La chaucha de níquel que comenzó a emitirse en 1920. Esta moneda, además, pertenece a las curiosas series que llevaron en su sello la imagen de una hoz y un martillo en su diseño, desde antes que ambos símbolos quedaran definitivamente asociados al movimiento comunista internacional.
Después de haber visto los nombres que se dan en Chile a monedas y billetes en circulación actual, en la primera parte de esta serie de artículos, quizás lo esperable de este nuevo texto sobre folklore y numismática habría sido partir revisando los nombres antiguos que se daba a las unidades monetarias. Sin embargo, prefiero partir por la ilustre chaucha, porque merece realmente una atención especial, dada la vigencia que mantiene el concepto y también por la necesidad de demostrar que su origen es mucho más viejo de lo que a veces se ha sugerido.
Como sabemos, se habla en Chile de chaucha para referirse a cantidades exiguas, insuficientes o insignificantes de dinero, generalmente representada en las monedas de menor denominación o "vueltos". Antiguamente, sin embargo, chaucha fue el nombre dado por la sociedad chilena a la moneda de 20 centavos, siendo la misma razón por la que ciertos monederos de bolsillo siguen siendo llamados chaucheras.
De la chaucha y su valor numérico provendrían también expresiones que han sido estudiadas por Oreste Plath ("Folklore lingüístico chileno") y otros investigadores. Entre ellas están: "no tener ni un 20" (andar sin dinero), "andar con puras chauchas" (traer puro dinero de baja denominación, de poco valor en su totalidad), "le falta una chaucha para el peso", "no vale una chaucha" y "cuida la chaucha, porque el peso se cuida solo".
ORIGEN DEL TÉRMINO
Echando un vistazo por la literatura, podemos ver que, en quechua según algunas fuentes, chaucha significaría algo así como inmaduro o incompleto, pasando a ser sinónimo de montos de dinero poco relevantes, muy escasos. Como "Papo del Perú que madura pronto", definía chaucha el "Novísimo diccionario de la lengua castellana" de Pedro Martínez López, en 1854.
Otras teorías aseguran que la palabra proviene del mapudungún (mapuche), para referirse a las papas jóvenes no maduradas o demasiado pequeñas. La sostienen -entre otros- Zorobabel Rodríguez en 1875, mientras que Rodolfo Lenz dice en 1895 que proviene de achawa, también mapudungún. Sin embargo, en sus "Reparos al Diccionario de chilenismos del señor don Zorobabel Rodríguez", el investigador Fidelis Pastor del Solar escribe al año siguiente:
"En quichua debe haber algún adjetivo chaucha, chaucha, que signifique tempranero, nuevo, precoz, porque además de significar chaucha una papa que viene temprano, conocemos una pepita de sandía tempranera que lleva el mismo nombre".
El mismo autor dice que ha oído decir a los huasos "mujer chaucha", a aquella que tiene parto precoz, y que los 20 centavos de entonces (acuñados entre 1852 y 1893) fueron llamados chauchas por el pueblo, "quizá por ser moneda nueva", mucho antes de la chaucha del siglo XX.
Por su lado, don José de Lázaro en "La España Moderna" de 1891, escribió:
"De donde resulta que significando chaucha, cosa a medio hacer, dio a los sabios una lección el vulgo chileno al llamar chauchas a las monedas de dos reales cuando sustituyeron a las antiguas pesetas".
Don José Toribio Medina, en su "Chilenismos: apuntes lexicográficos" de 1928, nos ofrece la siguiente definición para chaucha:
"Moneda de plata de veinte centavos, 'que los indios, tomando el mismo nombre con que las denomina nuestro bajo pueblo, creen que su único y especial título con que debe apellidarles, es CHAUCHA' - Cuadra, Ocupación y civilización de Arauco, 1870, p. 96. '¡Ni para desquitarme encuentro ahora un par de CHAUCHAS!' - Kloques Campos. || Moneda de plata de baja ley. || Patata temprana, o menuda que se deja para simiente".
Cierta creencia menos divulgada, sugiere que la chaucha puede haber sido llamada así también, porque era lo que se pagaba por el kilo de arvejas, papas o porotos chauchas (madurados pequeños). El valor de la especie se puede confirmar en documentación antigua, pero no algo que esté más cerca de demostrar la relación con el nombre de la moneda.
Por otro lado, en su "Manual del lenguaje criollo de Centro y Sudamérica" de 1931, Ciro Bayo dice que la moneda chaucha era llamada así también en Bolivia. Y cabe hacer notar también que, en Argentina, se llama aún chaucha a los porotos verdes, cortados antes de crecer como vainas, existiendo la expresiones "verde como chaucha"o "muy chaucha".
Monedas de 20 centavos, de arriba a abajo, emitidas en los períodos 1852-1862, 1863-1867 y 1867-1893. Fuente imágenes: Numismatica.cl.
EL ORIGEN DE LA MONEDA
Se cree que las monedas de níquel que en algún momento reemplazaron a las más finas de plata (y acaso intentando imitar su aspecto y brillo), fueron las primeras en ser llamadas peyorativamente chauchas por la sociedad chilena. Fue el punto de partida para tal denominación popular en la numismática.
Cierta versión dice que la moneda de 20 centavos acuñada a partir de 1942 y hasta 1953, al ser conocida como chaucha, fue la que dio impulso a tal concepto. Sin embargo, la expresión proviene del siglo XIX, como vimos. También hemos conocido un par de testimonios de antiguos habitantes nortinos de las salitreras en sus últimos años de auge calichero, quienes nos aseguraron que la idea de la chaucha existió en algunas localidades para referirse a fichas salitreras de poco valor en las pulperías y emporios que había en las oficinas mineras y campamentos.
