Coordenadas: 33°32'37.00"S 70°34'50.26"W
Muchos funcionarios de carabineros muertos trágicamente en servicio, tienen sus respectivas animitas señalando el lugar de su desgracia. Existen varias de ellas en carreteras o ciudades, y algunas han adquirido fama popular importante, como las cuatro animitas de Carabineros de Fuerzas Especiales asesinados en 1984 en un atentado explosivo en Valparaíso, la del Cabo Castillo en la carretera de Antofagasta o la animita del Carabinero Cristián Vera asesinado hace pocos años una noche del 11 de septiembre en Pudahuel.
El hecho de pertenecer a una institución creada para dar un servicio de seguridad y orden público les otorga a estos fallecidos una connotación martirial especial en el credo popular, además de un aura de protección al desvalido, como si la vocación del sujeto siguiera manifestándose más allá de la vida para con la ciudadanía. Por esto, la institución muchas veces asume como suya también la animita de su miembro caído en servicio, adicionando emblemas, banderas, placas o pintando las grutas y casuchas con sus colores corporativos; un pequeño Walhalla personal para el alma del finado.
Una animita de carabinero que ha cobrado especial importancia entre los creyentes, se encuentra en la intersección de las calles Santa Amalia y Colombia en la comuna de La Florida, esquina surponiente. Es un cruce que ha visto la muerte de varias personas, incluso tras la instalación de un semáforo que antes no existía allí. A pesar de eso, han seguido ocurriendo choques y atropellos, razón por la que animita se puede encontrar también en la esquina opuesta. La que nos interesa es la del Cabo 2° Juan Ramón Morales Gajardo, conocido más popularmente como Juan Ramón o "Paquito",en una alusión cariñosa a la expresión paco, que es como se llama en nuestro país de manera informal y un tanto peyorativa a los representantes de Carabineros.
Conozco relativamente bien su historia, porque vivía muy cerca de este lugar cuando ocurrió allí su muerte, a la altura del paradero 20 de avenida Vicuña Mackenna. Morales era miembro de la policía motorizada, pertenecía a la dotación de la Subcomisaría Cabo 2° Pablo Silva Pizarro de Los Quillayes y tenía 29 años esa fatídica tarde del 3 de julio de 1993. Casado con doña Nadia Faúndez, residente en Talca, Morales pertenecía a la institución desde el 1° de noviembre de 1985, donde era apodado "El Tuco" por sus pares. Había destacado y recibido felicitaciones por su desempeño en varias ocasiones. En mayo de 1987, por ejemplo, logró detener a un peligroso delincuente que también lideraba una célula de un grupo subversivo, logrando incautársele armas de guerra y granadas. Posteriormente, en el fatídico aluvión del 3 de mayo de 1993 en Las Perdices, él fue uno de los primeros en llegar al lugar y dar valiosa ayuda para evacuar a los damnificados, en una acción que se le celebró como realmente heroica.
El día de su tragedia, exactamente dos meses después de su valerosa actuación, hacia las 13:30 horas él y su acompañante recibieron un llamado urgente, solicitando escoltar el traslado de una persona herida desde Santa Sofía de Lo Cañas hasta el Hospital Sótero del Río, ya que el retraso de la ambulancia había obligado al concejal Sergio Ossandón a hacer uso de su vehículo particular para conducir al paciente hacia el recinto hospitalario. Cumpliendo con la orden, lamentablemente los carabineros debieron cruzar por esta peligrosa conjunción de calles avanzando por Colombia hacia el Sur, cuando aún no existía el semáforo.
Morales se estrelló violentamente con un vehículo Chevette conducido por una muchacha del sector llamada Paola, que iba por calle Santa Amalia hacia el poniente. El golpe fue formidable y el cuerpo del infortunado Morales voló cayendo al otro lado de la calzada, cerca de donde está su animita, mientras que la motocicleta quedó tirada en un charco de fluidos, con una tremenda marca del impacto en todo el tren delantero. Su compañero, que iba más adelante, no notó el accidente hasta pasado un rato, cuando advirtió la ausencia de su par. Un helicóptero llevó al herido hasta el hospital institucional, pero fue declarado muerto en el trayecto, producto de sus gravísimas heridas: traumatismo encéfalo craneano abierto y fracturas múltiples en el cuerpo.
(Fuente imagen: diario "La Tercera")
(Fuente imagen: diario "La Tercera")
En medio del luto, esta animita surgió de la misma forma paulatina que han observado autores como Plath y De la Cruz: primero, aparecieron las velas a las pocas horas, encendidas durante las noches en el lugar donde cayó su cuerpo. Después, vino la improvisación de un pequeño altar que pronto acabó reemplazado por una casuchita para dejar flores y placas de metal, madera o mármol. Las primeras de éstas, con agradecimientos por favores recibidos, comienzan a aparecer al poco tiempo, conservándose una del año siguiente de su muerte, lo que hace presumir que se le adjudicó con rapidez un carácter de "milagroso" y "generoso", que atrajo cada vez a más devotos de "Paquito". Así, aparece a continuación una reja cerrando el perímetro, dispositivos adicionales para recibir placas, maceteros, flores y todo lo que corresponde a una de las animitas más conocidas y veneradas de La Florida.
Los solicitantes, como es costumbre, dejan papeles con peticiones de favores. También hay decoraciones institucionales y banderas chilenas, resaltando la solemnidad del ánima y la confianza que sus fieles depositan en la investidura formal del fallecido. Una fotografía de Morales está dentro de la casucha, acompañada de una estatuilla de la Virgen del Carmen, infaltable advocación en las animitas de funcionarios de Carabineros de Chile. Es tanta la cantidad de ofrendas, flores y adornos que recibe esta animita periódicamente en el no muy grande espacio que ocupa, que su aspecto y su colorido siempre varían, semana a semana.
Después de muchos otros accidentes, incluyendo uno definitivo de un amigo que vivía por este sector y que también iba en motocicleta pero perdiendo mucho menos que Morales, se instaló por fin un semáforo en este temido cruce. Irónicamente, uno de los postes que los soportan está exactamente al lado de la animita.
Prácticamente no hay noche en que "Paquito" no reciba una visita y no quede alguna de sus velas encendidas, pidiendo o agradeciendo favores a un funcionario de Carabineros de Chile que, para la tradición de la fe popular, aún sigue allí prestando servicios a la comunidad floridara.