropelías cometidas por los yankees, especialmente con la muerte con violación de su amada Rosita (Teresita o Carmela, en otras versiones literarias). Incluso existe la teoría de que el personaje "El Zorro" de Johnston McCulley, estaría inspirado en él.
Por supuesto, la leyenda se combina en exceso con la realidad y hasta las raíces, en estos casos.
Puede decirse que, efectivamente, Murrieta era un mexicano cuando fue presentado al mundo. Así se consigna en su primera semblanza literaria, la misma que crea la imagen del bandido-héroe: la obra de John Rolling Ridge, quien firma con el pseudónimo de Yellow Bird (era descendiente de indios cherokees) y con el título "The life and adventures of Joaquin Murieta" en 1854, sólo un año después de la muerte del personaje.
El escrito de Ridge es, en lo fundamental, el cimiento de la historia que se ha tejido para el relato de la vida del célebre delincuente:
"Joaquín Murieta fue un mexicano, nacido en la provincia de Sonora, de respetables parientes y educado en las escuelas de México. Mientras crecía, fue destacado por una disposición muy suave y pacífica, y no dio señales de ese espíritu indomable y atrevido que más tarde le caracterizó. Los que lo conocieron en sus días de estudiante hablan cariñosamente de su naturaleza generosa y noble en ese período de su vida, y apenas pueden creer el hecho de que el famoso y sangriento bandido de California era uno y el mismo ser".
Los trabajos posteriores sobre Murrieta son sólo plagios a partir de esta obra de Ridge. El primero sucede en 1859, cuando el periódico "Police Gazette" de California comienza a publicarla por partes. Y le seguirán otros sazonados cada vez con más fantasía e idealización, siendo el siguiente un libro de Robert Hyenne que lleva la obra al francés, originalmente con el título "Un bandit californien (Joaquin Murieta)" de 1862. Fue publicado en París como vulgar copia no autorizada y casi apócrifa de la obra de Ridge.
Será desde esa obra francesa que la historia es traducida ahora al español por un tal "MC", iniciales que corresponderían a la del chileno Carlos Morla Vicuña, según han asegurado autores como Domingo Amunátegui y Elvira Dantel Argandoña. Esta traducción aparece en 1867 intitulada como "El bandido chileno Joaquín Murieta en California", para la primera edición chilena que preparó mientras se hallaba en servicios como secretario consular en España, de acuerdo a lo que detallan todavía algunos autores contemporáneos, como el argentino Osvaldo Pellittieri en sus "Perspectivas teatrales".
Por primera vez, entonces, se le adjudicaba nuestra nacionalidad al bandido mexicano, con la entrada de Morla al baile de los plagiadores.
Primer libro de Joaquín Murrieta, de John R. Ridge (Yellow Bird).
Edición de Morla, traducida del plagio en francés hecho por Hyenne.
MENTIRAS, ERRORES Y FÁBULAS
Joaquín no era chileno, entonces, salvo en la fantasía de los creadores del primer libro en español que ayudó a sentar el mito del bandido-héroe de California... No era chileno, nunca lo fue y no existe la menor prueba de que haya podido serlo, para ser exactos.
Sin embargo, la obra de Hyenne pasada a nuestro idioma, dice claramente que es "chileno", al presentar al personaje impostoramente nacionalizado por gracia mágica y aun manteniéndose cierta semejanza con las palabras usadas por Ridge en la primera presentación de la historia:
"Joaquín vio la luz en Santiago. Su familia, originaria de la misma ciudad y muy honorable bajo todos sus aspectos, le hizo educar convenientemente y tuvo excelentes maestros. Durante toda su juventud se hizo notar por las más dulces y apacibles disposiciones; nada anunciaba, entonces, el espíritu atrevido, indomable, que después le hizo tan célebre".
Sin parar de desvariar, el autor-traductor salta a la adolescencia de Joaquín y agrega:
"En 1845, Joaquín tenia 15 años; era grande, de una figura agradable, bien formado y, además, de todo esto, con espíritu dispuesto a aventuras. Habiendo muerto su padre en esta fecha, se trasladó a casa de un antiguo amigo de su familia, el señor Estudillo, y este buen hombre le hizo objeto de una acogida excelente. Muy pronto su protector obtuvo para él una plaza de oficial en una de las compañías del regimiento que servía de escolta al Presidente Bulnes. Esta posición, relativamente mediocre, debía, según se le hizo entender, conducirlo a los más altos empleos de Gobierno; éste era un peldaño de la escala.
Bulnes se había mostrado siempre muy aficionado a la equitación. Joaquín, a quien sus hazañas le habían hecho célebre en los campos vecinos, en donde más de una vez se había divertido en domar los más altivos potros, vio en esta pasión del Primer Magistrado de Chile un medio de hacerse conocer de él y de asegurarse su buena voluntad".
Hay una parte del relato que llega a rozar en el mal gusto, banalizando las cuestiones patrióticas cambiándolas por otras más viscerales, con un supuesto canto que Joaquín hace a viva voz en un momento de la novela "histórica", en una reunión acompañada de guitarras, y que dice en sus primeras líneas:
Mi pueblo es el más valiente,
Chile es la tierra más bella,
Una esplendorosa estrella
Fulgura sobre su frente.
Sin embargo, se ha dicho que las mentiras tienen "patas cortas": una tercera obra basada en la de Ridge (o cuarta, contando la versión fragmentada de la "Gazette") verá la luz en 1908, titulada "Vida y aventuras de Joaquín Murrieta, famoso bandolero mexicano", del mexicano Ireneo Paz, también adornando y decorando el relato pero devolviendo la nacionalidad del personaje a su México natal, al punto de que en algunas reediciones se lo intitula también: "Vida y aventuras del más célebre bandido sonorense Joaquín Murieta", para no dejar dudas del origen del personaje ya que, además de la adjudicación arbitraria de la nacionalidad "chilena", ciertas creencias también sugerían un posible origen nativo californiano, igualmente erróneo.
Ilustración "Joaquín Murieta. El bandido californiano", para edición del libro de Ridge.
ROLES DE HYENNE Y MORLA EN EL FRAUDE
Claramente, el libro de Hyenne pasado al castellano tiene una motivación engañosa y ladina, por cuanto se trata de un vulgar plagio que no aclara por ninguna parte que no se trata de una obra original y menos que su autor verdadero es Ridge.
Ahora bien, es la traducción de Morla la que se libera de toda traba moral con descaro asombroso, recurriendo incluso a alusiones de supuestas referencias reales que acreditarían la nacionalidad chilena de Joaquín o la "veracidad" de sus pretendidas vivencias en nuestro país antes de marcharse a California, aunque nunca se detallan. Sirva el siguiente ejemplo, también rumiando palabras que provienen de la obra de Ridge apropiada por Hyenne:
"Todos los que le conocieron en los días de su juventud, hablaban aún afectuosamente de esa bella naturaleza, tan noble y tan generosa;  y apenas han podido persuadirse después, que el sanguinario bandido californino, de quien vamos a contar la historia, fuese el mismo Varieta que habían conocido".
Sabrá el cielo si Morla fue el autor principal del fraude o si hubo alguna clase de acuerdo de editores para venderlo en Chile con el éxito que tuvo a través de este truco en la traducción, pues fueron varias sus ediciones consecutivas y llama la atención que desde el principio se haya conservado el nombre de Hyenne como autor original. Domingo Amunátegui, en su "Bosquejo histórico de la literatura chilena" de 1918, además, asegura que Morla fue asistido por el escritor Moisés Vargas en la poco loable tarea de alterar el texto.
Aunque antes que ella la farsa ya había sido desmentida por autores como el propio Amunátegui y Ricardo Donoso, la investigadora Elvira Dantel Argandoña afirma decididamente en su artículo "El bandido en la literatura chilena" del Boletín de la Academia Chilena de Historia N° 6 de 1935:
"En realidad, no cabe la menor duda de la mejicanidad del célebre bandido de los placeres de oro. Aquellos autores, sobre todo Vargas, conocían muy bien el gusto popular. En la partida de Murieta  figuraban algunos chilenos, como Juan Tres Dedos y Joaquín Valenzuela, soldados de Chile y montoneros en la Araucanía. Vargas adaptó el héroe y creó un personaje que, nacido en el hemisferio norte, tiene vida propia en este su lejano.
Según Edwards Bello, don Carlos es fue el principal culpable, de acuerdo a lo que espeta categóricamente en "Mitópolis" y en su libro-espejo "El Subterráneo de los Jesuitas y otros mitos":
"Joaquín Murieta, bandido chileno, jamás fue chileno. Se trata de la historia de un bandido mexicano, de Sonora, adaptado a Chile en una versión del señor Morla (?)".
