![](http://3.bp.blogspot.com/-1HqvYyotx0M/VzTM4ymYN1I/AAAAAAAAXvU/_Yhgvosx5_kbi5G7Nah2AF7sg85FrlzKgCLcB/s1600/desinfectorio3.jpg)
Edificios del complejo del Instituto de Higiene en calle Borgoño, vistos desde calle Independencia, hacia el Primer Centenario, actualmente ocupados por el Cuartel Borgoño de la PDI. Desde el frente hacia el fondo se ven los cinco pabellones: de Higiene y Demografía, de Química, de Microbiología y Bacteriología, de Seroterapia y del Desinfectorio Público. Fuente imagen: "Álbum gráfico del Instituto de Higiene de Santiago", de Pedro Lautaro Ferrer (1910).
Coordenadas: 33°25'51.47"S 70°39'16.95"W
En estos días se suscita otra controversia de carácter patrimonialista de Santiago de Chile: la demolición del Cuartel Borgoño de la Policía de Investigaciones (PDI), en la ribera Norte del Río Mapocho y hacia las puertas de la calle Independencia, en el Barrio de La Chimba. Es un doble edificio de estilo neoclásico en su unidad principal interior y diría que con cierta influencia art decó en adiciones posteriores y modificaciones hechas hacia calle Borgoño.
El edificio de marras, conocido como Cuartel Borgoño desde que fuera ocupado por la PDI, es valorado principalmente por su símbolo histórico de memoria: como lugar de detención y torturas en los setenta y los ochenta, exigiéndose preservarlo por esta característica precisa.
Es complejo este asunto, especialmente para quienes compartan el pesimismo sobre lo que sucede con la capital chilena y la imposición definitiva de los criterios de modernidad, entendida ésta como sustitución frenética; desplazamiento total (aniquilación) de lo viejo para hacerle espacio a lo nuevo. Los detractores han exigido paralizar las demoliciones aludiendo a esta memoria histórica, enfocándose así en un período más bien reciente del mismo. Es licito dudar de si bastará con este énfasis. El propio planteamiento de la memoria ha sido ambiguo en términos generales, a veces, o más bien quienes lo convocan: el mismo argumento con que se rescató la Villa Grimaldi, es el que se usa por algunos para casi exigir el hundimiento del Buque Escuela "Esmeralda", por ejemplo. Tampoco hubo mucho interés manifiesto en respetar el pasado de este complejo cuando se cometió la aberración de demoler toda su ala poniente en los años noventa, llevándose el auténtico e histórico lugar del número 1470 de calle Borgoño; o cuando manifestantes pro-indigenistas intentaron asaltar y quemar el edificio principal del cuartel en agosto de 2013, por razones desconocidas.
Parte del problema es que, por sensible que sea el tema, quizás ya no alcanza por sí solo como garantía en la tarea de motivar declaraciones express de Monumento Nacional, emitidas contra reloj buscando salvar a edificios de valor cultural. Esto ya quedó claro con los casos de la Casa de José Domingo Cañas o la ex Clínica London, que en su momento costó el cargo al Secretario Ejecutivo del Consejo de Monumentos Nacionales, dicho sea de paso. Es sabido que la actitud reactiva y carente de toda previsión, además de limitada en herramientas y a veces también de criterios, caracteriza la actitud del patrimonialismo en Chile.
Aunque acá pretendo esculcar parte de esta historia original del cuartel de Borgoño, mi interés no es el de ir mostrando cada dato histórico que pueda encontrarse para el complejo en demolición como quien halla setas en el bosque, sino proponer una visión integral, tan completa como sea posible y sin los sesgos o urgencias del tesista, sobre lo que ha sido su presencia allí en la ribera del río Mapocho. Sin embargo, todos estos datos forman en conjunto la historia del mismo conjunto, por lo que podría servir para reforzar la idea de darle resguardo con alguna categoría propia de conservación y mantención.
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Edificio del Consejo del Instituto de Higiene, cuando aún era el Pabellón de Higiene y Demografía del conjunto, de cara a avenida Independencia. Imagen perteneciente a una publicación de los Archivos del Laboratorio Chile.
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El edificio de Borgoño 1470, que originalmente había sido el Pabellón de Seroterapia del Instituto de Higiene, siendo identificado como la dirección más importante y simbólica del cuartel CNI que funcionó allí antes de ser traspasado a la PDI y luego demolido. Fuente imagen: magistoria.blogspot.com.
