Imágenes de Pochita, publicadas en la revista "En Viaje".
Tras varios años siguiendo este caso y tratando de rearmarlo, creo que tengo ya material suficiente para sacar a este sitio web de su prolongado letargo, casi en el sueño de los justos... Letargo de un año que no ha sido fácil para la investigación y la divulgación cultural, por supuesto. En nuestro caso, sólo he podido cumplir con dos o tres entradas en todo el período y, muy de seguro, esta será la última por otro largo tiempo, considerando ya la proximidad de fin de año y el verano meridional. Este texto, sin embargo, es un resumen de otro más extenso que forma parte de mi proyecto mayor"El Santiago que nunca aburría", el mismo del que he adelantado ya una versión digital light para lo que debería ser su primera parte, en caso de prosperar, ya que la situación social y sanitaria actual lo dejó en indefinido suspenso (junto a otros proyectos editoriales que tengo en espera, además). Tómese este artículo, entonces, como un adelanto.
María Estela Teresa de Jesús Núñez Cavieres, más conocida en su momento como Pochita Núñez, cabalgó sobre una estrella fugaz en la historia del espectáculo nacional de corte más docto.
Amante de los animales, la lectura y las artes en general, su imagen de Pochita recordaba a esos genios renacentistas con lucimiento en varias disciplinas simultáneamente: su hermosa voz iba a la par de la destreza de sus dedos sobre el piano; ejecutaba la danza con el esplendor de una experimentada bailarina y con su declamación poética ante la audiencia era capaz de sumir en el silencio más completo a la sala, trasportada hasta el país de los éteres oníricos y, desde allí, al momento final de despertar otra vez y romper la hipnosis con los aplausos.
Aunque fue parte de una generación de varios niños prodigios del espectáculo de esos años, Pochita destacó por sobre todos. Su actitud alegre, sus virtudes, su dominio del espacio y su inocente belleza la hicieron una especie de ideal infantil femenino, capaz de conquistar innumerables corazones y de formarse velozmente un público de admiradores y seguidores. Así la recordaba, en un homenaje póstumo, un anónimo redactor de la revista “En Viaje”:
CONTINUAR LEYENDO »