Y después, metiendo más aún el dedo en la llaga, cita en sus crónicas un texto del no menos reputado escritor Víctor Domingo Silva, publicado en el diario "La Nación" del 29 de mayo de 1953:
"Y ¿qué nos dicen ustedes de lo que ha ocurrido en Chile con el famoso Joaquín Murieta, personaje mexicano a quien durante casi un siglo hemos estado creyendo compatriota nuestro? Es tan grande la fuerza del mito enraizada en la tradición, que lo más inverosímil es lo que más persiste. Todavía, a la altura de 1953, quedan recalcitrantes que se resisten a aceptar la realidad, pese a la intervención decisiva de las autoridades literarias que han demostrado hasta la saciedad la superchería (inocente en tiempos anteriores a toda legislación sobre propiedad literaria).
(...) El autor de Joaquín Murrieta (no Murieta) es un antiguo periodista y folletinista francés, director de La Democracia de Marsella, Roberto Hyenne, que anduvo aventurando por California. Pero esto, que es el hecho real y efectivo, no interesa a la masa ni le preocupa saberlo. El mito se ríe de los investigadores".
El periodista chileno Ernesto Montenegro, por su parte, es más inquisitivo en sus juicios sobre responsabilidades, vertidos en "La Nación" en junio de 1960 y abril de 1963, que Edwards Bello también cita:
"Joaquín Murrieta, desperado mexicano de Sonora, que un pirata de Chile convirtió en chileno para su provecho y para satisfacción patriótica de sus lectores".
Qué dirían Edwards Bello, Montenegro o Silva hoy, más de medio siglo después, si vieran a sus compatriotas aún insistiendo en esta fábula que sólo se sostiene del folklore y la repetición perpetua... Y de un engaño de nada patriota naturaleza comercial, más encima.
EXPANSIÓN DEL "ERROR"
Desde conocido este libro de Hyenne-Morla-Vargas, entonces, un majadero grupo de porfiados ha seguido repitiendo por décadas la leyenda del bandido "chileno" con aire patriota y romántico, tal como sucede con la fábula de la "chupilca del diablo" en la Guerra del Pacífico o el cuento que describe a los Leones de Providencia como pretendidos "trofeos de guerra" traídos desde Lima.
Pero aclaremos que el "error" sobre Murrieta no proviene de que alguien en Chile quiera "robarle" el personaje a México, como se ha tomado el asunto alguna vez, sino por una actuación de muy mala fe ya descrita: quizás primero de parte de Hyenne, quien se apropió de la historia de Ridge, y luego de Morla, quien presentó una versión adaptada en Chile para hacerla más interesante al público de este país, poniendo a Murrieta como de origen chileno sin fundamento histórico; ninguno, en lo absoluto.
En una reedición de 1977 de la obra de Ridge, hecha por la University of Oklahoma Press, explica Joseph Henry Jackson los detalles de esta verdadera trama de intrigas:
"Desde España el relato viajó a Francia y desde allí a Chile, donde un tal Roberto Hyenne fue el 'autor' de la publicación de su libro en Santiago como una traducción del francés. En esta edición, el Murieta mexicano se convierte naturalmente en 'El Bandido Chileno'. México tomó esa edición (la historia bibliográfica aquí se vuelve tan fascinante para el especialista como un cuento de detectives) y la reeditó con cambios menores, llevando de forma natural a Murieta de regreso a México para su nacimiento. Curiosamente, España vuelve a la versión pirateada Hyenne bajo una imprenta de Barcelona, como 'El Caballero Chileno', por un tal 'Profesor' Acigar".
El fraude ciertamente parece generado por la argucia comercial, pero no sabemos a ciencia cierta si fue originada desde el autor francés o el traductor chileno, por la poca claridad sobre los derechos de la obra comprometida y de cómo se gestó la iniciativa de publicarlo en español y acá en Chile. Vemos, sin embargo, que luego caen en el "error" los editores españoles, al haber acogido la biografía con esta adulteración flagrante, publicando "El caballero chileño" (sic) de Acigar.
Todo este enredo, sumado al que los chilenos (y probablemente también algunos de California que conocieron a Murrieta) le dedicaron canciones y lo incorporaron al folklore heroico sin interés inicial en "nacionalizarlo", fue fomentando así la fábula de que era chileno y no mexicano, como veremos a continuación.
Cuadro épico "Joaquín Murieta", hecho por Charles Christian Nahl en 1868.
EL MITO SE "FOLKLORIZA"
Otra razón de este imparable eco de errores y falsedades es que, a partir de la publicación del libro de Hyenne en Chile, ciertos literatos y creadores cayeron como moscas en la trampa de azúcar con la creencia del Murrieta "chileno", haciendo cada uno su parte por fomentarlos desde la inocencia de la buena fe, en su mayoría. Esto pone en revelado, dicho de paso, cómo las manifestaciones artísticas pueden llegar a generar discursos y juicios históricos sin respaldo en los hechos, algo que ha sido particularmente bien manejado por ciertos movimientos políticos.
En este camino mutagénico, el Joaquín "chileno" va adquiriendo también nuevos bríos, como toda leyenda: el personaje se vuelve un roto chileno, hijo de familia pobre de Quillota o de Valparaíso; hombre poco ilustrado pero que surge con esfuerzo, pues ya no es el pequeño burguesillo de Santiago descrito en la obra traducida y alterada de Hyenne, cuyo estereotipo fuera criticado por Enrique Lihn.
Que al folklore le gusta sacralizar a bandidos y truhanes elevándolos a caudillos justicieros, además, es algo bien conocido: desde el criminal realista Benavente en los tiempos de la lucha por la Independencia, hasta el asesino serial Dubois con animita y todo en Valparaíso. La banda de "Los Pincheira" ofrecidos como héroes de la Independencia, el "Brujo" Liberona cual soberano La Chimba del viejo Santiago y el redimido Neira incorporado a las fuerzas patriotas que después lo traicionan y le dan caza, son otros ejemplos del fenómeno, por lo que no extraña demasiado que se haya adoptado en Chile con esa misma filosofía popular a Murrieta, pasando por alto el pequeño "detalle" de que había nacido en México y nunca había pisado nuestras tierras.
Así es cómo se inspiran y nacen obras posteriores, al estilo de "Joaquín Murieta. Drama en seis actos" de 1936, del respetable Antonio Acevedo Hernández, mientras que la cueca del gran grupo folklórico nacional "Los Chileneros" cantaba en su memoria:
Apreciaban la cabeza
del temible forajido
y a ese roto chileno
ellos le hicieron bandido.
Vio ultrajar a su esposa
y la matanza
y así Joaquín Murieta
juró venganza.
Y entre las cuecas del folklore urbano recopiladas y reproducidas en el libro de Samuel Claro Valdés en su "Chilena o cueca tradicional de acuerdo con las enseñanzas de don Fernando González Marabolí", vuelve a penar el fantasma del salteador de California, como en la canción "Y en la linia de la Oroya" que recuerda a los trabajadores chilenos que participaron en la construcción del ferrocarril al Sur de Perú en el siglo XIX:
Los carrilano, sí
que estas son cueca
de los rotos que tuvo
Joaquín Murieta.
Todos víctimas de la excesiva confianza en nuestros hombres de letras, el último gran "porrazo" al respecto fue, quizás, el que nos regaló el texto escolar "Historia y geografía para la educación básica 6°", de Editorial Santillana de Santiago, que en 1997 todavía insistía:
"...uno de nuestros compatriotas que se tentó con el oro de California y partió a probar suerte fue Joaquín Murieta".
Este último caso demuestra que, lo peor de la repetición perpetua de la fantasía de Hyenne-Morla, es que se repasan haciendo saltar la creencia -de vez en cuando- hasta la producción histórica formal, convirtiendo un falso orgullo nacional en lo que realmente debió ser siempre: un bochorno nacional.
Ilustración de fantasía de Joaquín Murrieta, para la portada de un folleto con la obra de Antonio Acevedo Hernández, dedicada al famoso bandolero.
Portada de "Fulgor y muerte de Joaquín Murieta", de Pablo Neruda.
EL PECADO NERUDIANO
Aunque todos los críticos endilgan casi exclusivamente a Morla las culpas por este verdadero fraude literario -no pudiendo negarse que esto será siempre una mácula de motivación incomprensible para el currículo de prestigio de tan notable investigador y diplomático-, también existe una responsabilidad ineludible en la figura de nuestro más venerado poeta: el mismísimo Pablo Neruda.
En efecto, el vate y diplomático tomó la leyenda del Murrieta "chileno" y lo colocó esta vez partiendo a California desde Valparaíso, careciendo todo argumento histórico para sentar semejante audacia de apropiación, con la que inicia el argumento de su obra "Fulgor y muerte de Joaquín Murieta", publicada por Zig-Zag en 1967 y concebida como la base del libreto dramático de la ópera de Sergio Ortega.
