Coordenadas: 33°26'44.51"S 70°40'24.19"W (lugar del hallazgo en Erasmo Escala)
Hallazgos de pasadizos subterráneos en Limache, sumando casi 4 kilómetros de galerías del subsuelo que parten en la antigua Casona Patronal Eastman y que se pierden hacia distintos puntos de la ciudad, calentaron este año el tema de los subterráneos perdidos que existen en Chile, algunos reales, otros fantásticos y no pocos surgidos sólo de interpretaciones equivocadas de los hallazgos. En este caso, los limachinos tenían ya una vieja leyenda relativa a su supuesta existencia, que consideran ahora confirmada. Los túneles reaparecieron durante trabajos municipales realizados por trabajadores en la ex hacienda, a principios del mes de julio de este año.
Pasó una o dos semanas y, para sorpresa de todos, un nuevo encuentro con el pasado subterráneo llamó la atención de reporteros y aficionados a estos temas: se hizo público el hallazgo de un pasadizo de arco en forma de cañón en muy buen estado, que apareció durante las excavaciones para la construcción del Centro de Salud Familiar (CESFAM) en calle Erasmo Escala llegando a Libertad, hacia la quincena del mismo mes de julio de 2016.
Sin embargo, fue en los despachos y notas sobre este hallazgo que circuló una información que estimo imprecisa sobre el nombre antiguo de la calle Erasmo Escala, a pesar de haber sido proporcionada por expertos: que antaño era denominada Calle del Burro. Anda cerca esta aseveración, pero creo que no es la exacta, así que echaré un repaso acá a la singular historia que dio origen a su auténtico nombre zoológico o totémico: Calle del Galán de la Burra.
Detalle del Plano de Santiago del ingeniero Ernesto Ansart, de 1875. El eje Norte-Sur está invertido en esta carta. Se distingue en rojo la extensión que tenía entonces la Calle del Galán de la Burra, entre Matucana y la Calle de la Fontecilla (hoy unificada con Maturana). La estrella señala el lugar del hallazgo del pasaje abovedado subterráneo. Se distingue también la Calle del Nogal (hoy García Reyes), dos cuadras a la derecha, y la antigua planta de gas.
En el Plano de la Ciudad de Santiago de Nicanor Boloña, publicado en 1898, la calle es llamada ya más sencillamente Galán. La línea roja señala la extensión actual de la calle Erasmo Escala, mayor que la de entonces. La línea punteada señala el proyecto que quería abrir la calle hasta la cuadra del Palacio de la Moneda, pero que finalmente llegó hasta Barroso, como se observa en la línea roja que hemos agregado.
Plano "Alcantarillas de Santiago. Importancia de las Canalizaciones", de 1906. La línea roja señala la extensión de la Calle Galán (todavía llamada así, en aquel entonces) y la estrella muestra el lugar del hallazgo del túnel de canalización subterránea.
Erasmo Escala mide poco más de un kilómetro y medio, y recorre un trecho de los barrios Brasil y Yungay, entre las calles Almirante Barroso y avenida Matucana. En el siglo XIX, sin embargo, abarcaba sólo unas ocho cuadras desde en frente de la parte Sur de la Quinta Normal de Agricultura (sector después urbanizado) hasta la Calle de San Miguel, hoy avenida Ricardo Cumming, y la Calle de la Fontecilla, más tarde unida a Maturana y convertida en una con ella. Un proyecto trazado hacia los días de la Guerra Civil consideraba extender la calle abriéndola en las cuadras hasta Teatinos, empalmando frente al Palacio de la Moneda, donde ahora está Valentín Letelier. Sin embargo, por alguna razón en la centuria siguiente sólo se abrió la calle hasta la Calle del Colegio, actual Barroso.
El cómo llegó a tener el extraño nombre de Calle del Galán de la Burra, es algo que han explicado ya algunos autores y cronistas como Luis Thayer Ojeda en "Santiago de Chile. Origen del nombre de sus calles". De las varias versiones, la que acá describiremos fue la más popular y conocida.
![](http://3.bp.blogspot.com/-hCeHB_u0EVk/V-Fh_2rA6AI/AAAAAAAAYyI/5qs90MIucXkMQDn0mfEB_f4qjqFbzE_8ACEw/s1600/galandelaburra09.jpg)
En aquellos años, la Cañada de Santiago o de San Francisco, la posterior Alameda de las Delicias, era llamada Cañada de San Lázaro desde el sector aproximado de las actuales avenidas Cumming y Brasil hacia el Poniente, por la presencia de la Plazoleta de San Lázaro. Por allí venía caminando Casimiro a concretar su ansiado encuentro, doblando hacia el Norte en la entonces llamada Calle del Nogal, actual García Reyes, que por entonces era llamada también Calle de los Cachos según Thayer Ojeda, debido a las muchas cornamentas de ganado que había en las tapias y en el suelo y que provenían del cercano matadero de San Miguel.
