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FOLKLORE Y NUMISMÁTICA DE CHILE (PARTE VI): CURIOSIDADES HISTÓRICAS SOBRE EL DINERO EN CHILE

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Algunas valiosas monedas coloniales hispanas que se usaron en Chile, entre los siglos XVI y XVIII. Museo del Banco Central.
Como ya lo he hecho en las entradas anteriores, me permito hacer este pequeño repaso por los contenidos centrales de las cinco partes anteriores de esta serie, dedicada al cruce del folklore y la numismática chilenas:
Paso ahora a saltar al abordaje del tema sobre las curiosidades históricas relacionadas con monedas y billetes chilenos, pasando por casos de las llamadas monedas obsidionales (las que aparecen en localidades o espacios geográficos específicos y circunstancias concretas), las monedas acuñadas o difundidas alguna vez en nuestro territorio por fuerzas enemigas (separatismos y secesionismos),  los casos de monedas revolucionarias (la constituyente del 59 y los congresistas del 91) y grandes errores cometidos en monedas y billetes chilenos a lo largo de la historia y hasta tiempos recientes, entre otros casos.
Monedas monarquistas de Chiloé, producidas en pleno proceso de Independencia como reafirmación del sentimiento realista que imperaba en el archipiélago, hacia 1822. Imagen publicada en artículo de don Alberto Trivero Rivera (antvwala.blogspot.cl).
Monedas obsidionales de Valdivia conocidas como las Chunimpanas, producidas después de la expedición de Lord Cochrane y para resolver el problema de la falta de dinero circulante en la zona.
CASOS DE MONEDAS OBSIDIONALES CHILENAS
  • Las monedas triangulares de Chiloé: Como había muy escasa circulación de monedas metálicas en el Archipiélago de Chiloé durante la Colonia y la mayoría de las transacciones se reducían a trueque, los sacerdotes jesuitas introdujeron en la isla sus propias monedas hechas con láminas triangulares de plata y cobre, en el siglo XVIII. Con valor de 4 reales, estas monedas continuaron siendo producidas en la isla grande después de la expulsión de la Compañía de Jesús en 1767; según se cree, fueron fabricadas a partir de entonces por los sacerdotes de la Orden de San Francisco, con los mismos diseños sencillos y rústicos que las anteriores. Cuando el archipiélago pasó directamente a la administración militar virreinal de Perú, ese mismo año, se solicitó que los sueldos de funcionarios y militares fuesen pagados con reales desde Lima, pero sólo se pudo cumplir parcialmente con esta necesidad. De esta manera, al ser prohibido el trueque en el comercio regular, las monedas de los sacerdotes vinieron a suplir la ausencia de unidades metálicas oficiales durante el período transicional posterior, al igual que las tablas de madera para intercambios. Hoy son recordadas como una curiosidad y constituyen casi una historia legendaria para los chilotes.
  • La moneda Chunimpana de Valdivia: Hablamos de ella en una parte anterior de estos artículos, referida a los nombres populares que se dieron a monedas antiguas. Correspondía a una de las primeras producidas en el Chile independiente que recibirá un nombre popular propio. Fueron hechas en la zona de Valdivia, sólo dos años después de la exitosa expedición de Lord Cochrane del verano de 1820, contra los focos de resistencia realista allí atrincherados. Esta rústica moneda se produjo para suplir la falta de dinero que afectaba aquellas regiones y por una campaña del Gobernador Jaime de la Guarda y Valentín. Para este propósito, hizo reunir objetos y joyas de plata donados por la comunidad, fundiéndolos y haciendo las monedas. El nombre proviene del lugar donde se hacían: en un taller del Fundo Chunimpa, cruzando el río Cruces, frente al castillo San Luis de Alba y en la comuna de San José de la Mariquina. El propietario del fundo, don Antonio de Adriazola, se encargó de este trabajo, produciéndola en tres valores y diseños diferentes, intentando imitar el diseño de las que se producían en Santiago con la columna de la libertad aparecida en el Escudo de la Patria Vieja y el de la Transición. Se hicieron dos tipos de monedas: las grandes de unos 38 a 39 milímetros, con la inscripción "8 R" (8 reales) al reverso, y unas más pequeñas de con "2 R" (2 reales). Ambas iban acompañadas de las iniciales "V. A." (¿Valdivia?), además de la fecha de 1822. Empero, como las chunimpanas no estaban legalizadas por algún decreto ni cumplían con los requerimientos de pesos de sus material (equivalente al valor), fueron retiradas en 1832 y reemplazadas por cuños de circulación oficial.