Siendo verdad que un creador cuenta con todo un justificado mundo ficticio para sostener las afirmaciones argumentales y el desarrollo de su obra, es el propio Neruda el que insiste como dato real y casi científico, el que Murrieta era chileno. Así pues, empieza con atrevimiento su introducción:
"El fantasma de Joaquín Murieta recorre aún las Californias.
En las noches de luna se le ve cruzar, cabalgando su caballo vengativo, por los páramos de Sonora, o desaparecer en las soledades de la Sierra Madre mexicana.
Los pasos del fantasma, sin embargo, se dirigen a Chile, y esto lo saben los chilenos, los chilenos del campo y del pueblo, los chilenos de minas, montañas, estepas, caseríos, los chilenos del mar, del Golfo de Penas.
Cuando salió de Valparaíso a conquistar el oro y a buscar la muerte, no sabía que su nacionalidad sería repartida y su personalidad desmenuzada. No sabía que su recuerdo sería decapitado como él mismo lo fuera por aquellos que lo injusticiaron.
Pero Joaquín Murieta fue chileno.
Yo conozco las pruebas. Pero estas páginas no tienen por objeto probar hechos ni sombras. Por el contrario. Porque entre sombras y hechos corre mi personaje invisible. Lo rodea una tormenta de fuego y sangre, de codicia, atropello e insurrección".
Sin embargo, pocas líneas después, parece olvidar las pruebas que declara haber visto y se excusa de mostrarlas aseverando que los papeles de registro de fecha y lugar de nacimiento de Murrieta "se perdieron en los terremotos de Valparaíso y en las contiendas del oro", así que sólo quedaba confiar en la buena fe de sus afirmaciones.
Por esta razón, pasando por encima del poderoso halo de vaca sagrada que brilla en torno a la imagen del poeta, Harris Bucher no le perdona su desatino con vaho de deliberado engaño:
"Neruda, en Fulgor y muerte de Joaquín Murieta indica sin titubeos que el célebre bandido era chileno, que partió de Valparaíso y que conoce las pruebas de ello. Debieron transcurrir más de 30 años para que otro vate importante como Fernando Alegría rectificara que aquel era sonorense y mexicano por todos sus costados".
Recuérdese también, que las líneas de versos de Neruda y especialmente los de "Cueca de Joaquín Murieta" y el "Galopa Murieta", han sido musicalizadas por una gran cantidad de autores del canto popular, haciéndose parte de lo que aquí hemos llamado "folklorización" del mito; o en realidad el concepto técnico sería fakelore, para usar palabras de Richard Dorson:
Lo dice la luna que ahí va
la venganza en esa montura
Ay, nocturno chileno y distante
azotado por daño incesante
Ay, nocturno chileno y distante
azotado por daño incesante
Galopa, galopa, galopa, galopa
La tendencia, como podrá deducirse, ha ayudado -desde su inocencia y sin proponérselo- a extender más la falsedad desde la boca de consagrados como Víctor Jara, los grupos "Quilapayún" e "Inti Illimani", o los argentinos "Alpataco", "Los Calchakis", Víctor Velásquez, Mercedes Sosa, el dúo argentino-uruguayo Olga Manzano y Manuel Picón y hasta los canarios "Los Sabandeños".
Al estrenarse la obra de Neruda, éste posó junto a Matilde Urrutia fingiendo ser el forajido de los relatos y con lo que parece ser una imagen abstracta y artística del mismo atrás. Imagen publicada en el artículo de Pereira Poza que acá se menciona.
POSIBLES MOTIVACIONES POLÍTICAS
Se sabe que Neruda se documentó casi hasta lo insólito para producir este trabajo dedicado al bandido de California. Empero, se dice de don Pablo que también era conocido en su época su exceso de "imaginación" que a veces vertía para contar historias propias o relatar hechos. Mas, las razones por las que pudo insistir en que Murrieta era chileno sabiendo que faltaba a la verdad y dándole, con ello, un nuevo aire de vida e impulso a la leyenda que ya era severamente cuestionada por otros autores nacionales, como vimos, son difíciles de sondear.
En estudios como "Rondas a las letras de Hispanoamérica" de la española Selena Millares, también se confirma que Neruda conocía perfectamente los pormenores de la historia del forajido mexicano, pues poseía los tres libros principales que dieron partida al mito de Murrieta en sus bibliotecas personales, a pesar de la ligereza con que explicará después esta imprudencia en los textos que sirvieron a su publicación póstuma "Para nacer he nacido":
"Su sitio de nacimiento se lo disputan México y Chile, aunque yo lo doy por chileno. En la niebla de la leyenda fabulosa los argumentos van y vienen, pero Murieta fue chileno.
Al parecer, entonces, la intención profunda del autor quizás sólo era la de acercar más el sentimiento antiimperialista a los chilenos, entregándoles un refrito del personaje epopéyico de la fiebre del oro californiana pero aproximándolo tanto a nuestro terruño como la fantasía de su origen chileno lo permitiese. Sería mejor pensar esto que en un profano interés por darle atractivo comercial a la obra, pero a su favor se puede decir que la leyenda de Joaquín ha sido utilizada en otras ocasiones también con la misma finalidad discursiva, durante los años de la Guerra Fría. Entre otras veces, por la compañía Theater Manufaktur de Berlín y por los directores de opereta Alexei Rybnikov y Pavel Grushko durante la última década de la Rusia bolchevique. Y Sergio Pereira Poza, por su parte, observaba este valor político del mito en su artículo "Joaquín Murieta: ¿héroe o bandido?", publicado por la revista "Occidente" de enero-febrero de 1999:
"Así, su significación literaria se sostiene por los códigos de vindicación y reivindicación de los sectores proletarios del continente.
El aliento popular que insufla el ser y hacer del héroe permite construir la realidad que se identifica plenamente con las ideas, valores y creencias del hombre latinoamericano. Su actitud combatiente contra el imperialismo norteamericano resume el anhelo colectivo de una comunidad que históricamente ha vivido bajo el peso del hegemonismo, monárquico primero, burgués después. La experiencia vivida en California es un capítulo del acontecer de América Latina que trasunta siglos de sometimiento y olvido".
Lamentablemente, sin embargo, aún prevalece como abono a la creencia del Murrieta "chileno" la idealización que se ha hecho de nuestro Premio Nobel de Literatura y la verdadera luz de protección de su imagen, alejándola de los aspectos cuestionables (abandonos parentales, algún caso de plagio o su stalinismo desatado) y por supuesto, de revisar la alteración casi insolente que hizo de la historia tal como sucede con la semblanza de Joaquín Murrieta, zafando así a Neruda de la responsabilidad de haber sabido claramente lo falsas que eran sus indicaciones sobre la nacionalidad de Murrieta, dado su conocimiento cabal del tema en la literatura disponible y de su propia experiencia imbuido en la cultura e historia mexicanas durante sus servicios diplomáticos en ese país.
La cabeza de Joaquín siendo expuesta públicamente en una plaza, según grabado del libro español "La fiebre de riquezas siete años en California" de Julio Nombela, 1871.
La supuesta cabeza de Joaquín en la actualidad. Fuente: sideshowworld.com
EL HÉROE CONTRA EL VILLANO
Por otro lado, también es dudosa para algunos la condición de verdadero caudillo justiciero que se le atribuye a Murrieta en su propia leyenda, pues existe poco respaldo histórico a las visiones que, desde Ridge en adelante, intentan sacarlo de la condición de mero bandido, abigeo y asaltante sin connotaciones epopéyicas, como muchos otros que hubo en aquellos años y que -en algunos casos- se habrían asociado a Joaquín para cometer fechorías. En palabras de la citada crónica de Silva, se explica por sí mismo:
"No es que halague a muchos el ser los conterráneos de un bandolero a lo Pincheira o a lo huaso Raimundo, no: es que la leyenda va elevando y hermoseando al sujeto hasta darle los contornos de un héroe, y aun de un semidiós".
La exageración máxima en esta línea parece pertenecer a Walter Noble Burns, partiendo por el título de su propia novela de 1932: "The Robin Hood of El Dorado". Probablemente habría tenido mucho menos impacto que las obras anteriores, de no ser porque los derechos de esta obra fueron adquiridos por productores de Hollywood y llevados a la versión fílmica homónima de William A. Wellman para la Metro-Goldwyn-Mayer, que en 1936 terminó de cristalizar el trato heroico y benevolente alrededor del mítico forajido.
Burns sabía de estos trabajos artísticos de idealización de rufianes, por cierto: poco después, volvió a vender a Hollywood derechos de sus libros para producciones cinematográficas, en este caso del filme "Billy the Kid" de 1941. Además, se rodó otra película dedicada al bandido mexicano en 1965, titulada "Joaquín Murrieta" de George Sherman, y nuevamente una de 1969, titulada "The Desperate Mission" de Earl Bellamy.