EL PASADO DEL TERRENO
El complejo actual de la Policía de Investigaciones de Chile se encuentra en un amplio cuadrante riberano delimitado dentro de la manzana que se forma por las calles Independencia, Borgoño, Santa María y el sector la actual boca de la Costanera Norte y la calle López. Es otro barrio de Santiago donde conviven lo histórico con lo nuevo, en un claro proceso de transformación que amenaza al rasgo más tradicional que lo identificaba.
Hacia los tiempos del gobierno colonial de Ambrosio O’Higgins (1788-1796), el ingeniero Nicolás Matorras había sido contratado para despejar La Cañadilla de la Independencia, parcialmente destruida por la violenta crecida del Mapocho de 1783, construyendo una laguna artificial para lavar coches al lado poniente de la salida Norte del Puente de Cal y Canto, cerca de donde hoy está esta manzana. Las poblaciones llamadas El Arenal y luego Ovalle crecieron después en sus bordes, y un puente estrecho se extendió uniendo las calles Teatinos con la actual Adolfo Ibáñez, recibiendo el nombre de Puente de Ovalle precisamente por caer sobre esa población de rancheríos, que empezara a desaparecer por iniciativa del Intendente Benjamín Vicuña Mackenna.
Desmantelar el viejo rancherío permitió abrir las calles fronterizas del sector como Picarte, López, Maruri, Escanilla, Pinto, Rivera, etc., pero hasta entonces denominadas sencillamente con letras. Fueron rebautizadas por el mismo intendente con un decreto del 6 de julio de 1872, incluyendo la actual Borgoño, cuyo nombre fue entonces José Manuel Borgoño en alusión al ilustre militar de la Independencia y de la organización republicana.
Con las obras de canalización del río ejecutadas entre 1888-1891, nacen las ganancias suelos sobre el amplio y abierto lecho del río, sólidamente fundados en rocas y formando el cajón que hoy atrapa y desvía al río desde lo que había sido su curso original. Sobre parte de estos nuevos terrenos se emplaza el actual complejo del Cuartel Borgoño, precisamente, pero en aquellos años la manzana fue proyectada subdividida en cuadras menores que, de Este a Oeste partiendo del borde de Independencia, la cortaban con las calles Pisagua (desaparecida), Maruri, Ibáñez, López y Escanilla, las que a su vez desembocaban sobre una calle Zenteno paralela al Mapocho, en donde ahora está la avenida Santa María, aunque ésta se detenía a la altura de lo que hoy es la boca de avenida La Paz, abierta hacia inicios del siglo siguiente.
El carácter mercantil del barrio, con la Plaza de Abastos (donde ahora está el Mercado Central) y más tarde el Mercado de la Vega, impregnó también estas manzanas de la entrada de Independencia, en el siglo XIX. Una orden municipal de 1897, por ejemplo, exigía que las carretas con sandías y melones se estacionaran en un sector adyacente a la Población Ovalle, frente a calle Escanilla, en un lugar conocido como la Plaza de los Moteros por la gran venta de mote y motemei que allí tenía lugar.
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Edificio y jardines del Pabellón de Química. Este inmueble llegó a nuestros días muy cambiado y transformado, aunque aún no es parte de la demolición en curso. Fuente imagen: "Álbum gráfico del Instituto de Higiene de Santiago", de Pedro Lautaro Ferrer (1910).
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Detalle del mismo edificio del Pabellón de Química, cuando aún estaba en construcción. Fuente imagen: "Álbum gráfico del Instituto de Higiene de Santiago", de Pedro Lautaro Ferrer (1910).
EL INSTITUTO DE HIGIENE
El área específica de lo que ahora es el Cuartel Borgoño, estaba reservada desde iniciada la canalización del Mapocho para albergar una importante institución: el Instituto de Higiene, cuya primera piedra se había colocado en 1896.
Es preciso remontarse un poco: en 1892 se había creado el Consejo Superior de Higiene Pública, por ley del 15 de septiembre de aquel año. El Instituto de Higiene era dependiente de este Consejo, y tenía entre sus muchísimas responsabilidades el análisis gratuito de aguas y la identificación de productos adulterados o falsificados que pudieran representar peligro para los consumidores. También hacía diagnósticos bacteriológicos, sero-diagnósticos de fiebre tifoidea, vacunaciones antirrábicas, producción de sueros antidiftéricos, tuberculina, desinfección de casas y habitaciones y visitas de inspección sanitaria, entre otras tareas. Hacia esos primeros años sólo se cobraba por los servicios de análisis químicos, análisis industriales, desinfecciones por formalina o producción del suero especial de Trunecek.