  • La moneda del Canal del Maipo: Caso estudiado, entre otros, por Ernesto Latorre Allende y Sebastián Escobar. La construcción del Canal San Carlos, desde el Río Maipo y corriendo hacia el Norte por el límite precordillerano de Santiago, se inició siendo Rey Carlos III de España y se concluía ya en las primeras décadas de la Independencia. Sin embargo, problemas financieros de esta última etapa, más la falta de cuartillos de plata y del metal para hacerlos (los comerciantes preferían seguir exportando la plata), obligaron al entonces Director Supremo, don Bernardo O'Higgins, a ordenar a la Casa de Moneda producir una moneda especial acuñada en cobre (es decir, del tipo vellón), por decreto supremo del 26 de marzo de 1821, para el pago de los jornales de los obreros, las compras de mercaderías y materiales necesarios. Midiendo 27,8 milímetros, su diseño incluía un volcán en erupción por un lado, con el valor de 1/4, mientras que por el otro iba la inscripción "Canal San Bernardo Maypo", con la escena de una trucha preñada, símbolo de abundancia, sobre un curso de aguas y una cruz de fondo. Por esta razón, la moneda era llamada también como la "Trucha del Maipo" o"Canal del Maipo". Su valor de un cuartillo de plata equivalía a un cuarto de real. En una carta dirigida al Dr. José Antonio Rodríguez, con fecha 31 de marzo de ese año, don Domingo Eyzaguirre, primer Presidente de la Sociedad del Canal del Maipo, describe el diseño de la misma moneda, puntillosamente. Para hacerlas, había pedido reunir las láminas y chapas de cobre en Valparaíso que eran compradas en los Estados Unidos por la compañía Larrañaga, Cobo & Lyon, originalmente destinadas a reforzar cascos de navíos. Estas láminas eran reducidas y aplanadas hasta la medida de la moneda, en un proceso industrial que fue denominado "tirar los rieles".
  • La moneda de Copiapó de 1859: En dos importantes revoluciones de la historia de Chile, se acuñaron interesantes monedas obsidionales (1859 y 1891). La primera fue en la Revolución de los Constituyentes de 1859, dirigida por don Pedro León Gallo en contra del gobierno del Presidente Manuel Montt, acuñada en Copiapó en plata y a cuenta del propio líder del levantamiento minero. La moneda tenía por diseño una sola cara, pues la otra era lisa. Ambas llevaban un blasón del Escudo de Chile con la estrella que había tomado por símbolo el movimiento; una tenía la inscripción "I. P." (1 peso) y medía unos 27 milímetros; la otra, más pequeña, llevaba la inscripción "50.C" (50 centavos). Hoy, son piezas muy difíciles de encontrar y apetecidas por los coleccionistas.
  • La moneda de Tarapacá de 1891: Fue la segunda moneda "revolucionaria" chilena, producida en este caso por orden de la Junta de Iquique, durante el alzamiento contra el gobierno del Presidente José Manuel Balmaceda en el inicio de la Guerra Civil de 1891, con el objetivo de reunir fondos para los gastos de la contienda. Acuñada en plata, medía grandes 40 milímetros y su diseño era una estrella con las inscripciones "Tarapacá" y "1891", por un lado, mientras que por el otro se leía"25 gms" y "620 fino" (milésimos de fino). Al igual que sucede con la moneda de Copiapó, es sumamente escasa y muy cotizada en el coleccionismo, a pesar del penoso y oscuro período histórico que representa.
  • La moneda de Copiapó de 1865: la zona argentífera de Copiapó volverá a producir una moneda propia en 1865, a propósito del estallido de la guerra entre Chile y la flota española, luego de la invasión hispana de las Islas Chincha de Perú que motivó una arriesgada acción diplomática chilena en favor del vecino y de la expulsión de los españoles. La moneda surgió a raíz de las necesidades desencadenadas por el bloqueo español al puerto de Caldera. La pieza semeja mucho a la sencilla moneda de 1859, pero se le ha agregado las palabras "Copiapó" y "Chile" en el anverso, mientras que el reverso lleva sólo el año de emisión. Fue producida en $1 y en 50 centavos.
Monedas triangulares de plata de Chiloé, siglo XVIII. Imagen publicada en artículo de don Alberto Trivero Rivera (antvwala.blogspot.cl).
