Grabado en base a aguafuerte, 1785, con la columna y su entorno (estampa antigua).
Coordenadas: 41°53'44.92"N 12°29'3.47"E
Es mundialmente conocida como la Columna Trajana o Columna de Trajano; Colonna Traiana más localmente, aludiendo al Emperador Trajano que la hizo erigir allí en la cabecera del Foro Imperial Romano cerca del Monte Quirinal, con más exactitud al Norte del Foro Trajano con su imponente mercado y teniendo por vecinos en nuestra época a la Iglesias del Santísimo Nombre de María y de Santa María de Loreto, y al Altar de la Patria al otro lado de la Via dei Fori Imperiali, avenida paraíso de los amantes del mundo románico y la arqueología imperial.
De estilo dórico romanizado, tan hermosa ha sido por dos mil años esta obra que el artista Miguel Ángel solía decir que ninguna otra ciudad alcanzarían la perfección artística de Roma, porque no tenían la Columna Trajana. Sería la que inspiró a Napoleón, además, para ordenar la creación de la esplendorosa Columna de Bronce de Austerlitz, en París, en 1806.
César Nerva Trajano Augusto, que gobernó desde enero del año 98 hasta su muerte en agosto del año 117, ordenó levantar esta sorprendente estructura como la más alta visible en el foro que también lleva su apellido, con sus más de 39 metros de altura contando el pedestal con plinto y la estatua, culminándose los trabajos en el año 113 ó 114 según se calcula. El registro de los Fastos Ostienses proporciona una fecha muy precisa de inauguración: 12 de mayo de 113. Su tamaño es intencionalmente el mismo que alcanzara una colina o peñón que allí existió y que fue removido para la construcción del Foro de Trajano, recordándose su altura con la misma columna.
Emplazada, según se cree, entre dos desaparecidas bibliotecas creadas también por Trajano y la monumental Basílica Ulpia de su foro, la columna está compuesta por 18 grandes segmentos o "tambores" de mármol de Paros, de 3.83 metros de diámetro y de unas 40 toneladas cada uno, con un balcón mirador de base hoy cuadrada en lo alto, al que se accede por una estrecha y mareante escalera espiral interior de 185 peldaños e innumerables giros.
Lo que en una observación rápida podría parecer el resultado de una minuciosa filigrana escultórica exterior en la columna, subiendo en espiral por cerca de 30 metros de la altura de esta maravilla, es en realidad un friso de gráfica historiada o una suerte de crónica ilustrada: un bajorrelieve de notable detallismo, que conmemora con pasajes los triunfos militares de Trajano sobre los ejércitos dacios, en las llamadas Guerras Dacias. La etapa de 101 a 102 está en mitad inferior de la columna, y la de 105 a 106 en la mitad superior, divididas por la alegoría de la Victoria. El orden de las escenas también es cronológico.
Grabado con una reconstrucción del aspecto original de la Columna Trajana y la Basílica Ulpia, en la "German Encyclopedia" de 1891 (Fuente imagen: www.ilpungolo.org).
Vista actual de la Columna de Trajano y los restos del templo.
Cerca de 2.500 figuras humanas han sido contabilizadas en el diseño, 59 de ellas correspondientes al Emperador Trajano. Según la exhaustiva observación hecha por el investigador Salomón Reinach y publicada en su libro "La Colonne Trajane au Musée de Saint-Germain", de 1886, la secuencia es la siguiente:
GUERRA DACIA DE 101 A 102 d. C. | GUERRA DACIA DE 105 A 106 d. C. |
PRIMERA CAMPAÑA
SEGUNDA CAMPAÑA
TERCERA CAMPAÑA
| CUARTA CAMPAÑA
QUINTA CAMPAÑA
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NOTA: para ver en detalle las imágenes con los segmentos del friso de la Columna Trajana, visitar el siguiente link: http://www.rome-roma.net/impero-romano/colonna-traiana-1.html |
La de Trajano fue la primera de las llamadas columnas coclide que hicieron los romanos con un espiral ascendente de narración gráfica, pues es anterior a otras famosas del mismo tipo, como fuera la de Marco Aurelio o en Constantinopla la de Teodosio, de Arcadio y de Justiniano. Debe haber sido una pesadilla matemática, artística y de planeación gráfica y geométrica el haber proyectado todas estas escenas escultóricas en el calce preciso con el largo del friso espiral, que rota unas 23 veces por la columna y que, extendido, mediría cerca de 200 metros.