El Instituto tuvo su primera sede en la Quinta Normal, emigrando después a un edificio arrendado de calle Rosas 3, entre Bandera y Puente, antes de trasladarse a Independencia con Borgoño donde se había iniciado la construcción del gran complejo sanitario con el edificio principal del Instituto, obra del arquitecto Emilio Jecquier, curiosamente el mismo de la Estación Mapocho que está justo al otro lado del río. Cinco volúmenes iban a formar parte del complejo, siendo concluido el primero hacia 1904-1905. El terremoto de 1906, sin embargo, obligó a reparar parte del edificio principal y postergar un poco un inauguración.
Tras entregarse el edificio de Jecquier, comenzó la etapa del proyecto correspondiente a los cuatro volúmenes faltantes, mismos que años después ocuparía el cuartel. Las obras se ejecutaron hacia 1909-1910. Este grupo de unidades del complejo del Instituto de Higiene correspondía a los siguientes edificios, uno para cada departamento del organismo:
- El edificio principal, correspondiente al Pabellón de la Sección de Higiene y Demografía proyectado por Jecquier. Albergaba al Departamento de Higiene-Estadísticas, y en su fachada se podía leer originalmente la inscripción "CONSEJO SUPERIOR DE HIJIENE" (norma ortográfica de la época). Por su ubicación de cara a Independencia y sólo parcialmente relacionada con el lado de calle Borgoño, lo apartaremos un tanto de este texto. Algún día hablaremos más de este inmueble en particular, dada su importancia y valor como Monumento Histórico.
- El Pabellón de Química, separado del anterior por un patio con hermosos jardines interiores, hoy convertido en estacionamientos. Corresponde al edificio que se ubica aproximadamente frente a calle Picarte, funcionando como sede del Departamento de Química-Toxicología. Fue muy modificado en años posteriores, perdiendo sus terrazas de balaustras, sus falsas mansardas y su aspecto neoclásico afrancesado en general.
- El Pabellón de Microscopía y Bacteriología, casa del Departamento del mismo nombre, separado del edificio anterior por jardines aún más grandes. Este edificio se encuentra más visible por el lado de avenida Santa María, siendo uno de los que actualmente está en proceso de demolición. La unidad que se observa hacia el lado de Borgoño 1154 es posterior y también está en proceso de demolición. Ambas son identificadas como parte de lo que sería después el Cuartel Borgoño.
- El Pabellón de Seroterapia, ubicado por el lado de Borgoño en el lugar preciso donde estuvo la famosa entrada al cuartel por Borgoño 1470. Este edificio contaba también con patios y corrales para crianza de animales usados en la producción de vacunas antirrábicas. El Departamento se llamaba oficialmente de Seroterapia-Vacuna Animal. Fue demolido en 1997 para construir el actual edificio institucional que allí se ve casi al final de la manzana.
- El Pabellón del Desinfectorio, situado al final de la fila de edificios de Borgoño en el número 1554, con el Departamento del Desinfectorio Público. Correspondiente a un interesante edificio del que hablaremos más abajo y fue, quizás, el servicio del Instituto de Higiene de mayor impacto en la sociedad y especialmente en el barrio, dados los problemas que enfrentaba por entonces la salud pública, como veremos. Aparentemente, fue el primero de todos en ser demolido, quizás para facilitar la conexión entre las calles Prieto y Santa María.
Con la presencia de estas instalaciones, el vecindario comenzó a adquirir evidentes rasgos y connotaciones de barrio sanitario por este lado chimbero, algo verificable con la construcción del cercano Hospital Policlínico de la Caja del Seguro Obrero (hoy Centro de Salud Norte) y la habilitación de la demolida Mansión Montt Montt de calle Artesanos para el albergue y tratamiento de cierto tipo de pacientes de enfermedades contagiosas. Hubo importantes profesionales de la salud que tuvieron su lugar de trabajo en estos complejos, como el médico cirujano Hugo Vaccaro Cosovic, destacado bacteriólogo del Laboratorio Chile y profesor de la Universidad de Chile, cuya dirección profesional estaba registrada precisamente en Borgoño 1470.
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Edificio y jardines del Pabellón de Microscopía y Bacteriología, correspondiente al actual nivel del cuartel PDI de Borgoño 1154 en proceso de demolición. Fuente imagen: "Álbum gráfico del Instituto de Higiene de Santiago", de Pedro Lautaro Ferrer (1910).
