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Imagen del bello Salón Universidad de Chile, del Archivo Central Andrés Bello, en fotografía publicada por el sitio web de la propia institución.
Coordenadas: 33°26'40.21"S 70°39'1.95"W
En bien conocida y divulgada la historia de la Casa Central de la Universidad de Chile: el edificio fue construido entre 1863 y 1872, por el arquitecto francés Lucien Henault y con don Fermín Vivaceta como encargado de las obras. Menos difundida, sin embargo, es la historia de una de las secciones más hermosas y lujosas posteriormente habilitadas en el mismo edificio: los cuatro niveles del Archivo Central Andrés Bello, dependiente de la Vicerrectoría de Extensión Académica y con accesos principales por el sector de Alameda con Arturo Prat, donde suele estar la feria universitaria de libros y sus jardines.
Considerado el segundo centro bibliográfico más importante del país, el Archivo luce con soberbia sus magníficas vitrinas de bibliotecas, colecciones nerudianas de caracolas, cuadros al óleo y lámparas aristocráticas, destacando especialmente el elegantísimo salón mayor de dos niveles y arcos de finas maderas, con cierta semejanza a la Sala Medina de la Biblioteca Nacional. El archivo es, así, museo, biblioteca y salón de eventos.
El origen de este fastuoso Archivo está en la Biblioteca Central, cuyo primer director fue el ilustre intelectual Ignacio Domeyko. Fue fundado con el nombre de Gabinete de Lectura de la Universidad de Chile en 1852, cuando la casa de estudios funcionaba en dependencias de la vieja Universidad de San Felipe (en la cuadra actual del Teatro Municipal) desde hacía 10 años y hasta el traslado a este edificio en la Alameda de las Delicias. El Gabinete trabajaba de manera conjunta con el Instituto Nacional, además de la Universidad de Chile.
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El establecimiento de la Biblioteca Central existió hasta 1928, cuando durante el Gobierno del General Carlos Ibáñez del Campo se decidió demoler aquellas dependencias por orden del controvertido Ministro interino de Educación don Pablo Ramírez Rodríguez, uno de los principales impulsores de la construcción de la Piscina Escolar de la Universidad de Chile y uno de los creadores de la insignia deportiva de la misma alma mater. Todos los libros y materiales de consulta, además de muebles e instalaciones, fueron repartidos en otros establecimientos educacionales y dependencias de la administración pública.
En 1933, asume la rectoría de la Universidad don Juvenal Hernández Jaque, quien dirigió una serie de renovaciones y ampliaciones para la Casa de Bello durante su largo tiempo en el cargo, como la creación de la Orquesta Sinfónica y el Teatro Experimental, la fundación de la Comisión de Cooperación Intelectual y el Programa de Escuelas de Temporada, además de hacer construir el edificio de la Facultad de Derecho. Como parte de este enérgico período, Hernández toma la decisión de recuperar la Biblioteca Central e inicia así una cruzada en 1936, valiéndose de ejemplares de lectura que quedaban aún en sus estantes y de otras colecciones donadas por particulares y que han ido haciendo crecer sus archivos. Recuperando así material para la reabierta Biblioteca Central, el sitio web de la Universidad de Chile destaca donaciones como las de los profesores Amanda Labarca y Guillermo Labarca, Julio Escudero y de Armando Braun Menéndez, así como las aportadas por los herederos de Pedro Montt y Yolando Pino Saavedra, entre otros. También se armaron secciones con epistolarios y documentación relativos a personalidades específicas, como Diego Portales, Andrés Bello, Manuel Montt, Domingo Faustino Sarmiento, Cornelio Saavedra, Valentín Letelier, Ramón Briceño y Salvador Sanfuentes, entre otros.
Sólo en la década del sesenta se adicionan estas nuevas dependencias de salas ocultas y escaleras estrechas hacia el costado de calle Arturo Prat, para ser la sede definitiva del cada vez más grande archivo. Dignificando de esta forma sus espacios de lectura y almacenamiento, los salones principales serán dos. Uno es el Salón de Lectura, llamado informalmente también Sala Neruda por las imágenes y donaciones que hay del vate en él, donde se atiende a los usuarios de la Colección General, y que cuenta con tesoros como algunas de las primeras ediciones de la crónica "Histórica Relación del Reino de Chile", de Alonso de Ovalle (1646). El segundo y más alto en espacio y proporciones pero ubicado en un nivel más bajo, es el Salón Universidad de Chile, donde se albergan a las publicaciones hechas por la propia casa de estudios, como los "Anales de la Universidad de Chile" y otros de autores ligados a la misma, entre los que el sitio web destaca a Andrés Bello, Ignacio Domeyko, Rodulfo Armando Phillipi, Federico Johow, Benjamín Vicuña Mackenna y Diego Barros Arana.
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Ambas salas están finamente alhajadas y decoradas con aire decimonónico, con un fino mobiliario acorde a esta estética. El aspecto señorial de ambas, de tabiquería artística en madera proviene de la adquisición e instalación en ellos de los libreros, artesonados y estanterías que habían pertenecido a la vieja Biblioteca de San Agustín y que se habían confeccionado a fines del siglo XIX en Alemania. Los sacerdotes de este convento la vendieron a la Universidad de Chile hacia 1960, después de iniciarse la venta y demolición de los antiguos claustros agustinos en los cincuenta. La Sala Universidad de Chile destaca además por dos grandes cuadros con retratos del Abate Juan Ignacio Molina y Fray Manuel Lacunza, dos religiosos jesuitas de alto valor para la intelectualidad colonial de Chile, a pesar de haber tenido que abandonar el país con la expulsión de 1767. Se cree que estas obras pertenecen al cotizado pintor napolitano Alejandro Cicarelli, fundador y director de la la Academia de Pintura y Escultura de Santiago.