Puso proa el aventurero hacia la esquina de esta calle con el punto convenido, junto a la hacienda de la joven, más exactamente en el hueco oscuro de un portezuelo o puerta falsa en un murallón, junto a una acequia que allí existía, razón por la que algunos la llamaban Calle del Cequión (no confundir con la actual calle Antonia López de Bello, alguna vez llamada también así). Tras esperar pacientemente en este sitio, con la escasa luz de la Luna revelando siluetas difusas y engañosas del paisaje, el enamorado oyó por fin unos pasos aproximándose a su lugar, que interpretó como los pies de su amada, aguardándola nervioso y con los ojos cerrados.
Inicio de la calle Erasmo Escala, ex Galán de la Burra, en el cruce con Cienfuegos, y al fondo su empalme con Barroso. En la esquina izquierda, destaca el Palacio Letelier Llona.
Poste de luz de diseño clásico en Erasmo Escala a la altura de Barrio Brasil, sector de Santiago conocido por su bohemia y oferta gastronómica.
El final de Erasmo Escala, con avenida Matucana de fondo.
"¡Ángel de mi vida!" alcanzó a exclamar Casimiro, extendiendo sus manos en la oscuridad para abrazar a la mujer y entregarle su beso apasionado... Pero grande sería su decepción y desencanto, al abrir los ojos y advertir que la cabeza que tocaban a sus dedos y sus labios no era humana, sino de una borrica que se había acercado curiosa hasta aquel escondite en el tapial, vagando por aquellos barrios y buscando comida.
Seguimos en palabras de Sady Zañartu, en su "Santiago calles viejas":
"Y aquí terminaría. Pero nunca faltan digresiones para tanta exuberancia. Como diz que el amor es ciego, un tradicionalista supuso que Casimiro era miope de remate. El argument0 no ha dilucidado la verdad histórica, porque la escena perteneció a un siglo malicioso y picaresco, y, en vez de referir que fue escándalo entre borricos, dejó que el encantamiento apareciera en la jerigonza de los brujos del llano, y la alimaña se tornase historia mística, muy misteriosa en libros de santos, muy regocijada en obras latinas".
Así pues, historias sórdidas se contaron sobre el pobre Casimiro y su frustración de aquella noche cálida, pues su grave error tuvo testigos, para empeorar su desgracia; según algunas versiones, los chismosos llegaron por los gritos impresión que dio el propio enamorado al encontrarse cara a cara con su yerro, poniendo en alerta a todo el vecindario. Se justificó su traspié en esa tremenda miopía que habría padecido, pero también se le castigó con un mote espantosamente agravioso: el Galán de la Burra, nombre que alcanzó para impregnar la calle del escenario de su tragedia emocional, esa misma callejuela del cequión que nunca había tenido un nombre de común acuerdo hasta entonces.
Qué sucedió después con el pobre Casimiro, en tanto, nadie lo supo. Una versión sobre su destino la da Carlos Valenzuela Solís de Ovando en "De oidores, frailes y vecinos":
"El buen hombre desapareció del poblachón de Santiago, y algunas malas lenguas afirmaron haber comprobando que el pobre había partido hacia Potosí como mayoral de una recua de mulas".
Residencias de calle Erasmo Escala a la altura de Barrio Yungay.
Suntuosas residencias neocoloniales y neoclásicas de la calle, cerca de Cumming.
Fachada de la Escuela Edmundo de Amicis, en fotografía del website que fue del colegio. El edificio fue demolido en 2012 y fue en su exterreno donde apareció el túnel de canalización de aguas subterráneo.
Entrada, zaguán y patio delantero de la demolida Escuela Edmundo de Amicis. Imagen del exsitio web de la institución.
Una versión más oscura dice que el protagonista de esta historia llegó al acto de zoofilia en su profundo accidente de percepción y sus confusiones de identidades. Es la que acoge a la pasada, por ejemplo, René León Echaíz, en el tomo dedicado a la Colonia de su "Historia de Santiago", donde comenta que el nombre de la calle se debe a que "según se contaba, un galán miope había hecho allí el amor a una burra, creyéndola su enamorada".
Otra versión, más decorosa y digna de enseñar, salva el honor de Casimiro describiéndolo como un enamorado que se aparecía tan insistentemente en aquel sitio, montando su burrita para visitar o cortejar a la muchacha de la hacienda en la misma Calle del Cequión, que acabó instalado en ella el recuerdo del mítico Galán de la Burra.
La anterior, es la versión que acoge raudamente Roberto Merino en "Todo Santiago: Crónicas de la ciudad". Sin embargo, hay señales que permiten pensar en que el motete de Casimiro se había vuelto sinónimo de enamoradizo o incluso promiscuo en años posteriores, como se observa en estos versos satíricos publicados por "El Corsario" del 27 de agosto de 1849, ridiculizando al insigne hombre público don Eusebio Lillo:
Allí el galán de la burra,
tramposo como los Viales,
que recibirá una zurra
con tal que le suenen los reales...