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Acercamiento al edificio del Pabellón de Microscopía y Bacteriología. Fuente imagen: "Álbum gráfico del Instituto de Higiene de Santiago", de Pedro Lautaro Ferrer (1910).
CASO PARTICULAR DEL DESINFECTORIO PÚBLICO
El Desinfectorio Público del Instituto de Higiene, había sido inaugurado en la ciudad de Santiago el 8 de diciembre de 1896. Encargado de la aplicación de fumigado sanitario y las desinfecciones, su servicio cambió varias veces de horarios, pero en general funcionaba desde cerca de las 8 de la mañana hasta las 11 de la noche. El personal que atendía allí usaba curiosos uniformes abotonados y de sombrero con una sugerencia más bien militar, mientras que, al emplear la tenida de trabajo de desinfección propiamente dicha, vestían de impecable blanco de cabeza a pies, con una gorrita parecida a la legionaria con la que se cubrían el cabello. Era, pues, la época del tifus y otras plagas, cuando a los pobres los cubrían allí con "soluciones fétidas de creosota", según recuerda Pedro Castillo Yáñez en su libro "Perito en cárceles".
El Desinfectorio había iniciando sus actividades con una estufa y un pulverizador, ambos de fabricación Geneste-Hercher. Con el tiempo, comenzó a ampliar sus recursos adquiriendo nuevas maquinarias y equipos. La ley de declaración obligatoria de enfermedades contagiosas del 7 de febrero de 1899, se había emitido el mismo año en que la Municipalidad de Santiago lograba que la Asamblea de Electores aprobara una ordenanza de desinfección de toda la ciudad, dando gran actividad a este servicio. Hacia el 1900, además, se inicia el plan de desinfección por formalina a través de aparatos Aesculap-Shering, que era el único servicio no gratuito del Desinfectorio, además de implementarse un sistema de transporte de enfermos contagiosos en ambulancias tiradas a caballos que los llevaban desde sus casas a los hospitales o bien desde una casa a otra. Después se integraron al equipo tres estufas fijas Geneste-Herscher, una estufa locomóvil y cinco pulverizadores.
Luego de terminado el complejo del Instituto de Higiene, el Desinfectorio fue trasladado al barrio riberano hasta la señalada dirección de en General Borgoño 1554. Era una construcción neoclásica de estilo institucional y toques de academicismo. La dirección de Borgoño 1470 es la vecina, entonces, y correspondía al Pabellón de Seroterapia que ya describimos, aunque parece haber una época en que ambos números fueron señalados como los del servicio del Desinfectorio, no sabemos por qué. La obra pertenecería al arquitecto Carlos Donoso Grille, quien estaba estrechamente relacionado con el Instituto de Higiene.
A mayor abundamiento, el edificio original del Desinfectorio tenía un frontis más bien pequeño, con vanos de arco y de medallones ornamentales con retratos de sus fundadores en la fachada, conservándose imágenes del mismo que datan de 1910. Debió ser la unidad más pequeña de entre los cinco pabellones del Instituto de Higiene, pero se observa que era dos pisos, con patios abiertos de adoquines y dependencias menores en su ala Oeste. Se situaba al final de la hilera de edificios del Instituto en Borgoño, frente a la cuadra ubicadas entre Ibáñez y Maruri, aproximadamente. La calle López pasaba por su costado poniente en esos años, hasta llegar lo que ahora es Santa María, por ahí donde ahora está el enjambre de vías y pasos de nivel en la boca de la Costanera Norte. Aparece mencionado el servicio en la "Guía general de Santiago de Chile", con la dirección original de Borgoño 1554 (acceso del extremo poniente) y "abierto de 8 a 11 A. M. y de la 5. P. M.". Para 1924, figura ahora en la guía turística "El amigo del viajero en Chile" de Imprenta Universo en "Borgoño esquina de Independencia", funcionando "de 7.30 a 11.30 A. M. y de 1.30 a 6 P. M.".
El Desinfectorio daba cobertura sanitaria principalmente a cités, conventillos y todos esos herederos de las penas y dolores de los antiguos ranchos que indignaban la escrupulosa paciencia de intelectuales como Vicuña Mackenna, descritos en "La realidad médico-social chilena" de 1939 nada menos que por el futuro Presidente de la República y entonces Ministro de Salud, el Dr. Salvador Allende, en base a un censo de conventillos realizado por el Departamento de Estadística de la Municipalidad de Santiago con la cooperación de la Escuela de Servicio Social:
"Sobre un total de 4.000 conventillos calculados por la Dirección de Sanidad, sólo pudieron ser estudiados 1.317 por falta de suficiente personal para la investigación, y en las mismas condiciones quedó el distrito Nº 47, considerado como uno de los más insalubres en la Comuna de Santiago. Este distrito se halla situado entre las calles Mapocho, Rivera y Avenida Independencia y comprende 388 manzanas con 11.929 habitantes, lo que da una densidad de 255 habitantes por hectárea, siendo la densidad media de Santiago de 127. De las 38 manzanas hay 22 donde existen conventillos, alcanzando estos a 194 con 1.299 piezas insalubres donde alojan 2.611 personas".