Aunque su exposición va en el sentido de desmitificar la condición heroica de Murrieta, no abordaremos aquí el contenido del libro "Hija de la fortuna" de Isabel Allende, que en 1999 vino a proponerse como una suerte de adición al historial e imaginario de Joaquín. Lo apartamos por el más bien poco valor histórico que percibimos en la obra, tan tenue como la confianza que puede depositarse en la autora cada vez que se aventura a hacer ciertas afirmaciones que necesitarían de respaldo en hechos o en asuntos históricos en sus trabajos literarios, diríamos también.
Tampoco hay plena seguridad de que Joaquín Murrieta sea siempre el mismo que se muestra en imágenes o reseñas, carteles de recompensa y portadas de libros, pues se sabe que era llamado muchas veces Joaquín a secas, en circunstancias de que, a la sazón, había al menos otros cuatro Joaquines famosos por sus asaltos en California, como lo mencionó el propio Ridge: Bottilier, Carrillo, O'Comorenia y Valenzuela, de modo que el Joaquín Murrieta que inmortalizó la literatura puede tener, quizás, elementos de más de un bandido real. Incluso, tras el día de su ejecución en 1853 por acción del Capitán Harry Love y sus hombres, gracias a una oferta de recompensa por entregar vivo o muerto a un Joaquín (se supone que es Murrieta), los titulares del periódico "San Francisco Herald" del 30 de julio de 1853) no aclaraban cuál era el apellido del Joaquín ajusticiado:
"Captura y muerte del bandido Joaquín.- El famoso bandido Joaquín, cuyo nombre está asociado a cientos de hechos de sangre, por fin ha sido capturado".
Conviene comentar, además, que la famosa cabeza de Murrieta aún conservada en líquidos preservantes, en su primera exhibición en un museo fue expuesta como de un tal Murriatta, no Murieta ni Murrieta. Más aún, muy pocos habrían podido ver de tan cerca a Joaquín Murrieta en esos años, como para confirmar que la cabeza efectivamente era la suya, como lo señala también la investigadora venezolana de literatura hispánica Yanira Paz en su ensayo "Pablo Neruda e Isabel Allende: las dos sagas de Joaquín Murieta", de 2005.
En fin... Concluyo esta entrada, entonces, convencido de lo que dije hace muy poco a alguien que seguía fiel a la idea de la "chilenidad" del famoso bandolero y que me motivó a sacar del olvido este viejo texto que aquí publico en plan de rescate: creo que Murrieta (o Murieta) tenía de chileno lo mismo que tendría un apetitoso plato de burritos de frijol y queso de hebra oaxaqueño con un vasito de mezcal, sobre un colorido mantel tejido de Querétaro.
Afiche del filme de William A. Wellman, de 1936.
Afiche del filme de 1965, de George Sherman.

¿SE ACUERDA DE LOS SÍMBOLOS DE LAS ESTACIONES DEL METRO? (Diario "Las Últimas Noticias", lunes 24 de noviembre de 2014)

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Artículo "¿Se acuerda de los símbolos de las estaciones del Metro?" de Ariel Diéguez, publicado en el diario "Las Últimas Noticias" del lunes 24 de noviembre de 2014. Link al artículo original: http://www.lun.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2014-11-24&NewsID=294580&BodyID=0&PaginaId=34 (Clic sobre la imagen para ampliarla). Además de la pequeña cita con mi opinión sobre este tema, las imágenes que se reproducen en el artículo con los símbolos de las antiguas estaciones del Metro de Santiago son las que compuse y publiqué en mi entrada "LOS SÍMBOLOS DE LAS ESTACIONES EN EL PRIMER TRAZADO DEL METRO DE SANTIAGO", disponible aquí: http://urbatorium.blogspot.com/2009/08/los-simbolos-de-las-estaciones-en-el.html
Jaime Escudero creó íconos del Santiago de los 80
Copuchita era un cóndor con sombrero, chaleco y zapatillas blancas. Lo creó el dibujante Jaime Escudero para “15.000 dibujos”, la película que él y su amigo Carlos Trupp hicieron a pulso en 1941, aconsejados por el mismísimo Walt Disney. Algunos dicen que el plumífero personaje es el precursor de Condorito, que debutó en sociedad siete años más tarde.
“Mi papá era un genio. Perdón que esté muy orgullosa. A la altura de Walt Disney, pero en chileno”, cuenta Virgina Escudero, hija del dibujante que murió el 7 de septiembre del 2012, a los 98 años.
Escudero, también arquitecto de la Universidad Católica, trabajó en revistas como “El Cabrito” y “El Peneca”. Es uno de los superhéroes de la animación chilena y pocos saben que trabajó en el Metro, donde también dibujó.
“Él entró primero al Ministerio de Obras Públicas y toda su labor en el Metro él la recordaba como una bonita experiencia”, cuenta Mauricio García, creador del Museo de la Historieta.
Recuerda que para la Navidad de 1974 el Metro repartió a sus trabajadores un cuento creado por el gerente de la empresa, Juan Parrochia, e ilustrado por Escudero. Se llamaba “Los tres pastores”.
El reino en el que se desarrollaba la historia era una alegoría de Santiago. “Nadie podía moverse, nadie podía trabajar, nadie podía viajar, nadie podía bailar ni caminar. Todos estaban pegados al suelo, desesperados”, dice el inicio del cuento.
Los tres pastores iban a traer el progreso y se llamaban Mezor, por el Metro, Vizor, por Vialidad, y Buzor, por los buses. Para los autores del cuento, esas tres áreas eran esenciales para modernizar la ciudad o, en este caso, el reino.
El dibujante hizo también algo que todo el mundo recuerda. “Fui el diseñador de los logos de las estaciones y de los afiches promocionales”, recordó en una entrevista que le hizo Mauricio García.
“El Metro moderno los borró todos. Parece que no le interesaron. No les dieron valor. Él no se demoraba nada en crearlos. Los sacaba en un dos por tres”, cuenta Virginia Escudero.
“Había que crear estos símbolos para que la gente analfabeta supiera dónde estaba”, cuenta Mauricio García.
Cristian Salazar, historiador urbano, recopiló los símbolos originales desde un folleto de la Dirección General de Obras Públicas lanzado en 1970. “Marcaron una época. Fueron muy importantes y útiles”, asegura.

FOTOGRAFÍAS HISTÓRICAS DEL DEPORTE NACIONAL: POSTALES DE LA SELECCIÓN CHILENA DE BÁSQUETBOL DE 1971-1973

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Me veo superado ahora por lo que interpreto como una necesidad ineludible de salir de mi retiro momentáneo, para cumplir con una promesa de honor de subir -antes de fin de año- esta entrada especial con imágenes que tenía pendientes de agregar a mi blog desde fines de febrero, cuando me las hizo llegar nada menos que el destacadísimo coach internacional Dan Peterson.
Creo que sería de una mezquindad y deslealtad enorme dejarlas durmiendo el sueño de los justos en mi buzón de correos, así que me tomé el trabajo de publicarlas acá aunque vinculadas a un soporte de formato video (Youtube), pues aún seleccionado las mejores de las más de 100 que este tremendo referente del básquetbol mundial me hizo llegar con tan preciosa generosidad, la cantidad es demasiada para incorporarlas todas a un simple artículo en un blog.
Así pues, la secuencia corresponde a la colección de imágenes y fotografías, más algunos recortes de prensa, del destacadísimo coach Dan Peterson, mostrando escenas históricas de la Selección Chilena de Básquetbol de 1971-1973, inolvidable período en el que estuvo con él al timón. Hay algunas imágenes relativas a las giras por los Estados Unidos y otras en el desaparecido Gimnasio Nataniel, donde entrenaba el equipo.
Bien, éste es el mensaje de Peterson adjunto al correo con el que este pequeño-gigante nos compartió las presentes imágenes, con quienes somos sus admiradores en Chile:
"Hombres! Estoy enviando las fotos de nuevo, a todos. Algunos han ya recibido todo... pero no me recuerdo quiénes. Entonces, van a todos, esperando de hacerlas llegar a todos.
Gracias a todos por dos años increíbles.
Un abrazo,
Coach Dan Peterson"
El video que aquí adjunto (editado con música del grupo "Devo", por cierto), entonces, es un pequeño homenaje para Peterson y para el legado de aquella generación de deportistas chilenos que lograron brillar a pesar de estar en años difíciles de nuestra historia nacional.
Aunque tengo algunos nombres de los seleccionados de aquella época y que aparecen en las fotografías, prefiero que los lectores que tuvieron la fortuna de conocerla en esos años, puedan aportar identidades completas y reseñas sobre aquellos magníficos deportistas de nuestra historia del básquetbol.