La Calle Galán de la Burra, en la segunda mitad del siglo XIX, comienza a aparecer mencionada como Galán, a secas, mientras que hacia 1907-1908 ya es llamada en los planos de Santiago como la calle Erasmo Escala de nuestra época.
Edificio de la Escuela Edmundo de Amicis ya en trabajos de demolición, en 2012, para la construcción de un centro de salud. Fuente imagen: website de Plataforma Urbana.
Vistas exteriores de la bóveda y los murallones encontrados en el terreno de la desaparecida escuela, durante las excavaciones para el actual proyecto.
El cambio de nombre habría tenido lugar a fines del siglo XIX, pero comienza a reflejarse en los planos y guías de calles sólo entonces. El nuevo título es, por supuesto, un homenaje al veterano de la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana y después Comandante en Jefe del Ejército en la Guerra del Pacífico, entre 1879 y 1880, antes de ser relevado por el General Manuel Baquedano. La decisión se tomó unos años tras su muerte, sucedida en 1884.
Pasado el Primer Centenario se abrirá la calle Erasmo Escala más allá de las actuales Cumming y Maturana, hasta conectar con Barroso. Es, por lo tanto, el período en que aparecen las magníficas residencias palaciegas de estas cuadras, del período 1915-1925, aproximadamente.
Muchas de las antiguas casas más elegantes o pintorescas de Erasmo Escala, tan propias del carácter del barrio histórico, han ido desapareciendo, algunas reemplazadas por edificios más modernos. Incluso esta segunda generación de edificios ha caído en decadencia, en algunos casos, desplazadas por fábricas o bodegas. De hecho, el número 2420, propiedad de la Universidad de Chile y que un mito urbano nunca confirmado creyó por mucho tiempo centro de detenciones durante la Dictadura, lamentablemente está muy maltratado por grupos de ocupantes ilegales e inmigrantes que se lo han tomado, en varias ocasiones.
Pese a todo, el esplendor histórico de Erasmo Escala y sus hermosos rasgos de arquitectura con influencias neocoloniales, Tudor y neoclásicas, aún puede ser observado en el sector más vinculado al Barrio Yungay y al Oriente entre sus cuadras más "nuevas".
Volviendo al hallazgo del pasadizo en arco, su testimonio de historia de la calle es evidente: se cree que podría ser de inicios del XX y se han encontrado en él objetos como huesos de ganado y botellas de vidrio, además de rellenos que fueron retirados.
Sin embargo, su fábrica delata de qué se trata en realidad: un antiguo canal subterráneo de desagües residuales, de buen tamaño y cómoda altura, que quedó en desuso. En efecto, cuenta con un nivel de sillares y murallones de piedra y un segundo nivel correspondiente a la bóveda de enladrillado con argamasa de cal de disposición radial, formando un arco en forma de cañón.
Detalle de los ladrillos del cañón en arco, visto desde afuera.
Vista interior del canal de aguas subterráneo. Imagen del noticiario de Chilevisión. Se observan los dos niveles de su fábrica: piedra canteada abajo y enladrillado radial arriba.
El terreno del hallazgo correspondía a antiguas residencias de adobe de un sólo piso, con patios solariegos. Y cuando la calle aún era llamada Galán, en 1890, en horas de la madrugada del 26 de junio hubo un gran incendio en una fábrica de aceite de esta mismo tramo de cuadra, entre Sotomayor y Libertad, que fue combatido exitosamente por los voluntarios de la Bomba España de Santiago.
El último recinto correspondiente al terreno de nuestro interés, lo ocupaba la Escuela Edmundo de Amicis E-78 desde 1962, cuando fue creada para niños con dificultades intelectuales o de aprendizaje. Sus dependencias fueron ampliadas en 1982, cuando la Dirección Provincial Santiago Norte le agregó un local vecino, quedando el complejo educacional en la dirección de Erasmo Escala 2767. Tres años después, tras el terremoto de 1985, el edificio de la escuela fue restaurado y mejorado.
Por decisión de la Municipalidad de Santiago, sin embargo, la escuela fue cerrada en abril de 2012 y comenzó a ser demolida en julio para instalar allí el centro de salud, con gran resistencia de la comunidad de vecinos y de apoderados de los alumnos, quedando en su lugar sólo un sitio eriazo con un solitario árbol al centro. Se dio inicio a las obras de levantamiento en enero del presente año y así fue cómo aquel curioso túnel de unos 18 metros volvió a ver la luz del Sol ese mismo verano, aunque la noticia se revelara más públicamente recién a mediados de este año.
Se discute en este momento cómo mantener parte o la totalidad del mismo cañón respetando el proyecto del recinto CESFAM que allí se levanta. Sería un atractivo innegable para sus jardines el preservar este retazo de la historia de Santiago que ha transcurrido por la calle Erasmo Escala, ex Galán de la Burra.