Fuente imagen: La Izquierda Diario.
Ya he comentado fugazmente que preparo la publicación de mi segundo libro, esta vez dedicado a crónicas de perros populares de la historia chilena ("Cronicanes"). Sin embargo, la circunstancia actual de disturbios y manifestaciones glorificando a uno de ellos, el inolvidable Matapacos, me parece apropiada para recordar algo sobre este insólito can que hoy aparece convertido en un emblema de los rebeldes y hasta internacionalizado, con alusiones a su recuerdo en las protestas de New York, ni más ni menos.
Dejaré acá, entonces, esta versión más light del capítulo que irá en mi libro dedicado a este personaje cuadrúpedo.
Matapacos, en su origen conocido como el Negro, será recordado siempre como el principal y acaso primer riot dog o "perro de disturbios" popular en Chile, pues se hizo famoso en las postales de las mayores protestas y revueltas estudiantiles hacia 2011 y 2012, siempre en la primera línea de choque por las calles de Santiago. Y si bien ya han existido desde antaño perros callejeros que participan de esta clase de manifestaciones y enfrentamientos de naturaleza política, éste parece ser el primero en alcanzar una estrella propia en tal categoría y en quedar identificado de manera indivisible con tales episodios, con una épica personal, además.
Se trataba de perro negro semidoméstico del barrio República que, según se recuerda, sería su lugar de origen o de inicios de su fama, cuanto menos. Adoptado en una casa hacia los días del terremoto del 2010, su dueña, la señora María Campos, había notado que el Negro regresaba en cada una de las noches de sus escapes a la calle con un misterioso pañuelo amarrado en el cuello. El perro también comenzaba a inquietarse y alborotarse en cada ocasión que había marchas estudiantiles en el barrio universitario y en el sector de la Alameda Bernardo O'Higgins, momentos en los que empezaba a rasguñar la puerta y a suplicar con gemidos que lo dejasen salir a las calles, deseoso de hacerse parte de las turbas.