El mencionado trabajo de mobiliario y armaduría de recubrimiento en madera de los agustinos, debió ser sometido a estudios para evaluar su estado y mejorar al mismo, por expertos polacos llegados a Chile en mayo de 2012, dirigidos por el especialista Krysztof Chmielewski, de la Academia de Bellas Artes de Varsovia.
En el nivel inferior de este recinto, están los talleres de restauración de material, verdadero laboratorio y quirófano de rescate de piezas históricas impresas del servicio de Conservación, Restauración de Documentos y Encuadernaciones. Cabe indicar que el Área de Conservación y Patrimonio depende directamente de la Subdirección del Archivo, quedando encargado de la preservación, conservación, restauración y digitalización de las colecciones. En 1990, por encargo de la propia Universidad, el Centro Nacional de Conservación y Restauración dependiente de la Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos realizó una gran inspección del material almacenado en el Archivo, determinando que buena parte de él no estaba en buen estado, iniciándose por lo mismo un proyecto de restauración de las colecciones, partiendo por los manuscritos, e implementándose en el mismo lugar el mencionado laboratorio de conservación, donde hemos podido observar alguna vez el verdadero trabajo de joyería que allí se desarrolla por expertos.
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Otra área de gran relevancia es la de Gestión y Proyectos, encargada de proponer y desarrollar planes de puesta en valor para las colecciones del Archivo, con difusión a través de medios de comunicación propios (internet y redes sociales) y externos, como vínculos a programas educativos, además de organizar las entretenidas e ilustrativas visitas guiadas que hemos conocido en el mismo lugar. En cambio, el Área de Información Bibliográfica y Archivística fomenta el conocimiento y la utilización de las colecciones y del archivo histórico que resguarda a nivel nacional e internacional, así como también gestionar diversas actividades de extensión buscando difusión e integraciones.
La Biblioteca Central amplió su campo en 1992, desde archivo literario y documental a uno de carácter más amplio y patrimonial. Pasó a ser el Archivo Central Andrés Bello por Decreto Universitario el 10 de agosto de 1994, dándole así la identidad institucional que conserva hasta ahora y que alude en su nombre al propio primer rector de la Universidad de Chile, don Andrés Bello, cuyo fantasma decía la leyenda que paseaba por estos lados del edificio y frente al mismo. Se constituía en ella, también, el Núcleo Patrimonial de la Universidad de Chile que, desde el año 2010, mejora las relaciones y contactos de la institución con usuarios externos y con pasantes.
De entre el material intelectual e histórico a resguardo en el Archivo Bello, destacan las mencionadas colecciones de libros y 7.700 caracolas marinas (una de ellas muy rara, obsequio de Mao Tse Tung) que entregara Pablo Neruda en 1953-1955. Las fotografías del poeta y sus alusiones por la sala con las vitrinas de sus caracolas, demuestra un nexo importante con él en sus escalas y su Sala de Lectura. Además, en el marco de la conmemoración de los cuarenta años de la muerte del Premio Nobel, el Archivo mostró su gratitud en coordinación con la Fundación Pablo Neruda, suscribiendo un convenio de colaboración para dar mayor difusión a la obra y figura del autor.
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De no menos relevancia es la Colección de Historia y Filosofía de las Ciencias de Desiderio Papp, donada por sus herederos, y la Colección Domingo Edwards Matte de impresos y periódicos hasta el año 1849, aportada en parte por él y por sus descendientes.
Además de la Biblioteca Central original, el Archivo Andrés Bello cuenta con otras dos áreas que se integraron con el tiempo: el Archivo Histórico y la Unidad de Fotografía, Archivo y Medios Audiovisuales, por lo que en la práctica son tres grandes archivos en uno custodiando una valiosísima cantidad de libros, documentos, cartas, decretos, periódicos, revistas, memorias, fotografías, iconografías, oficios, reseñas bibliográficas, litografías, ilustraciones, libros de firmas y material fílmico nacional. Sus colecciones son las siguientes:
- Colección Americana
- Colección Archivo Fotográfico
- Colección Banco Estado
- Colección Domingo Edwards Matte
- Colección Domingo Edwards Matte - Sección Partituras
- Colección Eugenio Pereira Salas
- Colección Fanor Velasco Salamó
- Colección General – Donación Eliana Dobry
- Colección General – Donación Emma Salas Neumann
- Colección Hemeroteca – Periodicos Antiguos
- Hemeroteca - Revistas Históricas
- Colección Iconográfica
- Colección José Zamudio Zamora_Partituras
- Colección Lira Popular -Tomos 1, 2 y 3
- Colección Manuscritos
- Colección Neruda - Sección Bibliográfica
- Colección Neruda - Sección Sonora
- Colección Universidad de Chile
- Colección Yolando Pino Saavedra
Según la información publicada por el propio Archivo Central Andrés Bello, posee 2.500 piezas documentales (del siglo XVII al XX), unas 500.000 imágenes fotográficas, tres de sus colecciones con declaración de Monumento Histórico Nacional (Colección Neruda, Colección Manuscritos y Colección Americana). El organismo ha estado encargado de grandes muestras, como la Exposición Amor al Mar en el Instituto Cervantes de Madrid. Una actividad constante de investigación, coloquios, charlas, visitas guiadas y lanzamientos acompañan su presencia allí en la Casa de Bello.
Para los interesados en conocer el sitio web del Archivo Central Andrés Bello, todo queda resuelto siguiendo este link: Archivobello.uchile.cl... Ahora bien, para amantes del patrimonio histórico in situ, no habrá experiencia más gratificante que una pasadita por este extraordinario lugar, castillo de sueños para amantes de los libros y los archivos históricos, como seguro lo habría soñado el mismísimo señor Andrés Bello.