INFORMACIÓN ANEXA:
1972 Chile National Team Trip (Itinerario 1972)
  • 10-28 9:50 pm Santiago-Miami BR 988 11-19 7:00 am Chi - Mt. Pleasant MI Bus
  • 10-29 8:15 am Miami-Philadelphia EA 44 11-20 9:00 am Mt. Pl. - Oxford OH Bus
  • 10-29 10:55 am Philadelphia-Wilmington Bus 11-21 7:30 am Oxford - Cincinnati Bus
  • 10-30 11:00 am Wilmington-Dover DE Bus 11-21 9:14 am Cincinnati - Chicago DL 670
  • 11-1 11:00 am Dover - Dover AFB Bus 11-21 10:05 am Chicago - Omaha NE UA 271
  • 11-2 11:00 am Dover AFB - Annapolis Bus 11-22 9:00 am Omaha - Denver CO UA 437
  • 11-3 11:00 am USNA-Baltimore Bus 11-22 10:55 am Denver - El Paso TX CA 133
  • 11-4 11:00 am USNA-Towson Bus 11-23 6:00 am El Paso - Lubbock TX CA 190
  • 11-5 11:00 am USNA-Washington DC Bus 11-24
  • 11-6 11:00 am USNA-College Park MD Bus 11-25 11:00 am Lubbock - Canyon TX Bus
  • 11-7 10:00 am USNA - Montclair NJ Bus 11-26 8:00 am Canyon - Portales NM Bus
  • 11-8 10:00 am Montclair-Trenton NJ Bus 11-26 3:30 pm Portales - Las Vegas NM Bus
  • 11-9 10:00 am Trenton-Johnstown PA Bus 11-27 11:00 am LV - Albuquerque NM Bus
  • 11-10 6:15 am J'town - Pittsburgh Bus 11-28 9:51 am Alb - Salt Lake City UT FA 512
  • 11-10 8:15 am Pittsburgh-Washington UA 638 11-28 1:00 pm SLC - Ogden UT Bus
  • 11-10 10:00 am Washinton-Raleigh NC EA 377 11-29 8:00 am Ogden - SLC Airport Bus
  • 11-10 11:00 am Raleigh-Chapel Hill NC Bus 11-29 10:00 am SLC - Chicago UA 276
  • 11-11 10:00 am Ch. Hill - G'ville SC Bus 11-29 2:00 pm Chicago - Raleigh DL 356
  • 11-12 7:05 am V'ville SC - Washington EA 370 11-29 1:00 pm Chi-Lexington KY (Red) SO 919
  • 11-12 10:00 am W'ton - Ithaca NY AL 603 11-30 7:55 am Ralleigh - NY LGA EA 584
  • 11-13 10:30 am Ithaca - Pittsburgh AL 649 11-30 8:00 am Lexington-NY LGA SO 818
  • 11-13 10:40 am Pittsburgh - Chicago TW 175 11-30 9:20 am LGA - Oneanta NY Bus
  • 11-13 11:00 am Chicago - Skokie IL Bus 11-30 4:00 pm Oneonta-Syracuse NY Bus
  • 11-13 2:30 pm Skokie-Normal IL Bus 12-1 11:00 am Syra. - Lewisburg PA Bus
  • 11-14 8:00 am Normal-Lebanon IL Bus 12-2 11:00 am L'burg - Chester PA Bus
  • 11-14 3:30 pm Lebanon-Carbondale IL Bus 12-3 9:00 am Chester - Wilkes-Barre Bus
  • 11-15 9:00 am C'dale - Milwaukee WI Bus 12-3 3:30 pm W-B - Lancaster PA Bus
  • 11-16 8:00 am M'kee - Des Moines IA Bus 12-4 6:15 am L'caster - Philadelphia Bus
  • 11-16 8:00 am M'kee - Chicago (Red) Bus 12-4 8:00 am Phila - Atlanta GA EA 905
  • 11-16 10:22 am Chicago-Knosville TV DL 749 12-4 11:25 am ATL - Gainesville FL EA 141
  • 11-16 1:00 pm K'ville-Johnson City TN Bus 12-5 7:45 am Gainesville - Miami FL SH 111
  • 11-17 10:00 am D.Moines-Columbia MO Bus 12-6
  • 11-17 6:15 am J. City - Nashville (Red) SO 893 12-7
  • 11-17 10:40 am Nashville - St. L. (Red) OZ 914 12-8
  • 11-17 12:15 pm St. Louis - Columbia Bus 12-9 2:15 am Miami - Santiago BR 979
  • 11-18 8:00 am Columbia - Chicago TW 454 12-9 12:05 pm Arrival Santiago
1972 Chile National Team USA Schedule
  • Oct. 30 8:00 pm Brandywine JC Wilmington, DE (Lost, 76-79)
  • Oct. 31 8:00 pm Dover AFB Dover, DE
  • Nov. 1 ----
  • Nov. 2 5:00 pm U. S. Naval Academy Annapolis, MD (Lost, 37-62)
  • Nov. 3 8:30 pm U. Baltimore Baltimore, MD
  • Nov. 4 8:00 pm Towson State College Towson, MD JV
  • Nov. 5 8:00 pm Georgetown U. Washington, DC (Lost, 69-74)
  • Nov. 6 8:00 pm U. Maryland College Pk., MD
  • Nov. 7 8:00 pm Montclair St. Coll. Montclair NJ JV
  • Nov. 8 8:00 pm Rider College Trenton NJ
  • Nov. 9 8:00 pm U. Pittsburgh J'town Johnstown PA JV
  • Nov. 10 8:00 pm U. North Carolina Chapel Hill NC
  • Nov. 11 8:00 pm Furman University Furman SC
  • Nov. 12 8:00 pm Cornell University Ithaca NY
  • Nov. 13 8:00 pm Illinois State U. Normal IL
  • Nov. 14 2:00 pm McKendree College Lebanon IL - 8:00 pm So. Illinois Univ. Carbondale IL JV
  • Nov. 15 8:00 pm Marquette University Milwaukee WI
  • Nov. 16 8:00 pm East Tennessee St. U. Johnson City TN - 8:00 pm Drake University Des Moines IA
  • Nov. 17 8:00 pm U. of Missouri Columbia MO
  • Nov. 18 ---
  • Nov. 19 8:00 pm Central Michigan U. Mt. Pleasant MI
  • Nov. 20 8:00 pm Miami University Oxford OH
  • Nov. 21 8:00 pm Creighton University Omaha NE JV
  • Nov. 22 8:00 pm UTEP El Paso TX
  • Nov. 23 ---
  • Nov. 24 8:00 pm Texas Tech Univ. Lubbock TX
  • Nov. 25 8:00 pm West Texas St. U. Amarillo TX
  • Nov. 26 1:00 pm E. New Mexico U. Portales NM - 8:00 pm NM Highlands U. Las Vegas NM
  • Nov. 27 8:00 pm U. of New Mexico Albuquerque NM
  • Nov. 28 8:00 pm Weber State U. Ogden UT JV
  • Nov. 29 8:00 pm Duke University Durham NC - 8:00 pm U. of Kentucky Lexington KY
  • Nov. 30 1:00 pm Hartwick Univ. Oneanta NY JV - 8:00 pm Syracuse Univ. Syracuse NY
  • Dec. 1 8:00 pm Bucknell U. Lewisburg PA
  • Dec. 2 8:00 pm Widener College Chester PA
  • Dec. 3 1:00 pm Wilkes College Wilkes-Barre PA JV - 8:00 pm Franklin & Marshall C. Lancaster PA
  • Dec. 4 8:00 pm U. Florida Gainesville FL
  • Dec. 5 8:00 pm Miami-Dade JC South Miami FL
  • Dec. 6 ---
  • Dec. 7 6:00 pm Miami Christian Coll. Miami FL JV - 8:00 pm Miami-Dade JC North Miami FL

ARE WE NOT MEN?... POR FIN VIMOS A DEVO EN CHILE, ¡Y EN EL TEATRO CARIOLA!

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Coordenadas: 33°26'53.57"S 70°39'2.27"W (Teatro Cariola)
Aconsejado por el entusiasmo y la alegría de haber pasado por una de las mejores experiencias en la vida de este humilde servidor, debo salir otra vez de mi retiro momentáneo en el presente blog para describir la extraordinaria noche que todos los Devo-tos (o más bien DEVOtionals) tuvimos en el histórico Teatro Cariola, el jueves 4 de diciembre recién pasado, con la visita de una de las bandas más legendarias e influyentes del rock, del new wave y del pop mundial.
Creo, pues, que no puede ser posible que un evento que algunos llevábamos esperando hace tres décadas no figure en mi blog, de modo que no dejaré pasar la posibilidad de dejar un apunte sobre la extraordinaria experiencia que significa haber tenido a la banda Devo a sólo unos metros frente a mis narices, mientras hacía un repaso por sus más famosos temas musicales en más 40 años de carrera, iniciados en Ohio por allá por 1971 ó 1972. Como cambié ya hace rato la orientación general de los contenidos de este blog, además, no creo que entre en conflicto temático por ofrecer un pequeño homenaje a mi banda favorita, con esta entrada de texto.