La moneda de cobre del Canal del Maipo. Imagen publicada en "180 años. Sociedad del Canal de Maipo. 1827-2007".
Monedas de Copiapó, acuñadas durante la Revolución de los Constituyentes de 1859.  Museo del Banco Central.
Monedas de Copiapó de 1865, producidas para resolver el problema financiero que estaba provocando el bloqueo de la flota española en Caldera. Museo del Banco Central.
MONEDAS OBSIDIONALES "ENEMIGAS"
  • Las monedas chilotas contra la Independencia: En 1817, asume como gobernador de Chiloé don Antonio de Quintanilla y Santiago, en medio de la cruzada continental por la Independencia y cuando los realistas batían sus últimas fuerzas contra los patriotas, en el resto de Chile. Comprendiendo que el territorio entre Valdivia y Chiloé era sólo un enclave del monarquismo en el continente, entre 1821 y 1822 requisó toda la plata presente entre familias pudientes e iglesias del archipiélago, encargando a un platero de apellido Palomino fundir los 50 kilos reunidos y producir con ellos monedas de 8 reales por vaciado, ya que no había tecnología a mano para acuñarlas. Para ello se usó como molde una moneda con el retrato de Fernando VII hecha en Potosí, agregándole a un lado la palabra "Chiloé". Conocida como el peso fuerte chilote, esta moneda realista y enemiga de los patriotas, era más simbólica que realmente necesaria, pues sólo reafirmaba el compromiso de los chilotes con la Corona de España. La incorporación de la isla a Chile fue en 1826, y para 1832, el intendente de la Provincia de Chiloé, Juan Felipe Carvallo, informaba por carta al Ministro de Hacienda, Manuel Rengifo Cárdenas, que había en la isla unas 1.800 monedas de aquellas, hechas por los realistas.
    Ceca de la Casa de Moneda de Santiago de Chile. Alude al patronato de Santiago Apóstol sobre la ciudad.
    OTRAS CURIOSIDADES DE LA HISTORIA NUMISMÁTICA CHILENA
    - La Casa de Moneda de Chile se crea el 1° de octubre de 1743, por Real Cédula. Se la concibe por petición del Cabildo de Santiago al Consejo de las Indias, ante la necesidad de acuñar monedas en el país, estableciéndose en una casa del sector Huérfanos y Morandé. Su primera moneda fue acuñada en 1749 y hasta 1770 las produjo casi exclusivamente oro. Dos años después, se traslada el taller hasta el Colegio Máximo de San Miguel. Hacia fines del siglo XVIII, el arquitecto Joaquín Toesca estuvo cerca de iniciar el proyecto de construcción de un edificio para la Casa de Moneda al borde del río Mapocho, en donde está actualmente el Mercado Central, pero deficiencias del terreno lo llevaron a abortar este plan y construir la sede de la Casa de Moneda en Teatinos con Alameda, donde funcionó hasta 1829. Aunque en la Patria Vieja se usó este palacio como sede del poder, sería con el Presidente Manuel Bulnes que pasó a ser la casa oficial de los presidentes de Chile. La Casa de Moneda, en tanto, fue trasladada a las dependencias de los ex Talleres de Especies Valoradas. Su administración fue reconvertida, en 2008, volviéndose una sociedad anónima con actividades empresariales propias, como la fabricación de monedas para otros países.
    - En 1817, estalló un curioso conflicto sobre las flamantes monedas chilenas, entre los libertadores Bernardo O’Higgins y el argentino José de San Martín. Sucedía que el grabador de los cuños contratado en la Casa de Moneda para estas monedas de la Independencia, era de ideas realistas y así, no bien se le dio la oportunidad, salió escapando a galope largo hacia Perú, confiado en que la administración monarquista del Virreinato lo recibiría y acogería. Como no había nadie con sus talentos profesionales para producir monedas, ese año se retrasaron las acuñaciones de las monedas patriotas, generando discusiones entre ambos generales por la necesidad de pago de las tropas y de los preparativos para la defensa. Finalmente, sólo las piezas de plata pudieron ser acuñadas con símbolos de la Independencia (como la columna u obelisco de la libertad), mientras que las de oro pudieron ser acuñadas en 1818 con estos mismos signos.