Sin embargo, desde la década del veinte el Desinfectorio comenzaba a marchar hacia su jubilación del rubro sanitario, cuando el principal servicio de este tipo estaba ya implementándose en el Hospital Barros Luco en el Llano Subercaseaux. Hacia 1924, además, en el caótico período entre los dos primeros gobiernos de Arturo Alessandri Palma, el Instituto de Higiene fue cerrado por considerárselo ya relevado con la reciente creación del Ministerio de Higiene.
Su edificio de Borgoño 1554, además, iba a ser el primero del complejo en desaparecer según parece, siendo demolido en una época que no hemos podido precisar.
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Pabellón de Seroterapia, correspondiente a la dirección Borgoño 1470, demolido en 1997 a pesar de la poca reacción pública que hubo entonces. Fuente imagen: "Álbum gráfico del Instituto de Higiene de Santiago", de Pedro Lautaro Ferrer (1910).
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Detalle de la fachada del mismo edificio, cuyas texturas y materialidad se habían perdido con posteriores intervenciones de estuco y remodelaciones del edificio. Fuente imagen: "Álbum gráfico del Instituto de Higiene de Santiago", de Pedro Lautaro Ferrer (1910).
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Patios de corrales y crianza de animales para la obtención de sueros y vacunas. Fuente imagen: "Álbum gráfico del Instituto de Higiene de Santiago", de Pedro Lautaro Ferrer (1910).
ALGO SOBRE LA PLAZA DE LA CUADRA
La alguna vez llamada Plaza o Parque Borgoño que lo bordea por gran parte de la prolongación de esta calle, en tanto, se había vuelto un centro interesante de actividades populares en alguna época. Nació como plaza dura tras la canalización del río Mapocho y comenzó a ser enverdecida por las primeras arboledas hacia el 1900, adquiriendo características de paseo. Posteriormente, ya con césped, fue bautizada Plaza Bilbao o Plazoleta Francisco Bilbao, aunque aparentemente no era tan grande como la actual, pues aparece señalada sólo como una "plazuela" en la guía del "Plano de Santiago DAK" de 1941.
Cabe recordar que, originalmente, había accesos a los pabellones del Instituto de Higiene no sólo por este lado de Borgoño, sino también por de calle Los Tilos, trazada sobre la anterior calle Zenteno en el borde del río, y donde ahora está la avenida Santa María, por lo que las plazas eran como una suerte de explanada para el mismo grupo de edificios por este costado Norte. De hecho, la entrada principal del Pabellón de Seroterapia que corresponderá después al célebre cuartel de Borgoño 1470, estaba originalmente en el lado de cara al río Mapocho, en esos años, y Los Tilos funcionaba también como un paseo de menor volumen que la plaza.
Hoy llamada Plaza Pablo Neruda, se recuerda que hacia los cuarenta y cincuenta esta área verde estaba en el circuito de músicos urbanos de Barrio Mapocho y La Vega, al igual que el terreno del "Luna Park", cruzando la avenida Independencia, en un ambiente con célebres jaranas callejeras que tenían lugar por casi toda La Chimba riberana. Entre estos aventureros estuvo la banda Eugenio León, más conocido como Hirohito y su Conjunto, cuyas primeras incursiones de divertidas cumbias pícaras como "Viejo Lolero" y "Me ando, me ando" las realizaría más específicamente en la vieja Plaza Borgoño y sus fiestas de casas del barrio, antes de saltar a escenarios más profesionales.
Convertida ya en la Plaza Neruda, ésta fue mejorada y se le agregó un monolito justo en la esquina con Independencia, donde se recuerda un fragmento de "Los crepúsculos de Maruri", particularmente el poema "La tarde sobre los tejados", homenajeando el paso del vate por estos barrios en su juventud:
Otro , y
La tarde sobre los tejados
cae
y cae…
Quién le dio para que viniera
alas de ave?
Y este silencio que lo llena
todo
Desde qué país de astros
se vio solo?