Cabe recordar que, dos días después, Devo se presentó también en el evento central del RockOut Fest en "Espacio Broadway", junto a otros consagrados como Fantômas, Blind Melon y Primus. Sin embargo, los créditos históricos se los llevará siempre el querido Cariolita de calle San Diego en el imaginario de la Devomanía chilena, al ser el lugar donde por fin, tras 30 años de paciente espera con una penosa frustración entremedio, los fans por primera vez pudieron ver a la banda de sus dos o tres juventudes contenidas en una sola vida.
Aquí dejaré también, algunas fotografías que tomé del evento en el Teatro Cariola, más algunos videos en vivo que grabó mi amigo Pablo Bertranine, de visita en Santiago especialmente para ser testigo de este hito y sacarse una espina clavada en el alma desde hacía tanto tiempo ya.
DeVo - "Whip it" (Chile, 2014)
DeVo - "Gut Feeling / Slap your mammy" (Chile, 2014)
DeVo - "Smart Patrol / Mr. DNA" (Chile, 2014)
DeVo - "(I can't get no) Satisfaction" (Chile, 2014)
LOS ORÍGENES
Fundados en 1972 en Akron, Ohio, la banda Devo nace de la alianza creadora entre Mark Mothersbaugh y Gerald Jerry Casale, dos estudiantes de 22 y 24 años respectivamente, ambos de la  facultad de arte de la Universidad Estatal de Kent, a los que se unía en un primer momento su compañero Robert Lewis. A la sazón, Casale ya había tocado cuerdas en un grupo llamado 15-60-75, al que se lo apodaba a veces The Numbers Band. Algunas biografías mencionan también al músico Peter Gregg como parte del primer equipo musical Casale-Lewis-Mothersbaugh, pero su participación se redujo a la mera etapa de formación y a tocar la guitarra en algunas grabaciones primitivas.
La inspiración que dio impulso al grupo se asoció a un hecho trágico: la Masacre de la Universidad de Kent del 4 de mayo de 1970, en la que dos de los cuatro fallecidos por las balas de la Guardia Nacional resultaron ser amigos de Casale, quien comienza desde ese momento a pensar en una forma de crítica social y una mirada desencantada de la modernidad ya conciente de estar al final de la era hippie, cuyo ocaso casi parecía simbolizado por esta cruenta matanza de estudiantes en huelgas pacifistas. Éste sería el origen del concepto crítico de la sociedad norteamericana bautizado como la D-Evolution o De-Evolution, tomado en parte también de un pasquín estudiantil titulado  "Jocko Homo Heavenbound" y que Mark les mostró por entonces a Casale y a Lewis.
En la imagen y contenidos del grupo, cuyos miembros se autodenominaban "Spuds" en un primer momento y se asociaban a la imagen de papas (potatoes), se aludía al retroceso evolutivo de la sociedad (la Devolución), que daría también el nombre al grupo y sus principales contenidos característicos en letras, estética y simbología. La canción "Jocko Homo", con sus distintas versiones, alude al señalado panfleto universitario de Mark y a este concepto fundacional de Devo, además. El talento de los jóvenes músicos estaba en desarrollo, ciertamente, pero con el tiempo comenzaría a notarse en el manejo de varios instrumentos entre los miembros y en detalles tales como el que Jerry, que es zurdo, tocara el bajo volteado y sin invertir las cuerdas, como lo hace hasta ahora.
Compuesta primero de seis miembros, la banda de la De-Evolution se presentó en el Festival de Arte de Kent de 1973, ganándolo. Es por esto que en algunas biografías aparece este año como el de nacimiento oficial de la banda. Para aquella ocasión, a Jerry, Mark y Bob Lewis se habían unido Bob Casale (hermano de Jerry) en guitarra, y los amigos del grupo Rod Reisman y Fred Weber para batería y voz principal, respectivamente.
Realizaban una extravagante performance musical en vivo, que incluía delirantes efectos de sintetizador y máscaras de monos parecidas a las del filme "El Planeta de los Simios", existiendo algunos registros de aquellas presentaciones, que aparecen como bonus en el video "The complete truth about De-Evolution". El mono, conocido como Mongo, era uno de los personajes que presentaban con disfraces, a los que se unían Chinaman y Booji Boy, siendo este último el único que sobrevivió presente en toda la carrera de Devo y representado con la característica máscara infantil y voz aguda por Mark.
El grupo jamás volvió a tocar con esa formación debut de 1973 pero, al año siguiente, regresó al Festival de Artes con Casale, Mothersbaugh, Lewis, más la batería de Jim Mothersbaugh, hermano de Mark. Poco después, se integró al cuarteto la guitarra Robert Bob Mothersbaugh, el tercero de los hermanos; y al año siguiente, hace lo propio el versátil Robert Bob Casale, hermano de Jerry, al regresar a la banda, por lo que fueron llamados Bob 1 y Bob 2, respectivamente y en adelante. Jim se retiró del grupo en 1976, debiendo ser reemplazado en las percusiones por Alan Myers. Lewis también había dejado el proyecto al poco tiempo, e incluso demandaría uno años después a la banda exigiendo participación en algunos asuntos creativos de la misma y en el propio concepto artístico y estético que caracterizaría a Devo hasta nuestros días.
De este modo, el grupo quedó definido en el quinteto formado por los hermanos Mark y Bob Mothersbaugh (o Bob 1) en voz-teclados y guitarra respectivamente, los hermanos Jerry y Bob Casale (0 Bob 2) en bajo-teclados y guitarra-teclados, y Alan Myers en percusiones, comenzando así su época más exitosa.
Casi al inicio de la fila, después de 30 años de espera...
Comienza a alargarse la cola de DEVOtionals.
Michael Pilmer, al centro de gorro, conversando con algunos fans durante la espera.
CONSAGRACIÓN MUNDIAL
Ese mismo año de 1976, la banda fue premiada en el Festival Fílmico de Ann Arbor, por el corto artístico "The truth about De-Evolution". Como la obra fue vista por importantes artistas del medio, entre los que estaban David Bowie e Iggy Pop, estos ayudaron a abrirle contactos a sus miembros y así lograron un contrato con el sello Warner Bros. Records, contando con el músico Brian Eno como productor. También se pusieron en contacto con cantante y director Neil Young, quien los incluyó en su extraña obra fílmica "Human Highway" con el videoclip de "Worried man" del grupo, más la banda sonora de la película a cargo de Mark. El filme comenzó a ser realizado en 1977, pero vio la luz recién en 1981.
Devo realizó también sus primeras grabaciones profesionales y presentaciones en clubes en este período entre 1975 y 1977, no siempre siendo bien recibidas, dadas sus delirantes performances en vivo cuyos registros de audio fueron publicados en el trabajo "Devo Live: the mongoloid years", donde se puede escuchar, por ejemplo, cómo los encargados del "WHK Auditorium" de Cleveland donde tocaron la noche del Halloween de 1975, les desconectan los equipos y los obligan a salir del escenario hastiados de su sonido. También se presentan en este recuento los registros de las presentaciones en el célebre club underground"The Crypt" de Akron, en diciembre de 1976 y en el "Max's Kansas City" NYC, en noviembre de 1977.
Las canciones grabadas en estudio en este período de la banda y algunas aparecidas en discos EP como "Be Stiff" de 1977, en tanto, están disponibles en los dos volúmenes del llamado "Hardcore Devo", publicados como compilado en 1990 y 1991. Y a pesar de lo controversiales de sus presentaciones y letras de canciones como "Mongoloid", sin embargo, son invitados en octubre de 1978 al estelar televisivo "Saturday Night Live", donde tocaron en vivo "Satisfaction" y "Jocko Homo", sólo una semana después que The Rolling Stones se presentaran allí mismo. También tuvieron giras al extranjero, destacando la primera visita a Japón donde causaron gran furor y sembraron la Devomanía que aún existe allá, expresada en bandas niponas como Polysics.
Por fin, en 1978, ve la luz su primer disco bajo sello Warner: "Q: Are We Not Men? A: We Are Devo!", encaminándose por un estilo rock proto-punk con matices de pop electrónico, algunos anticipos al synthpop e influencias de movimientos artísticos como el dadaísmo, la psicodelia y la cultura cómic. La explosión creativa del quinteto fue instantánea y casi de inmediato comenzaron a trabajar en los discos "Duty now for the future" de 1979 y, avanzando en el new wave y en el pop, verá la luz en 1980 su exitosísimo "Freedom of choice", que los catapulta al resto del mundo con famosos temas como "Whip it", superéxito con videoclip incluido y que fuera uno de los primeros transmitidos por la MTV, más todo el adelanto que Devo significó para la iconografía y el sonido musical de los inolvidables años ochenta.