    - El lema "Por la Razón o la Fuerza": Muy relacionado con lo anterior, a partir de 1818, consumada la Independencia de Chile, se comenzaron a acuñar las monedas de oro de 1, 2, 4 y 8 escudos. Estas tenían un detalle notable al reverso: la frase "Por La Razón o La Fuerza", muchísimos años antes de que fuera incorporada por el uso al actual Escudo de Chile, que a la sazón ni siquiera existía. La frase acompañaba a un obelisco de la libertad y dos banderas chilenas cruzadas, y se mantuvo hasta 1834 (mismo año en que se oficializó nuestro actual escudo patrio). Por el frente, en cambio, llevaba la leyenda "El Estado de Chile Constitucional Independiente", detalles que confirman que el lema del escudo chileno ha estado asociado desde su origen al juramento de libertad e independencia, y no a otras teorías conspirativas o fantasías de hostilidad diplomática.
    - Las monedas "de madera": Vimos que eran muy escasas las monedas en el Archipiélago de Chiloé en tiempos coloniales, generalmente manejadas sólo por altos funcionarios, algo asombroso si consideraos que el comercio se seguía sosteniendo sin problemas, especialmente con el Virreinato de Perú. La isla siguió siendo un enclave español y realista en el país tras fallar la expedición de Lord Cochrane en 1820, hasta que Simón Bolívar, ya erigido como dictador de Perú, exigió al Ejército de Chile expulsarlos de la isla, con amenazantes presiones que lindaron en la agresión diplomática. Hasta los mismos tiempos de las Guerras de Independencia, los chilotes continuaban usando el real como concepto monetario pero, por escasear las monedas como tales, la unidad de intercambio era la llamada "moneda de madera" o "real de provincia", correspondiente a la tabla de alerce que se comerciaba con los peruanos. De alguna forma, el trueque de mercaderías era la solución a este problema, continuando su uso tiempo después de la incorporación definitiva al territorio chileno, en 1826.
    - Billetes fiscales y billetes bancarios: Los primeros billetes chilenos se produjeron entre 1880 a 1882 el American Bank Note Co. of New York, con sello de la Superintendencia de la Casa de Moneda de Chile. Sin embargo, este billete y los que continuaron siendo producidos por encargo del Banco de Chile, serían conocidos como fiscales, a diferencia de los que comienza a producir directamente el Banco Central de Chile tras su creación en 1925, que son denominados bancarios propiamente dichos. No obstante, antes de la emisión del billete oficial del Banco Central en 1931, a fines del primer gobierno del General Carlos Ibáñez del Campo, hubo varias series de emisiones consideradas provisorias o de transición entre ambos estatus monetarios.
    - El primer cóndor acuñado: La primera vez que se acuñó un cóndor en una moneda chilena, fue en 1836, según parece, con un ave rompiendo las cadenas del sometimiento monárquico en su cara. Su denominación era de medio real y aunque tuvo ligeros cambios en el camino, se la produjo hasta 1851, aunque el mismo cóndor ya había también a monedas de mayor valor, como la de 8 reales, de 1837 y la de 2 reales en 1843. Es una pieza buscada por los numismáticos de nuestros días.
    - La moneda de la hoz y el martillo: Ya vimos en otra parte de esta serie que, hacia 1895, comenzaron a aparecer monedas con el símbolo de la hoz y el martillo en el sello del cuño, en el arranque de dos ramas de laureles cruzadas rodeando la cifra del valor. Esto sucedía mucho antes de que el comunismo internacional promoviese este emblema como suyo. Existe una creencia errada, de que habría sido acuñado por primera vez durante el período de la República Socialista de 1932.
    - El billete de Alessandri: El controvertido ex Presidente Arturo Alessandri Palma falleció en agosto de 1950, hallándose en el mando Gabriel González Videla. Dos años después, asumía la presidencia el hijo del fallecido, don Jorge Alessandri Rodríguez. A pesar de ciertas diferencias que se ha dicho tenía él con su padre (en ámbitos personales y políticos), hacia la conclusión de su período período en 1958, se inicia el plan de emisión del billete de $50.000 dedicado a Arturo Alessandri y con su retrato en el anverso, en colores verde y café, con un grabado del Banco Central en el reverso. No ha existido en Chile otro billete que lleve el retrato de un personaje tan poco tiempo después de haber fallecido, en este caso sólo cinco o seis años.
