Coordenadas: 37°28'22.6"S 72°20'58.2"W (sector donde solía rondar)
Tía Nena o Nina de decía su familia, antaño, así como sus amigos más cercanos. Pero la comunidad de Los Ángeles, en la provincia homónima, la conocía simplemente como "la Bombera", recordándola así hasta ahora. Su nombre real era casi desconocido, sin embargo: Elsa Irene Véjar Pérez. Muy pocos los sabían, salvo quienes conocieron sus tiempos más cuerdos y mentalmente sanos, que habían quedado muy, muy atrás. La mujer que después vagaba por aquellas calles, era otra persona por completo diferente.
Los extraños atuendos con los que paseaba por el centro de la ciudad, inducían al apodo de "la Bombera" y a confusiones sobre su razón de andar diariamente por las calles, acaso como esperando el advenimiento de un secreto milagro o resolviendo un misterio íntimo al que nunca le pudo hallar salida.
Los angelinos intentaban explicarse su caso de todas las formas posibles, entonces, siendo la historia más popular, quizá, una que hablaba de un supuesto amor de su vida que murió en forma trágica cuando recién había contraído matrimonio o se preparaba para tomar el sagrado vínculo, desencadenándose la esquizofrenia que la acompañó durante toda su época convertida en personaje callejero de Los Ángeles. Tal vez confundían su caso con el de otra famosa y distinguida mujer de las calles de la ciudad motejada en su tiempo "la Novia", a mediados de los ochenta aproximadamente, de la que se recuerda que vagaba con un gran peinado de tocado, cartera y guantes blancos, cargando a sus espaldas la historia de un abandono en el altar que no pudo resistir, al menos en la habladuría popular.
Elsa, en realidad, nunca se casó ni tuvo hijos. No alcanzó, más bien, porque los padecimientos psiquiátricos la alcanzaron antes de poder formar familia propia, probablemente para mejor. Ni siquiera le conocieron alguna pareja en toda su vida.
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