La simbología de Devo también corría en intensos emblemas de la cultura de la De-Evolution, destacando las alusiones constantes a las papas o "potatoes", las placas de la "golden energy" que se usaban como prendedores, repasos por antiguas escenas documentales de los años 50 y 60, las acrobacias del famélico Spazz (amigo de grupo) en videos como "Satisfaction", los anteojos 2D cromados, los cascos con pelo de plástico (al parecer, con el peinado de Ronald Reagan en sus tiempos de actor), las camisetas cuello beatle subido hasta la boca, los overoles de colores chillones y, por sobre todo, el famoso domo de energía rojo compuesto de cuatro niveles circulares concéntricos, él más conocido y valorado distintivo de los fans "DEVOtionals" de la banda. Y además de Booji Boy, otro personaje fundamental en el credo será el llamado General Boy, encarnado por Robert L. Mothersbaugh (padre de los hermanos) y que aparece frecuentemente en videos, cortos o poniendo su voz ya que, según su rol de fantasía asignado en la cultura De-Evolution, es el líder del Devolutionary Army.
La inventiva desbordada y con característico sello de ingenio "nerd" y "spud" (patatas) de Devo, alcanzó también para  sostener proyectos adicionales en la música, con experimentos ochenteros como Dove correspondiente a una autoparodia bajo una perspectiva de fanatismo religioso protestante llamado "Iglesia de los SubGenios". Realizaron algunas presentaciones con esta identidad, disfrazados con viseras traslúcidas y bajo el slogan "Dove: The band of love". También trabajaron en este período con la cantante y coreógrafa Toni Basil, que mantuvo una relación personal con Jerry Casale. De esta "cruza" salen producciones como "The only one" con Toni en la voz y arreglos de Devo, la versión de "Be stiff" interpretada por la cantante, la participación de Spazz en sus videos y de ella misma entre el público femenino del videoclip para la canción "Girl you want".
El éxito continuó con "New traditionalists" de 1981 y el tremendo "Oh, no! It's Devo" de 1982. Sin embargo, la ampliación del sonido ochentero y el apogeo internacional del pop fueron quitándole novedad a la propuesta del grupo y así, con el disco "Shout" de 1984, las ventas no fueron las mismas, abriendo algunos conflictos con el sello Warner. Al parecer,  el haber ridiculizado a la figura sacrosanta de Jimmy Hendrix en el videoclip del tema "Are you experienced?" del mismo músico y que aparece en este último disco, significó la ruptura final con los productores de la compañía.
Comienza a llenarse el Cariola.
Los instrumentos esperando a los maestros.
Devo en el escenario del Teatro Cariola, por fin... De izquierda a derecha: Jeff Friedl, Jerry Casale, Mark Mothersbaugh, Bob Mothersbaugh y Josh Hager.
DEVO, POR SIEMPRE
La mejor época comercial de Devo quizás había pasado, pero el culto en torno a la banda y a su concepto rotundo de la De-Evolución no cesaba, en una extraña y feliz situación pocas veces vista antes. En 1985, por ejemplo, el comediante y parodiador profesional  Weird Al Yankovic grabó la canción original y el videoclip "Dare to be stupid" ("Atrévete a ser estúpido") basada enteramente en una sátira de la estética, la temática, el estilo y las alusiones a videos de Devo, volviéndose también un símbolo alrededor de la banda.
Así, vienen nuevos trabajos como "E-Z Listening Disc" de 1987, con versiones musak y ambient de varios de sus temas más conocidos. Sin embargo, sobrevino ese mismo año la primera fractura en el grupo en más de una década: la partida de Alan Myers, debiendo ser reemplazado en la batería por David Kendrick, proveniente de la clásica banda Sparks. Myers mantuvo desde entonces una relación un tanto inconstante y de menos protagonismo con la música. En cambio, con Kendrick a cargo de las baquetas de Devo, aparecerán "Total Devo" en 1988 y "Smooth noodle maps", de 1990, aunque la imagen de Myers como principal actor en la batería ha permanecido por todo el resto de la historia del grupo.
No está del todo claro qué sucede en este período, pero sí se recuerda que el tema "Post-post modern man" de este último disco, fue presentando en un irónico videoclip con sabor a despedida de Devo, donde salían poniendo a la venta en informerciales todos los objetos e iconos característicos del grupo y reconocibles en otros de sus más famosos videos. La retirada comenzó a hacerse inminente y las giras cesaron en 1991. De todos modos, los miembros siguieron trabajando juntos en proyectos como el sello Mutato Muzika fundado por Mark en 1989, o en bandas sonoras de películas y reediciones de viejos trabajos o presentaciones en vivo que siguieron publicándose. Todo indicaba, así, que la banda había llegado al final de su historia como Devo.
Sin embargo, tras casi 5 años sin tocar en grandes escenarios, son invitados al Sundance Film Festival de Park City, en Utah, y ese mismo año al Festival Lollapalooza 1996, presentándose exitosamente en el Spartan Stadium de San José, donde estuvieron también bandas consagradísimas como Metallica, Soundgarden, Ramones y Rancid. Esta vez, los acompañó en la batería Josh Freese, conocido por su participación en varios otros proyectos como A Perfect Circle, quizás su segundo percusionista más influyente y reconocible para la imagen del grupo a partir de entonces.
El golpe anímico para los miembros del grupo y para sus fans en todo el mundo, resultó formidable y esperanzador. Con este retorno a la atención del medio, además, la banda comenzó otra vez a hacer presentaciones en vivo y grabaciones para otros proyectos, como el soundtrack de "Adventures of the Smart Patrol", para el videojuego homónimo. Algunos temas de este disco los produjo y grabó como The Smart Patrol, si bien eran los mismos Devo con ese nombre de fantasía. También siguieron el proyecto derivados como The Wipeouters, formado por los dos Mothersbaugh, Jerry Casale y la batería de Josh Mancell, con un disco titulado "Ptwaaang!!!" de 2001, concebido bajo fuerte influencia del rock surf instrumental californiano clásico y bandas como The Ventures.
Realizaron una comentada presentación en vivo el N. Y. Central Park, en julio de 2004, la que fue ampliamente difundida gracias a la herramienta con que ahora contaban sus fans: la internet. Aparecieron después otras curiosidades aún más delirantes como Jihad Jerry & The Evildoers, más cercana a nuestros días, con Jerry Casale a la cabeza de todo el resto de la banda, más participación de Geri Lynn y Alex Brown, en un grupo de fuerte contenido sarcástico y político contrario a las políticas invasivas de Washington en Medio Oriente, expresadas en sus trabajos "Army girls gone wild" de 2005 y "Mine is not a holy war" de 2006. Jerry también condujo el proyecto Dev2.0 con el canal Disney, correspondiente a una banda de niños que interpretan grandes éxitos de Devo.
Las actividades y giras internacionales continuaron con el grupo de los hermanos Casale y los Mothersbaugh más Freese en batería y, ocasionalmente, reemplazado por Kendrick en las presentaciones en vivo en las que aquél no podía participar por su múltiple agenda. Y así, a 20 años de su última grabación en estudio, con una divertida interacción con sus fans que votaron la selección de las canciones, Devo lanza el año 2010 su nuevo disco "Something for everybody", destacando la canción "What we do" con videoclip incluido, primero después de mucho, mucho tiempo.
Pero este regreso en gloria y majestad no fue todo miel sobre hojuelas en el libro de la historia que seguía escribiendo la banda: el 24 de junio de 2013, falleció su antiguo baterista Alan Myers, víctima de un cáncer estomacal. Aunque las relaciones estaban cortadas con el grupo y el músico se hallaba residiendo en Los Ángeles con proyectos personales, Devo manifestó su dolor en una sentida nota en el sitio web oficial de la banda. Después, el 17 de febrero de 2014, recibió el peor golpe de toda su historia: la inesperada muerte de Bob Casale, a los 61 años, por un infarto cardiaco, desatando la pena profunda de la comunidad de DEVOtionals.
Al poco tiempo, sin embargo, el fallecido Bob 2 fue reemplazado por Josh Hager en guitarra y teclados, disipando los temores de disolución del grupo.
Suena "Satisfaction", con la rutina de los movimientos de robot.
Y "Uncontrollable urge", con robots y saltos coordinados.
Are we not men?... WE ARE DEVO!
EL DIFÍCIL CAMINO A CHILE
Los fans chilenos de Devo creyeron que soñaban despiertos cuando se había dado aviso de que la banda por fin venía al país como parte del Tour Invasion 2007, más aún  cuando en un primer momento se dijo que la gira no iba a incluir Chile y que terminaba en Brasil. En realidad el anuncio estuvo lleno de incertidumbres desde el inicio, pues coincidió con un oneroso período de varios conciertos seguidos, a precios nada generosos, y también se escogió al Centro Cultural de la Estación Mapocho como lugar de debut de la banda de Ohio en Chile para el domingo 11 de noviembre de ese año, a pesar de las antipatías que genera en muchos este sitio.