    - Los $500 que pueden costar hasta medio millón: La primera moneda chilena de $500, acuñada hacia el cambio de milenio, tiene un particular valor para los coleccionistas. A primera vista, esta efímera primera moneda partida no difiere mucho de la actual: está dedicada al Cardenal Raúl Silva Henríquez y lleva también la frase "República de Chile"al reverso. Sin embargo, en el contorno y bajo el retrato del religioso, lleva el año 2000 de su acuñación, en lugar del laurel que actualmente exhiben estas monedas acuñadas desde 2001 en adelante. Como paró de ser producida ese mismo año para ser reemplazada por el diseño vigente, es una pieza sumamente exclusiva y cotizada por los coleccionistas, por las que se han pagado hasta un cuarto de millón de pesos, según se cuenta.
    - En 2014, la Casa de Moneda de Chile lanzó su primera bouillon coin u onza troy (medida estándar inglesa para peso de metales preciosos, equivalente a 31,1 gramos) del siglo XXI: la Chilean Condor, hecha 100% en oro de 24 quilates con la imagen de un cóndor en vuelo en su anverso y de un kultrún mapuche al reverso. Con 32 milímetros de diámetro y 2 de espesor, está concebida especialmente para coleccionistas de Chile y el extranjero.
    - Las monedas más caras son las más baratas: En abril de 2016, el Banco Central propuso formalmente terminar con la producción de monedas chilenas de $1 y $5 pesos. Además de su poca utilidad en el comercio, estos dos valores tienen la particularidad de que producir sus monedas resulta ser de un costo mayor al que representan, como informó entonces el Gerente General de la institución, don Alejandro Zurbuchen. En efecto, emitir una moneda de $1 cuesta $6 por cada unidad, mientras que mientras las de $5 cuestan $17. Ambas están en proceso de gradual retiro de la circulación nacional.
    - Todas las monedas que han sido acuñadas en Chile por la Casa de Moneda a lo largo de su historia, tienen un particular símbolo distintivo en las mismas, conocido como la ceca o timbre monetario, similar a una letra "S" con una especie de "cola" cerrada encima, parecido al serif de la letra "a" de imprenta, formando un círculo o anillo. La "S" es la alusión al Apóstol Santiago y el anillo su aureola.
  • La moneda del "Reino de la Araucanía y la Patagonia": Es conocida la historia del caudillo francés que se hizo llamar Orelie-Antoine I y quien, apoyado financieramente por mecenas propios franceses, intentó fundar en Chile una monarquía llamada Nouvelle France, en toda la zona de la Araucanía y después también la Patagonia, aprovechando el descontento de ciertas comunidades indígenas con el gobierno central y que le brindaron apoyo para proclamarse de la nada "soberano", en diciembre de 1861. En su delirante cruzada, sofocada sólo con intervención del Ejército al mando del Coronel Cornelio Saavedra, el "Rey" hizo acuñar una moneda propia de 31 milímetros que, por un lado, mostraba las alegorías de la libertad, derecho, agricultura e industria, con la leyenda "Orelie Antoine 1er Roy d'Araucanie et de Patagonie". Por el otro, decía: "Nouvelle - France" y "Dos centavos - 1874".
  • La moneda de Tierra del Fuego: Cuando el célebre explorador y cazador de indígenas, el rumano Julius Popper, se instaló en tierras magallánicas alentado por elementos argentinos interesados en ponerlo a disposición de sus intereses territoriales (por el conflicto con Chile por la posesión de la Patagonia Oriental y Magallanes, específicamente), el aventurero intentó fundar una colonia propia con extractores de oro en la Isla de Tierra del Fuego, planificádola al servicio de su majestad Carmen Sylva y en el sector del Golfo San Sebastián. Como parte de su extraño proyecto, hizo acuñar monedas de oro de 18,5 milímetros, que por una cara decían "Popper / Tierra del Fuego / 1889", mientras que por la otra decía "Lavadores de oro del Sur - 5 gramos". Si bien nunca fue una moneda oficial y el proyecto que respaldaba se derrumbó, a la larga, el material de la moneda y su ajuste al sistema en uso permitió que se difundiera por la Patagonia chilena y argentina durante algún tiempo, circulando como cualquier moneda normal que podía ser cambiada o traspasada a unidades monetarias equivalentes.
ERRORES Y PROBLEMAS EN MONEDAS DE CHILE
  • Las monedas y el nombre del Rey: En 1796, ya hacia fines del Coloniaje y cuando aún había problemas con la alfabetización de la sociedad, ciertas monedas hechas en la Casa de Moneda del país debían mostrar el nombre del rey Carlos IV en latín, es decir, Carolus IV. Sin embago, quedaron mal inscritos sus cuños, con nombres para el soberano como "Rarolus" y, al año siguiente, como "Caolus", en el caso del medio real.
