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LA CATEGÓRICAMENTE AREQUIPEÑA CASA TRISTÁN DEL POZO

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Aspecto de la Casa Tristán del Pozo poco antes de su radical remodelación y recuperación de los años ochenta. Encuentro esta interesante imagen en el foro "Arequipa: Un siglo de Luz" (Skyscrapercity).
Coordenadas: 16°23'53.65"S 71°32'8.61"W
La Casa Tristán del Pozo es uno de los símbolos turísticos y arquitectónicos más característicos de la identidad colonial de la ciudad de Arequipa, en Perú. Ubicada a escasos metros de la Plaza de Armas y frente al Pasaje de la Catedral, en calle San Francisco 108, su portal de piedra tallada en estilo barroco tardío es una de las postales más distintivas de esta ciudad. Ocupado hoy por una sede bancaria, es también un museo con una interesante solución que mantiene al edificio siempre accesible al público. No es raro ver arquitectos e historiadores visitándolapor el valor definitivo que tiene como ejemplo de los estilos artísticos y ornamentales que identifican a la ciudad arequipeña y que trascendieron al propio Perú.
La elegante y pomposa mansión fue levantada por maestros alarifes para el aristocrático ciudadano arequipeño General Domingo Carlos Tristán del Pozo, de origen hispano, y su distinguida esposa Ana María Caranzas, siendo por eso identificada como la Casa Tristán del Pozo a pesar de que, en épocas posteriores, fue habitada también por otras familias de gran importancia y prestigio en la ciudad y en la propia historia de Perú, como don Raymundo Gutiérrez de Otero y los Gutiérrez y Cossio, después los Ugarteche y Gutiérrez y los Ricketts a través de una sociedad comercial, entre otros. Por eso fue conocida en otros períodos también como Casa Ugarteche, Casa Ricketts y Casa Gibbs-Ricketts.
Su construcción se realizó sobre la propiedad que anteriormente había pertenecido a don Andrés de Rosas y sus hermanos, adquirida por Tristán del Pozo en 1736. Probablemente haya sido utilizada parte de la antigua casona del siglo XVI para construir ésta, concluida e inaugurada en 1738, como se lee en una de las ornamentadas inscripciones talladas en sus muros, sobre el acceso al primer patio pasando el zaguán. No obstante, algunas fuentes como la guía "Perú" de Lonely Planet en 2000, aseguran que antes de ser una residencia la propiedad había estado ocupada por un seminario, luego un palacio arzobispal y después una escuela.
El gran portal y frontón de la casa.
La casona en la cuadra de calle San Francisco.
Observada de frente, en toda su magnitud.
Puertas de madera labrada.
Se la considera una típica casa civil de estilo virreinal, por un lado más general, pero también un reflejo preciso del barroco colonial y mestizo tan dominante en el casco histórico de Arequipa y que extendió sus influencias artísticas y arquitectónicas sobre territorios interiores hasta el Alto Perú y por el Sur hasta el Norte de Chile inclusive. Hay quienes identifican influencias arábigas en el diseño ornamental, además. Con dos pisos, su planta rectangular conserva también la distribución solariega de las antiguas residencias coloniales, con dos patios entre pasillos y dependencias conectadas entre sí. El suelo intercambia entre pavimento de adoquín empedrado y baldosas en estos patios, hallándose rodeado el primero por lo que eran las habitaciones y el segundo y mas pequeño por salas y comedor. Un tercer patio al fondo de la propiedad albergaba las antiguas caballerizas y huertos de la casa. Las puertas son de madera finamente labrada y aún están visibles.
Aunque algunas piezas del portal debieron ser reemplazadas en los años ochenta por su vetusto estado, como las rosetas de las cornisas, se mantiene fiel a su aspecto original a pesar del paso de los siglos, correspondiendo en general al conjunto original. Consta de un magnífico trabajo de tallado en la roca con pilastras laterales y orlas decorativas de diseño floral. Sobre las enormes puertas de madera con postigo, se eleva un pesado y artístico dintel con friso y ménsula de buenas proporciones comparadas con otras de la ciudad, que me hace sospechar de la presencia en el pasado de alguna figura tipo estatua o efigie sobre ella, aunque ninguna persona de las que consulté recordaba la presencia de un elemento así en el portal. La perfecta estructura está coronada por un gran frontón en semicírculo a modo de tímpano finamente decorado y texturado, con una imagen central de un árbol-candelabro de cuatro brazos, representado a Santa Ana, la Virgen María, Jesús, San José y San Joaquín en monogramas.