Sobre esta artística e innovadora forma de historiar la Columna de Trajano y las interpretaciones que se han hecho del procedimiento, Frederick Hartt escribe en su "Arte: historia de la pintura, escultura y arquitectura" de 1985:
"No se han encontrado precedentes para esta extraordinaria idea, pero llama la atención toda una serie de hechos: 1. La situación de la columna entre dos bibliotecas. 2. Los libros antiguos no tenían páginas, eran rotuli (rollos de papel o pergamino) enrollados en torno de dos ejes. 3. El lector leía una columna de texto cada vez -a veces acompañada de una ilustración- y, una vez leída, la enrollaba para leer la siguiente. 4. Justo debajo del ábaco dórico de la Columna Trajana, en el equino hay un esbozo de acanaladura, justo allí donde termina el relieve, como si se tratara de un rollo.A partir de estas consideraciones parecía una hipótesis acertada la idea de que la columna historiada procedía de los rotuli con ilustraciones narrativas continuas, pero este tipo de rotuli es muy posterior y consecuencia de la Columna Trajana y de otros monumentos que la imitaron. La originalidad de la idea -que no sabemos si se puede atribuir a Apolodoro, o a otro artista que trabajaba bajo su dirección, o, incluso, al propio emperador- reside en el despliegue continuo de la narración a lo largo de ciento cincuenta secuencias, que tienen la fuerza de las escenas cinematográficas, en las que se cuenta la historia de las campañas a través de campos, sacrificios, arengas, embajadas, sitios, cruzamientos de ríos, torturas, suicidios y matanzas en masa. La objetividad de la narrativa es impresionante si la comparamos con los relieves de batallas asirios, que constantemente nos vienen a la mente. Nunca se menosprecia al enemigo: los romanos tienen que luchar duramente para conseguir la victoria. Fue en los relieves de la Columna de Trajano donde la escultura romana alcanzó, finalmente, sus características propias".
Aunque hoy toda columna se ve más bien blanca, sus figuras alguna vez estuvieron policromadas, pintadas a colores, como muchos de los otros relieves romanos imperiales. Parte la secuencia, además, en un enorme plinto esculpido en forma de corona de laurel. Probablemente, y tal como sucedió con las esculturas del Panteón, una gran cantidad de artistas debió ser movilizada para la creación de esta obra, por lo tanto, y su nivel de detalle llega a ser tal que ha aportado información especial para historiadores militares respecto del aspecto, las armas y armamento pesado de los ejércitos romanos antiguos.
Sobre lo que tenía originalmente esta columna en su parte más alta, algunas reseñas sugieren que pudo tratarse de un ave, siendo la principal sospechosa el águila imperial romana, según lo que aportan ciertos sitios y guías haciendo eco de palabras de arqueólogos como Samuel Ball Platner en su "A topographical dictionary of ancient Rome", de 1929. En tanto, ciertas fuentes y reconstrucciones muestran la estatua del propio Trajano en bronce dorado, como lo indican Hugh Honour y John Fleming en su "Historia del arte" de 1987, lo que para algunos parecería ser una verdad a medias, pues un planteamiento dice que esta pieza con la efigie del emperador le había sido colocada después de su muerte, quitándose para ello la misteriosa imagen que antes existió allí.
Dudas sobre lo anterior surgen al ver la moneda del denario trajano acuñado en 114, justo al ser terminada la columna, donde se observa por un lado el perfil del emperador y, por el otro, una miniatura de su magnífico monumento sobre la misma columna: aparece erguido, con su mano izquierda en una lanza y la derecha extendida hacia su pueblo. La estatua de bronce estuvo en la cima desde el principio, entonces, pero no es todo lo que revela la moneda: sobre el pedestal y al inicio de la columna se ven dos gallardas aves, probablemente águilas, a modo de tenantes y con la cabeza mirando al emperador, pudiendo provenir de ahí, quizás, el error de interpretación que ronda en ciertas guías y sitios de internet. Como sea, esta figura principal de Trajano en lo alto acabó destruida en la Edad Media, y es una certeza que la actual figura que remata lo alto de la columna, la de San Pedro, le fue colocada por orden del Papa Sixto V, como también se indica por Honour y Fleming.
El vetusto pedestal de roca, en tanto, tiene una inscripción en latín, de relativa legibilidad aún, y que dice:
SENATVS · POPVLVSQVE · ROMANVS
IMP · CAESARI · DIVI · NERVAE · F · NERVAE
TRAIANO · AVG · GERM · DACICO · PONTIF
MAXIMO · TRIB · POT · XVII · IMP · VI · COS · VI · P · P ·
AD · DECLARANDVM · QVANTAE · ALTITVDINIS
MONS · ET · LOCVS · TANT... IBVS · SIT · EGESTVS
Esto se traduce e interpreta más o menos de la siguiente manera:
"Senado y pueblo romano (al) Emperador César Divino Nerva hijo de Nerva Trajano Augusto Germánico Dácico, Pontífice Máximo, Tribuno 17 (veces), Emperador 6 (veces), Cónsul 6 (veces), Padre de la Patria, para declarar altitud que alcanzaba el monte y lugar destruidos para esta obra".