  • El huemul de cola larga: Cuando fue formalizado el actual Escudo Patrio en 1834, basándose en la propuesta del británico Charles Wood Taylor, el huemul era un animal conocido por los chilenos del Sur, pero escasamente por los de Santiago y más al Norte. Se imaginará, entonces, lo extraño que podía resultar a los extranjeros que llegaron al país en ese período. El gran problema es que había muchos maestros de países europeos contratados en la Casa de Moneda de Chile, especialmente franceses, que no lograban reconocer la figura del animal tenante del escudo y que iba a ir acuñada en las monedas de 8 escudos de 1839 y de 1846. El resultado de este desconocimiento, entonces, fue que el huemul de las primeras salió con una flamígera cola de caballo, mientras que el segundo salió con una cola de león. Estos errores fueron corregidos en la emisión de monedas de 1851, como puede verificarse en el instructivo blog Monedas de Chile, donde el animal ya aparece con su pequeña cola en las monedas de $10, sin repetirse en emisiones posteriores que incluyeran el escudo chileno. En honor a la verdad, sin embargo, la confusión con el aspecto del huemul perduró muchos años más, llegando a ser reemplazado por un caballo en algunas versiones de monumentos, papelería o aplicaciones corporativas.
  • La moneda "Ghile": En 1851, fueron acuñadas monedas del período transicional al decimal, donde en la frase "República de Chile" la letra "C" del nombre del país, quedó con un serif tan exagerado que parecía ser una "G", haciendo que se leyese "Ghile".
  • Un billete en extremo sencillo: Aunque no es un error, cabe comentar aquí que el más sencillo de los billetes que ha circulado en Chile, fue quizás el provisional de $1 impreso entre 1932 y 1942. Sólo su anverso tenía cierto esfuerzo de diseño, pero el reverso era en extremo sencillo, compuesto de sólo una viñeta a modo de burelage con las palabras "Un peso" encima, primero en color verde y después impreso en color azulado. Nada más tenía esta cara.
  • La moneda fantasma de Caupolicán: En 1971, durante el gobierno de Salvador Allende, se acuñó una moneda de metal blanco que prácticamente nunca circuló, con poco más de 100 unidades, más otras especiales en plata que no superaron las 50 unidades. La moneda era de 2 escudos y llevaba en la cara una imagen de la estatua "Caupolicán" de Nicanor Plaza, y se suponía que formaría parte de las series de esa época, retratando a personajes históricos de Chile (Lautaro, Bernardo O'Higgins, Manuel Rodríguez, José Miguel Carrera y José Manuel Balmaceda).
  • Un O'Higgins muy distinto: Hacia el último trimestre de 1973, se imprimió el billete de 10 mil escudos con un retrato de don Bernardo O'Higgins Riquelme en el anverso, pero tan diferente a la iconografía que tradicional existe mostrando al personaje, que muchos no lo reconocían como tal. Aparecía allí mirando en semiperfil, con cejas muy delgadas y una extraña expresión como de molestia, además del mentón proyectado hacia afuera. Parecería corresponder a una etapa de vida más adulta de O'Higgins, de la que se ha retratado muy poco. El billete fue de escasa duración, sin embargo, al regresarse después a la unidad del peso.
  • Un detalle del lema "Por la Razón o la Fuerza" en las antiguas monedas de $100: La moneda de $100 acuñada desde 1981 hasta el 2000, llevaba en el canto la frase o divisa del escudo patrio "Por la Razón o la Fuerza", en mayúsculas. Sin embargo, en algunas monedas la inscripción salía con sus caracteres legibles derechos si la moneda estaba acostada en la cara, y en otras si estaba acostada sobre su sello. Esto se debía a que el cuño especial de canto de la moneda se hacía pasándola por una especie de rodillo automático, pero cayendo en posición al azar pero siempre de canto en la misma. No había, pues, una forma exacta de hacer que la moneda cayera siempre hacia un mismo lado en estos dispositivos mecánicos que grababan la frase por todo el borde exterior de la circunferencia.