Tampoco resultó muy celebrada la incomprensible decisión de los organizadores y productores, de hacer una enorme diferencia de valores entre las entradas generales y preferenciales, de $11.000 y $16.000 respectivamente, y las de la llamada "mesa VIP" de posición privilegiada, que saltaba a $106.800, algo poco entendible en el caso de un show único en la Estación Mapocho, espacio tradicionalmente criticado por el público de esta clase de conciertos al ser tildado como lugar inconveniente y poco cómodo para megaeventos.
Recuerdo que los esfuerzos de tiempo y dinero en mi círculo de amibos Devo-tos eran tan grandes como la ansiedad de esperar la hora de acceder a la "mesa VIP" de ese evento por tantos años esperado, e incluso bromeé pocos días antes enviándoles un correo electrónico con una falsa noticia, donde se anunciaba la cancelación del concierto de Devo por problemas técnicos, ganándome una catarata de estresados insultos de vuelta por el chiste. Hasta Pablito, nuestro amigo residente en Antofagasta, se tomó el trabajo de venir en avión a la capital para no perderse la que podía ser la única oportunidad en la vida para ver a Devo en Chile.
Sin embargo, el destino sabe jugar sucio y, a veces, no hay voluntad suficiente para contener los vaivenes de sus caprichos. Aquella mañana, ya preparándonos para salir a lo que debía ser el gran encuentro de todo Devo-to para consagrar su vida, análogo a la visita a La Meca en el Islam, nos llega la noticia por el llamado telefónico de una amistad: el concierto de Devo se había suspendido. La razón esgrimida por los organizadores fue un problema en el traslado de los equipos musicales desde Brasil a nuestro país, aunque también se rumoreó de las responsabilidades que habría tenido la propia productora internamente y el paro de los funcionarios de las aerolíneas argentinas que se mantenía en esos momentos. Jerry Casale diría años después al diario chileno "La Tercera" (2 de diciembre de 2014) recordando el aciago momento:
"Fue algo muy frustrante. Tocábamos antes en Brasil y fue imposible mover nuestros equipos para que llegaran a tiempo. Fue un lío de logística. También entiendo que hubo un problema con los productores involucrados, aunque nunca supimos bien qué pasó, sólo que se nos dijo: ‘es imposible que lo logren’."
Poco después, el propio sitio oficial de Devo declaraba la "depresión" de sus miembros por lo sucedido, señalando la cancelación irrevocable del que iba a ser su primer concierto en Chile, dejando con los crespos hechos a toda la fanaticada. Tras varios días de dilaciones y falsos anuncios de una realización próxima del concierto en deuda donde podría usarse la misma entrada, los compradores comenzaron a organizarse y reclamar masivamente, obligando a la productora a devolver los dineros de los accesos sin chistar y a declarar oficialmente frustrado el debut de Devo en nuestro terruño.
La magia de la De-Evolution, así, había quedado lejos de esta tierra surcada por mares, cordilleras y desgracias, dejando un ejército de huérfanos treintones y cuarentones con el pánico de sentir que la oportunidad de rendir honores en este suelo a la banda de sus amores, se esfumaba para siempre.
Acercándonos al final.
Booji Boy, cerrando el show.
Ya en el gran final...
DEVO, POR FIN EN CHILE
Más que una espera, lo que siguió fue una auténtica resignación: seguramente, Devo nunca pasaría ya por Chile. En tanto, tuvo lugar el lanzamiento de "Something for everybody", pero la súbita muerte de Bob 2 este año ya no sólo parecía alejar más aún la posibilidad de que la banda pudiera pasar por este país de una vez por toda, sino que llevó a muchos Devomaníacos a preguntarse muy en serio, si el grupo continuaría en actividades después de perder tan importante e histórica pieza de su equipo.
A pesar de todo, Devo logró salir adelante con Hager en reemplazo de Bob 2 y así fue anunciada, hacia el mes de septiembre, su participación en el primer RockOut Fest que iba a realizar en Santiago, con un evento central en el "Espacio Broadway" en el Camino a Valparaíso y un sideshow en el Teatro Cariola de calle San Diego, escenario que iba a ser el lugar de debut de la banda en Chile tras tres décadas de asfixiante espera. La fecha de oro: jueves 4 de diciembre de 2014, primera presentación de Devo en nuestro país, en el marco de su gira "The Hardcore Devo Tour".
Allá nos encontramos todos, los mismos frustrados de 2007, en el inicio de la fila. Caras que hacía 10 años no veía reaparecen, muchos con camisetas alusivas a discos y EPs, domos rojos y toda clase de símbolos del credo De-Evolucionario. En algún momento sale a conversar con el público el alto y alegre productor asistente y relacionador público de la banda, Michael Pilmer (Devo Obsesso, para los que saben), muy querido y conocido en el ambiente. Mientras tanto, no resisto la oportunidad de pedirle al atento administrador del teatro, don Santiago Guerra, que me permita entrar con la excusa de poder tomar fotos de la salita consagrada a don Carlos Cariola (fundador del teatro) dentro del recinto, y así aprovecho de mirar fugazmente el ensayo con prueba de sonido de Devo que ya llega a su fin, mientras afuera crece al fila de Devo-tos. Algunos de nuestro grupo en la cabecera también van a remojar la garganta con los "terremotos" y las cervezas del vecino bar y restaurante de "Las Tejas", aliviando en parte la tensión de la espera.
Hacia las 19:30 horas, comenzamos a entrar ordenadamente, ubicándonos frente al escenario, casi aferrados al pretil metálico que nos separa del foso y de la tarima donde están los instrumentos esperando el inicio del show. La cancha es toda la explanada del teatro a la que se han retirado las butacas, pero quienes preferían mirar sentados tenían la opción de las galerías en el segundo piso, que también se llenan. Técnicos suben y bajan al proscenio verificando que todo esté en orden, mientras Pilmer reparte algunos gorritos domos de energía que Mark suele arrojar al público en todas sus presentaciones.
Tras una hora y media de espera, entonces, por fin la pantalla led se enciende y aparecen por un costado los característicos overoles amarillos, a las 21:00 en punto. La intro que se usa en vivo para inviar con "That's good" ha comenzado. Casale, los Mothersbaugh, Hager y el talentoso baterista Jeff Friedl, traen a Devo a Chile, iniciando aquella noche inolvidable para la veterana fanaticada chilena que, si bien la estima oficial era de unas 1.200 personas, calculo al ojo en bastante más que esa cifra. Algunos fans parecen traer puestos verdaderos disfraces de la época más "nerd" de Devo, con anteojos, domo, pantalones cortos y calcetas hasta las rodillas. Otro tipo causa envidia con su bolso lleno de carátulas de viejos vinilos LP y EP, que saca durante el concierto mostrándolas en lo alto de acuerdo a la canción que se toca y a la obra a la que pertenece.
- "Are we not men?" -pregunta el enérgico e inagotable Casale
- "We are Devo!!!" -responde la masa a revienta voz.
Una hora completa y exacta dura el show, que cierra con la irónica letra de "Beautiful world" interpretada por Mark bajo la máscara y pijama de Boojie Boy, aunque con una sentida dedicatoria inicial de Jerry a la memoria de su hermano Bob 2. Fue poco rato quizás para los fanatismos del público, que permanece largos minutos mas pidiendo un bis y gritando a coro "¡No nos vamos, ni cagando!"... Pero el show ha terminado: aquella hora sí ha sido suficiente para complacer décadas de espera y para ponerle la bota al terror de jamás poder ver a Devo en Chile. Además, el repaso ha sido casi total por sus grandes éxitos: "Satisfaction", "Gates of steel", "Smart patrol", "Gut feeling"... Ya estábamos al tanto de que no se presentarían en esta ocasión temas del último disco, así que sólo faltan algunas joyitas como "Come back Jonee" o "Peek-a-boo", aunque este último tema sí lo incluyeron en la presentación hecha en "Espacio Broadway" dos días después, para el evento central del RockOut Fest.
Al salir del Teatro Cariola, todos han vuelto a la adolescencia: el vecino local de "Las Tejas" se llena de Devo-tos con sus cascos rojos y poleras con caras de simios estampadas. Otros se quedan pululando por el teatro, recogiendo algunas de las pelotitas de goma con caras sonrientes arrojadas por Mark mientras interpretaba a Booji Boy, que pudieran haber quedado en en recinto, o hasta que consiguen sacarse fotografías con los miembros de la banda poco antes de retirarse del lugar.
Por fin la música de Devo ha cortado el aire en Chile, ya sin frustraciones ni falsas expectativas. Se le dobló la mano al destino casi hasta quebrársela y así la prueba de fe ha sido superada, para alegría o para molestia de la De-Evolution.
Una excelente crítica sobre el concierto de Devo en el Teatro Cariola, publicada por Fernando Zavala en el diario "El Mercurio" del viernes 5 de diciembre de 2014.
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