Existe también la teoría de que la columna era una especie de soporte político y propagandístico del Emperador Trajano, intentando promover la simpatía a su persona por la vía de las obras de magnitud que alabaran su ego e hicieran ostentación de su historial militar. Esto es poco probable, sin embargo, pues se observa que en el friso de la columna, Trajano aparece retratado sin grandes elogios ni representaciones magnificadoras, además de que el acceso o la sola observación desde cerca a la columna era algo difícil para el público en general, por hallársela entonces casi rodeada de edificios que formaban parte del foro, especialmente la Basílica Ulpia del arquitecto Apolodoro de Damasco, que cerraba el Nor-Oeste de todo este complejo. La mejor vista de la columna debió tenerse desde la terraza de la basílica, de hecho,
Al sentido conmemorativo de la columna sobre las Guerras Dacias y a su función de marcar el alto de la colina removida en las obras de Trajano, se agregaría después el servir también como lugar de reposo de las cenizas del emperador, fallecido de un edema en Selenius de Cilicia sólo tres años después de ver terminada esta obra, el , 9 de agosto de 117. El Senado de Roma aprobó que sus restos cremados fueran sepultados en una urna de oro al pie de la columna, aunque esta pieza desapareció y nunca pudo ser recuperada.
Años más tarde, entre 176 y 192, se construiría en homenaje a Marco Aurelio una nueva columna muy similar a la de Trajano, esta vez con un friso celebrando sus victorias militares en el Danubio durante las Guerras Marcomanas, de entre 161 y 180. La Columna de Marco Aurelio sigue también de pie, en la llamada Piazza Colonna. Una copia bien lograda para algunos, y un error urbanístico para otros.
Existió un proyecto para construir un templo al pie de esta maravilla trajana, que iba a ser llamado Iglesia de San Nicolás de la Columna. Aunque procedería de un plan concebido en algún momento entre los siglos VIII y IX, el templo aparece mencionado en registros del año 1032, donde se agrega que iba a habilitarse una capilla u oratorio en la cumbre de la misma. Pero el proyecto jamás se pudo ejecutar completo, sólo en parte, con el pequeño templito que acabó siendo demolido y retirado hacia el siglo XVI, según se cree durante la visita de Carlos V a Roma, en 1546. Ya en 1162, además, el Senado de la Roma medieval había emitido un decreto declarando la columna como propiedad pública y ordenando su mantenimiento para evitar que se destruyera como había sucedido con la mayoría de los edificios imperiales del entorno. Por esa razón, posiblemente, se eliminaron algunos edificios privados adyacentes que dificultaban su vista, en el mismo siglo en que se cree fue removido el templo de San Nicolás de la Columna, instalándose la figura de San Pedro en lo alto durante las restauraciones de 1588, obras ejecutadas por Domenico Fontana por orden del Papa Sixto V.
Actualmente, la mantención y administración de la columna está en manos de la Superintendencia de Patrimonio Cultural de Roma. Es uno de los símbolos más potentes del paseo por los foros romanos y la Via Alessandrina. Por las noches, es estratégica y bellamente iluminada con haces de luz, que realzan su magnitud. Como dato curioso, además, ha llamado siempre la atención de los visitantes la cantidad de gatos que habitan este sector de la Columna y el Foro de Trajano, inspirando un capítulo completo de José Enrique Rodó en sus memorias de "Viajes por Europa", fechado en 1917. Sin ser tantos como los que se ven entre las ruinas del Largo Argentina, sorprende la cantidad y variedad de estos animales vagando o tomando Sol ajenos y esquivos a los humanos, allí entre los restos de la más grande de las civilizaciones occidentales.
Aunque parte del detalle de la columna se ha perdido por acción de agentes corrosivos o erosivos del ambiente urbano de la Roma actual, se cuenta con los exhaustivos registros fotográficos como los realizados por el arqueólogo alemán Conrad Cichorius entre 1896 y 1900 y las fichas fotográficas reunidas en las colecciones del Instituto Arqueológico Alemán. Más aún, existen completas copias de yeso hechas en moldes de la columna original, y que pueden encontrarse en el Museo de la Civilización Romana, e incluso fuera de Italia, como el Museo de Victoria y Alberto en Londres, el Museo Nacional de Historia de Rumania en Bucarest y la Colección Arqueológica de la Universidad de Zúrich, además de copias dispersas en otras galerías y centros de investigación internacionales, aunque es seguro que nada se acerca siquiera a la impresión de enfrentarse en persona a la majestuosidad monumental de la columna original.