Los vanos también tienen un enmarcado a escala en el mismo diseño y los mismos motivos florales y decorativos, aunque más reducidos, también con pilastras y remates formando cornisas y rosetones de fatigoso trabajo escultórico. Los de las ventanas y puertas interiores del primer patio llevan las inscripciones abreviadas de las proclamas religiosas Sanctus Deis, Sanctus Fortis, Sanctus Inmoralis y Misere Nobis. En lo alto de la fachada y dentro de los espacios formados por los muros de la casa, además, se pueden ver gárgolas del mismo material pétreo. No queda duda de la calidad de los escultores arequipeños del último siglo colonial, mirando estas obras.
Inscripción con la fecha "1738", en patio principal.
Primer patio, mirando hacia la entrada.
Pasillo entre los dos patios.
Una de las varias gárgola en lo alto de los muros.
De entre sus primeras generaciones familiares de moradores, destacó en la historia de la casa también don Juan Pío de Tristán y Moscoso, quien llegó a residir al inmueble con su esposa Joaquina Flores, ambos presentes aún allí en dos retratos al óleo que están en la sala de exhibiciones de la misma. En el mismo pequeño museo se advierte que parte de la historia de don Juan Pío y doña Joaquina se puede encontrar en el trabajo titulado "Peregrinaciones de una patria", publicado por su sobrina Flora Tristán en 1938, a su vez bisnieta de don Domingo. Juan Pío era nieto de don Domingo e hijo del General don José Joaquín Tristán del Pozo y Caraza y de doña María Mercedes Moscoso Pérez Oblitas, quienes habían contraído matrimonio en 1759. Después de los Tristán, la casa sería propiedad del Obispo Manuel Abad Yllana, destacado miembro de la Orden de San Camilo, desde donde pasó a manos de las importantes familias ya mencionadas. Fueron sus dueños posteriores don Manuel Ballón, doña Juana Gómez Ballón, don Joaquín del Carpio, doña Juana Manuela Gómez, don Roberto Reinecke, don José Domingo Montesinos y la ya mencionada Sociedad Guillermo Ricketts y Cía., como se informó en interesantes trabajos del periodista Dante Zegarra López para una serie de suplementos que publicó el diario "Arequipa al Día" hasta más o menos hace unos 15 años.
A pesar de las varias restauraciones que suma en su historia, de su resistencia a los terremotos, de su declaratoria de Patrimonio Cultural de la Nación en 1958 y de los 15 años en que sirvió como albergue para un centro cultural arequipeño, hubo un período en que la casa entró en síntomas de cierta decadencia por falta de mantención y de nuevas reparaciones, según la opinión que escucho de ciertos arquipeños por falta de voluntad de las autoridades y por el efecto colateral del centralismo. Fue entonces, en 1978, que el Banco Continental decidió adquirirla y mejorarla, realizando en 1985 una gran restauración que le devolvió la plenitud del esplendor que ahora podemos observarle, de la misma forma que lo hizo con la Casa de la Emancipación en Trujillo y la Casa Cabrera del Cuzco. También se mejoraron las resistencias con estructuras internas de hierro y hormigón, escondidas tras junturas y muros de piedra, y se eliminó una fea abertura en los muros al costado Norte hecha para habilitarle acceso a un local comercial que funcionó en el lugar por muchos años y con diferentes rubros, rehaciendo paredes de piedras y un vano en ese tramo que recuperó la uniformidad material y la elegancia del frontispicio.
Actualmente, la Casa Tristán del Pozo es sede del Banco BBVA Continental y de la fundación dedicada a su cuidado. Tras la remodelación y adaptación de sus espacios, cuenta con tres salas de exposiciones en su primer piso, una de ellas dedicada enteramente a la historia arquitectónica del edificio y su influencia, mientras que las otras dos exponen obras de escuelas pictóricas y artistas relacionados con la ciudad, con autores como Carlos Baca Flor, Jorge Vinatea Reinoso, Teodoro Núñez Ureta, Luis Palao Berastain y Oscar Cuadros Velasco. Otras exposiciones de arte, numismática y arqueología han encontrado acogida también en este imperdible lugar símbolo histórico y turístico de la ciudad de Arequipa.
Roseta retirada de las cornisas del portal en restauración de 1985, hoy en el museo.
Retratos del matrimonio Joaquina Flores y Juan Pío de Tristán y Moscoso.
Vista de las salas del museo.
Sector de arcadas, hacia el fondo de la propiedad.

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