La historia numismática chilena señala que hubo varias acuñaciones de monedas de 20 centavos desde que se entró al sistema decimal. Encuentro los períodos de emisión y vigencia en el excelente sitio Numismática Chilena (numismatica.cl), que me ha sido de enorme utilidad en varias ocasiones:
- 1852 - 1862 (plata)
- 1863 - 1867 (plata)
- 1867 - 1893 (plata)
- 1895 - 1920 (plata)
- 1920 - ? (cobre-níquel)
- 1942 - 1953 (cobre)
La chaucha de los años 40 fue, entonces, la última emisión de monedas de 20 centavos, pues la generación siguiente de cuños en 1960, reformó el sistema pasándolo al de céntimos y escudos, que se mantuvo hasta 1975.
De arriba a abajo, los 20 Centavos de plata de 1895-1920 y los de cobre 1942-1953. Fuente imágenes: Numismatica.cl.
LA REVOLUCIÓN DE LA CHAUCHA
La chaucha hizo historia y dejó algo de sí por los capítulos de los movimientos sociales en nuestras bibliotecas.
La Revolución o Huelga de la Chaucha fue una doble jornada de protestas y manifestaciones callejeras, sucedidas en Santiago durante los días 16 y 17 de agosto de 1949, en el Gobierno de Gabriel González Videla. Este episodio tuvo grandes despliegues de violencia y una dura respuesta de parte de la autoridad. Desde un punto de vista crítico e interpretación política personal, fue descrito por el auditor Leonidas Bravo en sus famosas memorias, habíendo sido testigo de aquellos hechos.
La revuelta de la chaucha estalló luego de que la Dirección General de Transporte y Tránsito Público, anunciara el alzamiento en 20 centavos al transporte en los tranvías, empeorando la crispada irritación que existía entre grupos de izquierda contra el oficialismo, que les había dado la espalda. Se recordará que, a la sazón, la moneda de 20 centavos vigente y que era equivalente precisamente al valor del alza, ya era identificada como la chaucha.
Los enfrentamientos se dieron entre la fuerza pública y los estudiantes y obreros alentados por dirigentes. Fueron respondidos, en parte, con el agresivo clima anticomunista que rondaba a los días de la Ley Maldita, por lo que escalaron encarnizándose con el correr de las horas. De esta manera, la famosa huelga acabó con varios civiles muertos y cantidades de heridos en los hospitales. Así, la pobre y humilde chaucha se manchó de sangre...
El contexto de la Revolución de la Chaucha es considerado uno de los episodios infames de la historia de Chile, a pesar de haber sido desatado precisamente por un valor monetario; un alza del transporte colectivo, para ser más exactos. El saldo positivo de la revuelta, sin embargo, fue que el Gobierno en parte debió dar pie atrás con el alza y anular el proyecto de ley del alza de los 20 centavos para los estudiantes, en lo que algunos consideran hasta ahora un loable triunfo de las movilizaciones ciudadanas en la historia social chilena.
Incidentes de la Revolución de la Chaucha de 1949.
OTROS NOMBRES DADOS A LA CHAUCHA
Se sabe también que la moneda chaucha fue conocida con otros nombres curiosos a lo largo de su historia (tal como sucede con monedas y billetes actuales), o al menos lo fue el valor de los 20 centavos. Encontramos, de este modo, que era motejada con varias otras etiquetas, algunas surgidas desde el lenguaje coa de los bajos fondos o de algún cruce con el lunfardo argentino.
Repasando algunos de esos nombres datos también a la moneda de 20 centavos o chaucha, tenemos estos ejemplos que nos hablan de la popularidad y lo común que era, dada la variedad de denominaciones que recibió del pueblo:
- Calandria: El investigador Aníbal Echeverría y Reyes observa que otro nombre dado en el coa nortino para definir la moneda de 20 centavos, era calandria, refiriéndose al valor que circulaba en los años 30. Supongo que la comparación con el ave se debe a un asunto de colores y proporciones.
- Chilindra: En el Norte de Chile también se le denominaba chilindra a los 20 centavos, palabra derivada de chilindrina y que generó frases ya en desuso pero por el mismo significado, como "no valer una chilindra", cuando se señala el escaso o nulo valor de algo. El concepto de chilindrina aplica a algo de poca importancia, valor o significado.
- Chirola: Usada en alguna época clásica, pero que Medina ya la detecta en desuso en los años 20. Quizás provenga del lunfardo argentino, pues se han escuchado expresiones parecidas por tierra platense.
- Cobre: Si bien existieron monedas de 1 y 2 centavos de cobre hacia 1910, la chaucha de la famosa huelga fue, en algún momento, también una moneda llamada cobre, por su material, lo que podría haber fomentado desde ella misma la expresión "no tener ni un cobre", para referirse a andar desfinanciado o sin un mínimo de respaldo de dinero siquiera.
- Estrella o Estrellita: Se usaba para ellas más o menos hacia inicios del siglo XX, y se supone que las llamaban así por su brillo, aunque también se extendió el apodo a otras monedas y, más tarde, se lo hizo sinónimo de dinero en general. En la jerga de delincuentes y hampones se hablaba también de "ir a mirar las estrellas" para referirse al acto de contar dinero de un botín o una plata que es necesario mantener lejos de la vista de otros, por razones de seguridad o de discreción.
- Veinte: Aludiendo obviamente al valor, la moneda fue conocida como el veinte, y quedó inmortalizada en la expresión "no tener ni un veinte", que significa lo mismo que "no tener ni cobre" o "no tener ni una chaucha".
En la próxima parte de esta serie de artículos sobre folklore y numismática, repasaré un poco sobre las denominaciones populares que, al igual que sucedió con la chaucha, la gamba o la luca, se han dado a monedas y billetes pero que ya no existen.