Eclipse solar del 16 de abril de 1893, en fotografía captada en Atacama mostrando el cubrimiento total del Sol y la corona solar tomada por el Profesor John Martin Schaeberle, del Observatorio Lick. Fuente imagen: "Popular Science Monthly" volumen LX, de J. Makeen Cattell (noviembre de 1901 - abril de 1902).
Coordenadas: 30°02'13.3"S 70°27'19.9"W (Lugar de observación oficial en Paihuano) / 30°02'13.3"S 70°27'19.9"W (Lugar de nuestra observación)
A diferencia de la mancha tenue que vimos en los cielos chilenos quienes éramos niños habitando esta Tierra al paso del cometa Halley, hace 33 años, el sublime eclipse de este año 2019, con su epicentro de observación en el Norte Chico de Chile, resultaba un evento demasiado espectacular y conocido como para embaucarnos con propaganda y publicidad de los chupatintas, como en aquel año de 1986... Sabemos bien que las grandes experiencias se persiguen, pues sólo las profanas llegan solas.
Partí con mi tocayo Cris Meneses en esta nueva aventura de astroturismo. El destino en la Región de Coquimbo lo conocemos bastante, o al menos eso creíamos. Visitamos estas tierras desde nuestros primeros viajes veraniegos, en los años noventa. La última vez que estuvimos en alguna andanza parecida, aunque no aquí, fue con la Superluna de noviembre del año 2016, evento astronómico del que también publiqué un reporte acá, tanto o más gonzo que éste.
No pudo ser más feliz la coincidencia que permiten estos órdenes astrales, al asignarle al Valle de Elqui algunas de las ubicaciones de privilegio para admirar y dejarse hipnotizar por el fenómeno. Aquellas comarcas del Norte Verde de Chile, además de la fama mística y espiritual, de su calidad como cuna de la poetisa Gabriela Mistral, de su valor arqueológico (vinculado fundamentalmente a la cultura diaguita y relacionadas) y de su atracción "natural" como territorio pisquero, se ha esforzado por atraer a los interesados en el turismo astronómico con muy buenos resultados.
Todo estaba ya en modo eclipse a nuestra llegada, por lo tanto: las plazas, los afiches de las vidrieras, la señalización, los carteles del comercio, la decoración de escaparates, etc. Sólo en los períodos del Desierto Florido o las Fiestas Patrias puede verse una identidad estacional tan reforzada en toda la zona. Además, muchas bodegas de vino, pisco o cerveza aprovecharon de sacar sus propios productos "conmemorativos" del eclipse dentro del territorio, por la misma razón.
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