  • La moneda "Chiie": Quizás el más grande fail de la  historia de la producción numismática chilena, sea la moneda de $50 de 2008 y parte de 2009, que presentaba un insólito error acuñado al reverso de la pieza, acompañando el retrato de don Bernardo O'Higgins. La moneda, con letras mayúsculas en la frase que rodea radialmente al perfil, en lugar de "República de Chile" decía "República de Chiie", en una extraña equivocación que tardó algunos meses en ser detectada. Hay discrepancias sobre el valor de la pieza para los coleccionistas: mientras algunos particulares aseguran haberlas vendido a buenos precios, otros dicen que su situación de circulación y la cantidad de las mismas producidas en esos dos años, a pesar de estar siendo retiradas  y corregidas, no les dan más valor que el mismo con el que fueron acuñadas. Según los expertos, la moneda que realmente podría valer es la del año 2009, ya que fueron considerablemente menos que las producidas en 2008, por haber correspondido aquellas a la última partida que alcanzó a hacerse antes de ser detectado el error, revelado por el diario "El Mercurio" en su momento. Como no podían faltar, salieron algunos a correr la buena falsa noticia de que el Banco Central estaba comprándolas para sacarlas de circulación, cosa que la propia institución debió desmentir en 2010. Esta increíble equivocación fue tan inexplicable y absurda, que incluso ha rondado la teoría de que se trató de un sabotaje, pues el escultor medallista que acabó pagando por los platos rotos y despedido de la Casa de Moneda, aseguró que ésta firmó con el Banco Central el contrato de fabricación de las monedas, a sabiendas del error que ya traían el problema diseño.
  • El falso retrato de Carrera Pinto en el billete de $1.000: El billete verde de $1.000 lanzado en 1978, rendía homenaje al héroe chileno de la Batalla de Concepción (o La Concepción) del 9 y 10 de julio de 1882, el Capitán Ignacio Carrera Pinto. El militar era retratado en el billete usando su quepí del Batallón "Chacabuco", por lo que no se veía nada más arriba de su frente, tapada por esta gorra. Después del acuerdo del Banco Central de 2011, se emitió un nuevo billete de $1.000 que seguiría homenajeando al héroe, pero esta vez fue retratado sin el quepí y con un frondosa y peinada cabellera, lo que puso furiosos a los amantes de la historia militar y de la Guerra del Pacífico, pues es un hecho que Carrera Pinto tenía una creciente calvicie al enrolarse voluntariamente en el Ejército, con cerca de 30 años de vida, en 1879. Las fotografías que existen de él confirman indiscutiblemente esto. El presidente del Círculo Ignacio Carrera Pinto, don Edmundo Villarroel, en una entrevista para "Las Últimas Noticias" de julio de 2013, llegó a decir que el billete era "una falsedad" que sólo le provocaba "rabia y vergüenza", asegurando que él había enviado personalmente al Banco Central, varias imágenes fotográficas del héroe que se le habían solicitado para la elaboración del retrato, sin haber sido consideradas. Al parecer, la comisión encargada de elegir la propuesta puso excesiva atención en un retrato del personaje hecho por el pintor Juan Manuel Huidobro, hacia principios de los años 80, donde se muestra al héroe vestido con el uniforme del final de su vida pero con su aspecto de cuando era joven, años antes de avanzar su calvicie. Este cuadro está en la Escuela Militar, pero es por todos sabido que se trata de una fantasía, de una idealización de su aspecto y que, por lo tanto, su valor como retrato histórico es discutible. Teorías conspiracionales suponen que el retratado sería "en realidad" otro personaje, relacionado con sociedades secretas o criptopolíticas operando en Chile y en representación del Nuevo Orden Mundial.
A la izquierda, moneda de $50 con el error de "Chiie" por "Chile", comparada con una moneda normal del mismo valor, abajo.
Moneda de $500 del año 2000, apetecida por su escasez, comparada con una de diseño posterior y corriente, abajo. Como en el caso de la moneda "Chiie" de $50, estas piezas se han convertido en legendarias ya.
Billete de $1.000, la propuesta original y el diseño final del mismo, más una imagen con el controvertido retrato del Capitán Ignacio Carrera Pinto, grabado en mica. Exposición del Museo del Banco Central. Fuente imagen: Numismatica.cl.
Bien, dejo acá esta parte sobre folklore y costumbrismo con elementos de la historia del dinero en Chile, anunciando que culminaré esta serie con el próximo capítulo dedicado a las frases populares y ejemplos del humor relacionado con el dinero, cerrando la misma serie.

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