Y por qué esta bruma
-plúmula trémula-
beso de lluvia
sensitiva
cayó en silencio – y para siempre
sobre mi vida?
Un gran segmento al final de la plaza hacia el poniente, se perdió con las modificaciones realizadas en los noventa y de las que hablaremos en la segunda parte de este artículo. En su lugar, hoy está un infierno de vehículos estacionados sin grandes patrones de orden frente al edificio más nuevo del complejo de la Policía de Investigaciones, que hoy ocupa las extensas ex instalaciones del Instituto de Higiene.
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El edificio del Desinfectorio Público, al final del complejo en Borgoño con López. Fue el primero en ser demolido y desaparecer del conjunto. Fuente imagen: "Álbum gráfico del Instituto de Higiene de Santiago", de Pedro Lautaro Ferrer (1910).
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Otra imagen de la fachada del edificio del Desinfectorio, suponemos que anterior a 1910 por el tamaño de los arbustos. A su derecha está el Departamento Limpio y a la izquierda el Departamento Sucio, para diferenciar los accesos. Posteriormente, estas entradas fueron cerradas con mamparas. Fuente imagen: Biblioteca.cchc.cl.
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Patios adoquinados interiores del Desinfectorio Público, con el personal del servicio y los carros ambulancias. Fuente imagen: "Álbum gráfico del Instituto de Higiene de Santiago", de Pedro Lautaro Ferrer (1910).
ÚLTIMOS SERVICIOS EN LA SALUD PÚBLICA
Las ex dependencias del Instituto de Higiene en Borgoño, pasaron a ser la sede del Instituto de Salud Pública a partir de 1929, acogiendo a la Escuela Nacional de Higiene (futura Escuela de Salubridad de la Universidad de Chile) a partir del año siguiente, y más tarde al Instituto Bacteriológico de Chile, siendo transferido al Ministerio de Salubridad Pública en los mismos años treinta. Los casos de mordidas por perros rabiosos se atendían en este sitio, por ejemplo, más específicamente en el edificio de la dirección Borgoño 1470 que, como vimos, nació siendo el Pabellón de Seroterapia. Tras el incendio de la Escuela de Medicina en 1948, además, llegó a establecerse allí también el Laboratorio de Química Fisiológica y Patológica.
Después de crearse el Servicio Nacional de Salud en 1952, las ex dependencias del Instituto de Salud Pública en Borgoño 1470 pasaron a este nuevo organismo. Las instalaciones fueron ocupadas así por el Instituto de Biología "Juan Noé", cuyo director era el destacado Doctor Amador Neghme, nuevamente con Borgoño 1470 como dirección principal. En el mismo complejo, su colega el Doctor Hugo Vaccaro Kosovlc era director del Instituto de Microbiología, siendo también la sede del Departamento de Parasitología, el Departamento de Patología de la Escuela de la Universidad de Chile, el Consultorio Externo de Enfermedades Parasitarias del Servicio Nacional de Salud y la IV Sección de Recepción, donde se tomaban las muestras para exámenes y se entregaban los informes con resultados.
El complejo seguía en estas mismas funciones sanitarias hacia 1974, según se constata en insertos del "Boletín chileno de parasitología" de ese año, publicación perteneciente al Departamento de Parasitología de la Universidad de Chile. Además, se realizaban allí las reuniones de la Sociedad Chilena de Parasitología... Faltaba poco para que las cosas cambiaran allí.
En síntesis, la importancia de este lugar en la historia de la medicina y la salubridad pública es notable, entonces, y por sí sola debería bastar para considerar la posibilidad de dar una categoría de protección como Monumento Histórico Nacional al complejo o extender la que ya tiene el pabellón principal de Jecquier sobre el resto de conjunto (o lo que queda de él), considerando los mismos argumentos con los que este edificio principal del Instituto de Higiene recibió tal reconocimiento en 1984. No ha sido el caso: a la destrucción temprana del ex Desinfectorio de Borgoño 1554, se sumó la del edificio del ex Pabellón de Seroterapia en Borgoño 1470, la dirección más importante y simbólica para quienes exigen su protección... Y ahora, la demolición en curso del doble edificio del ex Pabellón de Microscopía y Bacteriología, en Borgoño 1154, momentáneamente detenida.
Empero, la parte histórica que más se ha expuesto y reafirmado del mismo complejo del Cuartel Borgoño para detener las obras de demolición, corresponde a los años setenta y ochenta, como veremos en la continuación de esta entrada y que publicaremos próximamente.